‘Señor, dame paciencia’, eso es lo que clamará mirando hacia el techo de la sala más de un espectador a los pocos minutos de que de comienzo la película. Repetitiva y sosa, el estreno español de la semana nos recordará a más de una propuesta taquillera de los últimos años.
Crítica de ‘Señor, dame paciencia’
Indignada. Así salió la que escribe estas líneas del pase de prensa realizado por Warner Bros para que los críticos de cine visionáramos Señor, dame paciencia. Una película que pese a su brevedad, escasa hora y media de metraje, costará no abandonar a la mitad, pudiendo asegurar que aunque lo hubiese hecho no me habría perdido nada de nada. Y es que meterse semejante bodrio a las diez de la mañana no es plato de buen gusto para nadie, pero también es verdad que menos gracia les hará a los espectadores que se gasten sus valiosos euros en darle una oportunidad a este anunciado estreno de la semana.
Señor, dame paciencia nos presenta la historia de una familia donde sus miembros prefieren guardar en secreto cualquier decisión que tenga que ver con sus vidas antes de enfrentarse a la respuesta de su padre, Gregorio (Jordi Sánchez), banquero conservador, de derechas y del Real Madrid. Una ideología y una forma de entender la vida que poco puede tener que ver con su hijo gay (Eduardo Casanova), su hija liberal (Silvia Alonso) y su otra hija mayor (Megan Mortaner) casada con un catalán del Barça e independentista (David Guapo). Durante un viaje familiar se pondrá a prueba la tolerancia de este recto padre y la capacidad de dichos hijos para perdonar tantos desplantes paternos.
La película que escribe y dirige un poco rodado Álvaro Díaz Lorenzo (La despedida, 2014) no es más que una burda copia fruto de mezclar, sin ningún tipo de chispa dicho sea de paso, los argumentos y gags ya usados en las taquilleras ‘Ocho apellidos vascos‘ y ‘Es por tu bien‘. Un cutre remix de típicos y tópicos españoles usados al tuntún para conseguir beneficios en taquilla (Madrid vs. Barça, vascos, gays, catalanes independentistas, negros, perroflautas radicales y vividores, yernos, suegros, madres sufridoras y conciliadoras…); esa será la única conclusión racional que podremos sacar del resultado final de la misma. Y es que la moda actual del cine patrio es la de “fabricar como churros” este tipo de propuestas, dado el éxito económico de muchas de ellas, y de aquí la oleada de títulos que han abundado en la cartelera en los últimos tiempos: la aclamada ‘Ocho apellidos vascos‘, la precipitada e insulsa ‘Ocho apellidos catalanes‘, ‘Es por tu bien‘, ‘Perdiendo el norte‘, ‘Cuerpo de élite‘, ‘Ahora o nunca‘, ‘El pregón‘… todas ellas siguen el mismo patrón, con mayor o menor acierto, resaltar los puntos fuertes o débiles de nuestra cultura, costumbres o tradiciones y ponerlas a merced de sus respectivos personajes en forma de gags cómicos. Algo que ya inventaron unos visionarios directores de cine llamados Mariano Ozores y Pedro Lazaga en el cine español de los 70 y 80, y que ahora parece haber resurgido con más fuerza que nunca.
Pero lo más grave es que todo aquello que podría haber resultado en una comedia de estas características en Señor, dame paciencia no lo hace. El guion es pésimo, basando toda su trama en enviar a una familia que no se soporta a pasar unos días de vacaciones juntos, y los gags resultan repetitivos, cargantes e incluso algunos de mal gusto. Y por otro lado la dirección deja bastante que desear, haciendo que aquellos gags que sí podrían haber funcionado tan poco lo hagan debido al mal uso que se hace de los tiempos cómicos. Además se ha abusado de manera recurrente del denominado momento “videoclip” donde por una u otra causa los personajes se ponen a cantar, alargando así el metraje hasta poder denominarle largo… para terminar con un “happy ending” totalmente impostado y de manual.
En cuanto al tema de la interpretación señalar que la desgana será el común denominador. Algo que por otro lado encuentro normal, en el caso de Silvia Alonso estrena la misma película pero con distinto título en el escaso plazo de meses ya que en ‘Es por tu bien’, también interpretaba a la sufridora hija del personaje de José Coronado, a quien tampoco sabía como comunicarle que quería casarse con un perroflauta de izquierdas (idem de idem). El resto de este coral elenco tan poco podrá lucirse mucho porque sus personajes no tienen ningún tipo de arco dramático. Ni tan siquiera tienen un gag tan gracioso que los haga sobresalir en alguna escena. Están en la película y punto, poco más se puede decir de bueno o de malo. Bueno sí, que David Guapo tendrá talento como monologuista, no lo pongo en duda, pero no nos encontramos ante el nuevo y polifacético Dani Rovira ni mucho menos. El catalán no tiene gracia alguna ni formando parte de un programa de televisión, ni sabe desenvolverse ante la cámara de cine.
Y que no se equivoquen aquellos dispuestos a criticarme, no es cuestión de cine para culturetas ni de dejarse llevar por esta propuesta sin prejuicios. El tema es que la película promete lo que no va a dar y así la decepción es monumental independientemente de cual sea su género. En Señor, dame paciencia,además de encontrarnos ante un cero de creatividad a nivel de guion, es que simplemente no hay un sólo gag que funcione. ¿Y a esto lo llamamos comedia…?