Batman V Superman: El amanecer de la justicia no convence a nadie pero se deja ver. Dilemas morales y éticos ponen los dientes largos para acabar como siempre: a hostias.
Crítica Batman v Superman: El amanecer de la justicia
¿Qué se puede esperar de una película de super héroes? Si el hombre murciélago no estuviera revenío por dentro y el buenazo de el hombre de acero no se viera siempre forzado a repartir super puñetazos, el público se sentiría estafado. Pero… también queremos una trama sorprendente, que se justifique con todo bien atado, una rivalidad entre Batman y Superman que no haya otra manera de solucionarlo que llegando a las manos, que aparezca Wonder Woman, que se forme una liga de la justicia, que haya un super final dramático lleno de acción… y claro, por mucho que la película dure dos horas y media, todo no se puede. Bueno, sí se puede, pero dejando una trama que, aunque a priori parecía que iba a ser super intensa, al final, Batman V Superman: El amanecer de la justicia acaba siendo más de lo mismo.
La petición del director Zack Snyder proyectada antes de la película pidiendo a los críticos del pase de prensa que no revelaran ningún giro de la trama, agregaba expectativas al guión. Sin embargo, durante el desarrollo de la misma, uno empieza a deducir que poco spoiler se puede hacer sobre la trama y que la sorpresa sería justo al final. Y una vez que llega el final, habiendo pasado por todas las paradas programadas, cualquier cosa se puede esperar para finalizar la película. No es que tenga un final previsible, para nada. Pero precisamente esa es la oportunidad de oro perdida. De nada sirve quemar el petardo más gordo al final de la traca si no se ha preparado una mascletá como Dios manda. El final sorprende, pero no llena.
El título de Batman V Superman: El amanecer de la justiciano engaña a nadie. Por un lado está la rivalidad de Batman, que tiene cruzado a Superman, y por el otro, hay una constante fijación en allanar el camino a la liga de la justicia, un grupo de super héroes que originalmente estaba formado por Batman, Superman, Wonder Woman o la Mujer Maravilla (no tengo ni idea de cual de los dos su nombre oficial en España ya que en esta película me parece que ni es mencionada), Flash, Aquaman… Para que nos entendamos todos: La liga de la justicia es para DC Comics lo que Los Vengadores a Marvel. Obviamente, la parte de la rivalidad de Batman contra Superman (y además es este el orden de las cosas porque ustedes me dirán por qué se va a enfadar el buenecillo de Superman con Batman) tiene más peso que la formación del grupito, pero no por ello tiene más protagonismo en la trama. De hecho, las pequeñas y enigmáticas referencias alla liga de la justicia, son mucho más intrigantes e interesantes que la supuesta trama principal de la película.
Se crean expectativas en conocer la identidad y el pasado de la misteriosa y sofisticada mujer que va siempre un paso por delante que Batman, Wonder Woman, en las extrañas apariciones de otros personajes, en una enigmática fotografía, para al final resolverlo todo de un plumazo y quedarte igual que al principio. Luego claro, uno tira de información y encuentra que el señor Snyder tiene en preproducción, entre labores de producción y dirección: La película de Wonder Woman, la película de The Flash, la de Aquaman… Vamos, que al final uno acaba por descubrir que todas esas “misteriosas escenas” son en realidad agudos “products placements” o anuncios descarados dentro deBatman V Superman. Con dos cojones.
Ahora la trama principal. La historia de El hombre de Acero (Henry Cavill), se cruza con la vida de Bruce Wayne (Ben Affleck), cuando Superman, tratando de salvar al mundo de su destrucción, es partícipe de la parcial destrucción de una ciudad. Un comienzo brillante y prometedor. Luego, habiendo sembrado las semillas del odio de Batman (que dicho sea de paso, poco hay que sembrar en este tío), la película tratará de desarrollar argumentos éticos y morales sobre la responsabilidad de las acciones del dios Superman en la tierra. Todo muy bonito gracias a la visión de Zack Snyder, todo muy evocador. Todo muy inspirador con la banda sonora de Hans Zimmer, todo bastante decepcionante por el transcurso de los acontecimientos.
Por ahí está la periodista Lois Lane (Amy Adams), novia de Clark Kent e indiscutible fan de Superman, haciendo investigaciones paralelas sobre hechos ambiguos, un evidentemente desequilibradísimo Lex Luthor (Jesse Eisenberg) que, más que ser una privilegiada mente orientada hacia el mal, parece una especie de Joker sin maquillaje, y una bellísima mujer que damos por sentado que es Wonder Woman (Gal Gadot) que pulula por ahí cual río Guadiana (por sus apariciones y desapariciones). El único personaje que parece tener un sentido claro de lo que debería ser la justicia es la Senadora Finch (Holly Hunter), y a la pobre solo la dejan hablar con el tarado de Lex Luthor, así que imaginad que argumentos le quedan.
Los bofetones se quedan cortos o demasiados extensos. No se puede engañar al público. ¿Alguien espera que a Batman le pase algo si se tiene que enfrentar a un extenso grupo de esbirros del mal? ¡Por favor! ¡Si es de sobra sabido que el super villano de turno tiene salvo conducto hasta el último cuarto de la película! ¿Le va a ocurrir algo al hombre de acero? En fin. De poco vale escenas tan evocadoras y tantas referencias gráficas a los cómics si el guión, uno de los pilares más importantes de las películas, nos va contar otra historia de super héroes más. O rompen del todo con los cánones establecidos o nos esperan una pila de Marvel Héroes aburridos como ellos solos.
Decepción tras tantas expectativas. En eso se resume la película.