Regresan los agentes secretos británicos mejor vestidos del panorama actual para enfrentarse a una nueva amenaza global en la que tendrán que aliarse con sus homónimos norteamericanos. Diversión asegurada para despedir el verano.
Crítica de la película “Kingsman 2: El círculo de oro”
“Kingsman 2: el círculo de oro” cumple el estereotipo de secuela hipertrofiada que recoge las bondades de su predecesora y las explota con mayor presupuestos y espectacularidad, haciendo gala de la máxima circense: “más difícil todavía”. Estas características, con algunas pequeñas muestras de novedad en materia de personajes, son las señas de identidad de una secuela que sabe mantener el nivel de “Kingsman 2: servicio secreto” y explotar sus virtudes.
Matthew Vaughn repite tras las cámaras y en el guion, y es que una saga tan marcada por un estilo determinado debe seguir contando con el mismo artífice; que parece haber entendido perfectamente los mundos creados por Mark Millar como ya hiciera en la notable franquicia “Kick ass” con la que comparte no pocas características. Siendo el director perfecto para formar equipo con el guionista comiquero. Vaughn, conocedor de los aciertos de la primera parte, decide ofrecer más de lo mismo pero elevado a la enésima potencia. El efecto sigue entreteniendo, pero ya no sorprende. Si la secuencia de la iglesia en “Kingsman: servicio secreto” nos dejó a todos con la boca abierta, aquí la veremos repetida en no pocas secuencias de acción. Su violencia conscientemente cartoon y su tono paródico han sido sobrepasados y, aún sin sentarle mal a la película, muchos espectadores no entraran en su juego y no comprenderán lo que el director pretende contar, que no es otra cosa que una historia de cómic sin pretensiones ni verosimilitud, muy en la línea de lo que suele ofrecer Millar en sus historietas. Técnicamente el director domina las secuencias de acción, arropado por unas coreografías impresionantes. En contraposición, los efectos digitales en algunos momentos son bastante mediocres, aunque dado el género que maneja, tampoco se le puede echar demasiado en cara.
Aunque el film sea muy entretenido y no deje respiro, su larga duración presenta problemas de ritmo que se deben achacar a un guion que ha alargado subtramas poco interesantes y no ha sabido aprovechar a los nuevos personajes. La relación entre Eggsy(Taron Egerton) y su pareja sobra, a pesar de regalar alguna secuencia humorística. Además, la vuelta de Galahad -esto no es ningún spolier ya que aparece en el póster- se alarga en demasía porque el personaje pierde su razón de ser al estar presente Merlín.
Taron Egerton vuelve a demostrar carisma y la percha que posee para llevar el traje a medida. Una lástima que no fuera elegido para interpretar a Han Solo en el spin off de “Star Wars”. Un actor al que se le dan pocas oportunidades y que merece despuntar como estrella. Aún tiene tiempo. Colin Firth y Mark Strong regresan secundando de manera solvente al joven Kingsman. Julianne Moore manifiesta habérselo pasado en grande interpretando a esa villana con plan absurdo, que muestra en su contención su mayor virtud. Un regalo de la veterana actriz. Las nuevas incorporaciones de los Statesman parecen desaprovechadas, sobre todo si atendemos a los actores que los interpretan. Channing Tatum goza de poco tiempo en pantalla, Halle Berry se pasa todo el metraje sentada tras un escritorio -esperemos que una futura secuela se explote más su personaje al igual que el de Tatum, si es que vuelven- y la participación de Jeff Bridges tiene más de cameo que de personaje con peso. Entre todos ellos destaca un Pedro Pascal que deja en ridículo a Indiana Jones en lo que a manejo del látigo se refiere. El chileno es lo mejor de las novedades que presenta esta nueva entrega junto con la aparición estelar de Elton John.
Kingsman 2: el círculo de oro contentará a los fans de la primera entrega, pero no será capaz de atraer a aquellos a los que no les gustó. Ese es el síntoma de una película deudora de su predecesora, que no se arriesga en mostrar novedades, pues sabe que puede triunfar explotando aquello que le funcionó en el pasado, aunque esto no asegure la supervivencia de la saga más allá de una nueva entrega.