José Coronado, Javier Cámara y Roberto Álamo son los Supercuñados, una organización secreta ideada para “eliminar del mapa” a los novios de sus queridas hijas en la película ‘Es por tu bien’.
Crítica ‘Es por tu bien’
Cuántas veces no habrás tenido que escuchar esa temida, e incluso en ocasiones odiosa, frase de… Es por tu bien. Y es que antes de que termine tu madre o padre de decirla ya sabes perfectamente lo que implica: una decisión impuesta por parte de un adulto que, a su juicio, su perspectiva de un asunto o situación es la mejor opción que puedes tomar de cara a tu futuro. Puede que con el tiempo todos hayamos comprobado que tenían razón en muchos de esos “consejos”. Pero lo bonito, y productivo de la vida es aprender a tomar tus propias decisiones, equivocarte (o no) y reponerte del golpe.
Es ley de vida, los padres tienen la experiencia que sólo los años y vivencias dan, y muchas veces tienden a sobreproteger a los hijos para evitar equivocaciones que, posiblemente, ellos cometieron en su momento. Y este es el argumento de la película que reseñamos y que veremos en las carteleras españolas este fin de semana bajo el reclamo de juntar en una comedia a tres grandes de la interpretación nacional: José Coronado, Javier Cámara y Roberto Álamo, que desde este momento pasarán a denominarse “Los Supercuñados” (sin duda mucho mejor título que ‘Es por tu bien’).
Análisis
Durante el arranque de la cinta viviremos la creación de esta peligrosa organización ultra secreta apodada ‘Los Supercuñados’: tres cuñados -como ya nos podemos imaginar- que tras conocer la identidad de los tres nuevos chicos que frecuentan sus hijas deciden ponerse manos a la obra e idear un sin fin de descabellados planes para terminar con dichas relaciones. Nunca habrá hombres merecedores de sus pequeñas para Arturo, Poli y Chus, y ahora tendrán que ver como esos tres impresentables se van introduciendo poco a poco en sus vidas y afianzan las relación con sus respectivas hijas. La guerra se ha declarado y cualquier método será válido para alcanzar un objetivo común: demostrarles a sus hijas que sus novios son unos sinvergüenzas y conseguir así que terminen por dejarlos.
Está claro, aquí el conflicto de la trama se desatará con la llegada de estos tres nuevos, e inocentes -por lo que se les viene encima-, novios. Y es que pasen las generaciones que pasen siempre habrá un momento universal que nos una: el delicado día en que conoces a tu suegros, ahí en escasos minutos se decidirá el futuro de la idílica pareja que se acaba de formar. Una de esas famosas y frecuentes “guerras familiares” que, en el peor de los casos, puede acabar con la ruptura de la pareja en cuestión… ¿quién no las ha vivido en sus propias carnes? (esas suegras, que importante es tenerlas contentas o terminarán por arruinarte la relación).
Bajo esta premisa no será complicado que cualquiera que entre a la sala se sienta identificado con alguno de los personajes o situaciones que allí se dan, creándose así una especial complicidad con los espectadores que al verse reflejados en tan disparatas situaciones no podrán más que esbozar una gran sonrisa.
Por la propia naturaleza del conflicto principal, el foco de la trama se centrará en suegros y futuros yernos, dejando a la sección femenina como mera comparsa de los acontecimientos resultantes de esa guerra interna entre unos y otros. José Coronado, Javier Cámara y Roberto Álamo son las estrellas indiscutibles de la película: Coronado interpretará a Arturo, un abogado de prestigio, de derechas y con bastante dinerito en la cuenta bancaria; Cámara será Chus, el padre inocentón y buen rollista del clan; y Álamo será Poli, ese padre cachas y con muy mal pronto que nunca quisieras tener como suegro.
Opinión final de la película
La cinta dirigida porCarlos Therón (Fuga de cerebros 2) enseña sus cartas desde el primer momento: estamos ante una comedia amable y ligera que no tiene más pretensiones que hacernos pasar un rato agradable en el cine junto a la familia. Algo nada desdeñable si finalmente lo consigue, y en esta ocasión podemos afirmar que lo hace al hacernos disfrutar de un hilarante tramo central donde veremos como estos tres cuñados se meten en líos -los mejores gags de la cinta- mientras los novios y las madres parecen hacer buenas migas.
Pero poco a poco, según se acerque el final, caeremos en el costumbrismo y en el letargo, terminando por hacer largos los últimos minutos de metraje. Y así, en su intento por reírse del machismo aún reinante en la sociedad en la que vivimos, terminará por caer en su propia trampa dando como resultado un mensaje de lo más convencional e indulgente.