Suspense con firma española que aburre a causa de un guion tan lleno de tópicos como poco trabajado.
Crítica de la película ‘Inside’
1895: nace el cine. Desde finales del siglo XIX el cine ha ido creando determinados arquetipos, ya sea en forma de personajes, género o estilo. Desde que Murnau acongojara al mundo con su “Nosferatu”, o incluso antes, y pasando por el maestro Hitchcock y su habilidad para trasladar el suspense al lenguaje, el repertorio de recursos para generar inquietud en el espectador no ha variado apenas nada. El cine de género, en este caso terror/suspense, ha sabido reinventarse a través de propuestas más o menos explícitas o argumentos novedosos, pero tristemente lleva años sin mostrar nada verdaderamente interesante salvo los intentos más o menos acertados de James Wan.
“Inside” tira de visitar lugares tan comunes que su visionado se puede comparar con la vieja anécdota que te vienen contando desde que tienes uso de razón. En este caso, una joven viuda embarazada recibe la visita de una misteriosa mujer en Nochebuena con el único objetivo de robarle a su hijo nonato. Un argumento totalmente predecible que intenta mantener el misterio sobre quién es la atacante de la protagonista. Algo que se sabe desde los primeros minutos en los que aparece. El guion estira el relato hasta la extenuación, a pesar de ser un film de tan solo noventa minutos. Y es que la historia da para poco más que un cortometraje. Cuesta creer que tras el libreto se encuentra Jaume Balagueró, responsable de algunas cintas meritorias dentro del terror patrio.
Miguel Ángel Vivas, dedicado en su gran mayoría al cine de terror, vuelve a tropezar con la misma piedra desde que empezó en esto del cine de género. Un uso del suspense eternamente alargado, que no genera ningún tipo de tensión, pues el espectador a estas alturas del partido se las sabe todas y lo único que se consigue con este manido artefacto es que el susto resultante no tenga ningún tipo de efecto y el ritmo de la historia se resienta. Aunque en este caso hay tan poco que contar, que sin estos tramos tan alargados sería imposible estar hablando de un largometraje.
Rachel Nichols y Laura Harring llevan la voz cantante de un reparto escaso, poblado de personajes funcionales a excepción de las dos protagonistas, que libran una lucha que llena casi todo el metraje de la película. Ambas están correctas, sin llegar a transmitir angustia o amenaza, pero seguramente condicionadas por lo torpe del guion y la poco acertada dirección de Vivas.
“Inside” es una película más de terror que en tiempos de videoclub habría tenido una cierta gloria como subproducto de consumo rápido para adolescentes y jóvenes en busca de emociones fuertes que de haberla elegido, se habrían equivocado, teniendo, seguro, mejores opciones en la estantería donde debería reposar con una gruesa capa de polvo.
