Primera gran reunión del supergrupo por excelencia de la compañía DC. Una película entretenida, con acción a raudales, pero con menos entidad cinematográfica que sus precedentes.
Liga de la justiciallega por fin a las pantallas tras el esfuerzo realizado por Warner y DC de cara a desarrollar un universo compartido con su galería de superhéroes, optando en su caso por la historia global antes que las individuales; una decisión que lastra lo que podría haber sido una oportunidad de mostrar un espectáculo épico de primer nivel que se queda en un cóctel mal agitado al que se le ve el grumo en más de una ocasión.
Crítica de “Liga de la Justicia”
El mayor problema de la película surge de la imposición del estudio de un metraje de dos horas en un relato que necesitaba ser el más largo de su universo, al contrario que sus acercamientos previos y dado el abultado número de personajes nuevos que tiene que presentar. El resultado es una primera mitad confusa, que va a saltos, con transiciones nada inspiradas, provocando la confusión de aquel que no sea lector de cómics o conocedor de las nuevas incorporaciones. Poco o ningún arco de transformación muestran unos personajes que tienen que ser presentados en un contexto donde quedan desdibujados y que aparecen “porque sí”. Los primeros compases de la historia son una suerte de cortometrajes de cada uno de los protagonistas que, de manera individual, funcionan y dejan con ganas de más; en especial la primera escena de Batman o la de Wonder Woman. Cuando el grupo se reúne es cuando la película finalmente despega y se muestra más interesante y coherente, sin que ello reste que todo el conjunto sea muy entretenido y la acción prácticamente constante. Liga de la justicia es el producto más ligero dentro del Universo Cinematográfico de DC a costa de perder entidad cinematográfica por el camino. Batman v Superman: el amanecer de la justicia, El hombre de acero o incluso Wonder Woman podían tener sus problemas, pero tenían mayor peso como película que la que nos ocupa.
La dirección de Zack Snyder
Zack Snyder vuelve a hacer uso de sus distintivos como director: cámara lenta, planos detalle, sonido de pequeños objetos amplificados, su consabida secuencia de créditos acompañada de un tema musical, y esa estética oscura y desaturada que forma y define la identidad visual del Universo Cinematográfico de DC. Podrá gustar más o menos, pero se percibe una unidad temática en todo el conjunto de películas que conforman a este grupo de superhéroes y eso es digno de reconocer y admirar. La aportación de Joss Whedon en los reshots queda diluida para beneficio del resultado final. Se echa en falta algún plano que por su carga épica quede para el recuerdo, pero no han sabido encontrar la tecla que haga que algunas escenas se queden grabadas en la retina, una pena dado el material con el que trabajaban.
El reparto
Aunque se intenta equilibrar, el compendio de personajes que pueblan la historia hace que alguno de ellos no goce de demasiado tiempo en pantalla, sin embargo, hay un esfuerzo en que todos tengan su momento de protagonismo. Ben Affleck vuelve a interpretar a un Bruce Wayne/ Batman muy convincente, la incorporación de Jason Momoa como Aquaman no acaba de convencer con esa pose “macarra” que le han impuesto, Ray Fisher como Cyborg resulta el personaje más soso de la Liga y Ezra Miller presenta a un Flash chistoso, alivio cómico probablemente impuesto por Warner, que no funciona dentro del tono general. La verdadera reina, al mismo nivel o incluso por encima de Batman, es Gal Gadot con su Wonder Woman; el personaje del que mejor han sabido trasladar su esencia a la gran pantalla. El resto de secundarios están correctos, incluyendo a Henry Cavill que goza de poco tiempo en pantalla con un Superman que vuelve de manera “diferente” a la que se pensaba a tenor del final de su anterior película. Amy Adams como Lois Lane sale mejor parada, con un par de secuencias donde puede lucirse y hacer gala de la gran actriz que es. El resto tiene apariciones casi testimoniales como la de J. K. Simmons en el papel de Gordon. El villano Steppenwolf interpretado por Ciaran Hinds y creado íntegramente por CGI es un personaje sin ninguna motivación salvo la de destruir el mundo, el peor villano de DC en cine. Poco más se puede decir de él, pues no tiene demasiada presencia en la trama más que servir de excusa para que el grupo se una y luche contra él.
Los desdibujados efectos y la brillante banda sonora de la película
Técnicamente, los efectos especiales son regulares en su mayoría, sobre todo en la digitalización de Superman en algunos momentos o en el propio Steppenwolf. El clímax parece un videojuego con pocos elementos reales en pantalla. La banda sonora, sin embargo, nos trae a un Danny Elfman inspirado que vuelve por sus derroteros habituales: cuerda con estridentes agudos y percusión rítmica para los villanos, además de obsequiarnos con dos regalos musicales para los nostálgicos.
Conclusión
Liga de la justiciaes una película muy irregular que podría haber sido mucho más de lo que finalmente es, a pesar de ser la más entretenida y desenfadada de su universo. Una pena que una historia con tanto potencial haya quedado a medio gas. Habrá que seguir esperando a que Warner de con la fórmula y nos devuelva la fe en personajes tan queridos. No olvidéis las escenas postcréditos, en este caso son dos.
Primera gran reunión del supergrupo por excelencia de la compañía DC. Una película entretenida, con acción a raudales, pero con menos entidad cinematográfica que sus precedentes.