Crítica ‘Crudo’: Universal se agencia con acierto la distribución de la fantástica película de Julia Ducournau. Una arriesgadísima apuesta cinematográfica capaz de remover con inteligencia explícita los sentimientos de los espectadores.
‘Crudo’
Presentada en el muestra Syfy como una película que provocó desmayos durante su proyección en el festival de Toronto, Crudo llega a los cines convencionales como apuesta personal de la distribuidora Universal. Arriesgada, potente, impactante y muy minimalista -si la comparamos con lo habitual de este tipo de género- Crudo es una de esas películas que hay que ver aunque no guste. Porque, y esto es de agradecer de nuestros vecinos cineastas franceses, aquí no se complace a nadie y la historia, el tema, y el trasfondo llega impactante sin filtros y sin miedos. Un brillante trabajo de la directora y guionista Julia Ducournau para irrumpir con derecho en el panorama cinematográfico mundial. A continuación nuestra crítica de la película Crudo.
Sinopsis de la película – Crítica Crudo’
Justine (Garance Marillier), está a punto de entrar en la universidad de veterinaria. Allí se reunirá con su hermana Alexia (Ella Rumpf) que se encuentra cursando la misma carrera. Retraída, tímida y aparentemente frágil, Justine irá descubriendo las particulares tradiciones universitarias instauradas en la facultad recorriendo todo el primer curso como una de los cientos de novatos que desean ser aceptados como veteranos. En este primer año Justine descubrirá todo tipo de pasiones mientras intentará entender el errático comportamiento de su hermana, cuyo comportamiento parece haber cambiado durante su estancia en la universidad.
Crítica de la película ‘Crudo’
Leticia Dolera presentó Crudo en la muestra Syfy como una película en la que hubo desmayos el día de su proyección en el festival de Toronto. Por supuesto, nada ni mínimamente parecido podría pasar en un evento como aquel. Los “mandangers” (apelativo con el que se dirige cariñosamente la feminista anfitriona a los asistentes), están curados de espanto, y unas pocas escenas gore no pueden hacer que se les remueva las vísceras. De hecho, como postrero hay en todos lados, los había que se jactaban en sus críticas de que Crudo “no es para tanto” y que estaban acostumbrados a saber qué límites.
Crudo, con muchísimo criterio, no es un desparrame de violencia, slasher, gore o cualquier truculencia que las desparramadas mentes puedan anticipar ante la posibilidad de desmayos. Es más, “La pasión de Cristo”, del gran cineasta y posiblemente peor persona, Mel Gibson, también provocó infartos y desmayos debido a la crudeza de sus imágenes y ciertamente tampoco es para tanto. La cuestión en esta y en aquella fue, y es, que ambas fueron visionadas por personas entre un público que no se esperaba ese tipo de película. En el festival de Toronto, con un maravilloso criterio de calidad, se encuentra de todo. Sin filtros y sin censura. Y eso en un festival es oro. Así uno se puede imaginar a la típica paisana mayor yendo a ver con total desconocimiento la radical Crudo -una situación fácil ya que siempre son inéditos estrenos- para caer redonda tras una maravillosa escena repleta de tensión que se resuelve con una brutal imagen llena de perversidad e inocencia -ustedes entiendan lo que quieran-.
Y es que Crudo son casi 100 minutos de incertidumbre, tensión, perversión, inocencia, maldad con cierto toque de erotismo y humor negro. Una brutal combinación de elementos que estimulará la imaginación del espectador para someterlo a la angustia y la desazón, al gris y al frío, al aislamiento y a la desesperación hasta ser sorprendido, para su regocijo, con una inesperada realidad: las imágenes explícitas de esta película expuestas con veracidad, inteligencia y un impecable trasfondo se equiparan, o superan, las expectativas de la imaginación. En Crudo es terrorífico imaginar lo que puede pasar pero, descubrir la realidad de lo que pasa, es la inesperada y angustiosa vuelta de tuerca que hace que el viaje sea más que recomendable.