Sacha Baron Cohen protagoniza Agente Contrainteligente, una película desagradable, irrespetuosa, chabacana, ordinaria… llena de humor, aguda y muy divertida.
Crítica Agente ContraInteligente: Más bestia no se puede
Ali G anda suelto, Borat, Brüno, El dictador y ahora Agente contrainteligente. Sacha Baron Cohen siempre se mete en la piel de exagerados personajes de taladrantes acentos, carentes de cualquier tipo de ética y con un limitado sentido del decoro. En esta película no es una excepción. El licenciado de historia en la prestigiosa universidad de Cambridge interpreta a Nobby, el más fiel representante del tipo más cutre, del inglés más palurdo, zafio, bestia, indecoroso y hooligan que pueda existir en el universo británico. Él, se acerca a la parodia de un elemento incalificable, para superarla y desbordarla de los estereotipos más deleznables que se pueda imaginar. Nobby es la representación de lo más “cañí” de los ingleses. Una especie de Torrente anglosajón con algo de más de “corazón”.
El argumento de la película es una larga excusa para detonar las más variopintas situaciones cómicas, la mayoría de ellas bien pasadas de rosca. Nobby, representante hooligan ahí donde los haya, hace su vida en un pueblecito llamado Grimsby. Casado con Dawn (Rebel Wilson), hace su vida de paleto emborrachándose con otros hinchas acérrimos del equipo de fútbol de Inglaterra tan feliz como el que más. Lo único que hecha de menos es a su pequeño hermano pequeño, desaparecido cuando eran críos. Por supuesto, la vida de Nobby cambiará cuando encuentre a su hermano Sebastian (Mark Strong), quien ha desarrollado su carrera profesional como infalible agente secreto de MI6. ¿Hace falta decir que Nobby será el responsable de meter a su hermano en el mayor de los líos posibles? Me imagino que no.
Agente contrainteligente realizará una interminable escalada hacia el absurdo deteniéndose deliveradamente para recrearse en lo zafio mientras avalanchas de mal gusto golpearán los sentidos de los espectadores que se sorprenderán riéndose de los chistes más burros e indecorosos. El guion de Sacha Baron Cohen también está firmado por Phil Johnston, guionista de películas tan inocentes (pero igualmente divertidas) como Rompe Ralf o la reciente Zootrópolis. Ambos forman un equipo fantástico para repartir el humor, la acción (aunque parezca imposible, uno de los puntos fuertes de la película), y el genial toque de emotividad que da forma a las aventuras de estos dos dispares hermanos. Todo se sostiene mientras la película avanza, gracias a los flash backs que el personaje de Mark Strong va teniendo en momentos puntuales hasta encontrar el por qué de la separación de los protagonistas en la niñez. Un toque de cordura en la vorágine del desfase total cuyo trailer no ha podido ni representar.
Tienen a bien aparecer voluntariamente actores de la talla de Mark Strong (Kingsman), Penélope Cruz (Zoolander 2 y la insoportable Ma Ma), Isla Fisher (Ahora me ves) -y esposa de Sacha Baron Cohen-, Rebel Wilson (Dando la nota), o Gabourey Sidibe (Precious y personaje habitual en las últimas temporadas de American Horror Story). Así mismo tendrán representación involuntaria personajes como Daniel Raddclife (Harry Potter), el candidato Donald Trump, y el cantante Liam Gallagher, quienes serán objeto de algunos de los mejores chistes de la película. No obstante no disfrutaremos en demasía del excepcional talento cómico de Rebel Wilson ya que su aparición en la película se limita a momentos muy puntuales.
A los mandos de esta locura nos encontramos con Louis Leterrier, director de Transporter 1 y 2, Furia de Titanes y Ahora me ves… Un cineasta orientado a la acción que demuestra tener más que pillados los tiempos de la comedia. No puedo dejar de remarcar las espectaculares escenas de acción que tiene el film, muy por encima de lo que cabría esperar para una producción de estas características. Hay persecuciones, escenas en primera persona, saltos, caídas, coreografías de peleas de alto nivel… Simplemente sorprendente.
Agente contrainteligente es brillante y pasmosa a la par de hilarante. No es para todos los públicos ni de lejos. El humor es de lo más zafio que he visto en los últimos tiempos y aun así funciona, aunque para ello hay que tener un amplio sentido del humor y no ponerse a la defensiva: Sacha Baron Cohen no tiene límites. Ya lo ha demostrado ampliamente en sus anteriores películas. De hecho, si te ofenden palabras como “polla, coño, mamada, corrida, dar por el culo, follar, mierda…” (y seguro que me dejo cosas todavía peor sonantes) esta no es ni será nunca una opción para ir al cine. No es que la película contenga este tipo de lenguaje, que también, sino que tiene escenas algo más que explícitas. Por el contrario, si eres de esos que sabes lo que significa la palabra “bukake” y no le pones límites al humor sin censuras, esta es tu película.
Sony, que sabe muy bien lo rentable que es distribuir al “hijo” de Santiago Segura, no se ha privado de hacer lo propio con el nuevo vástago de Sacha, tomando el relevo a Paramount (El dictador) y a Fox (Borat). Veremos si la taquilla respalda su decisión.
