La película Todo el día y una noche es el nuevo drama criminal de Netflix. Mafias, drogas, pandillas y rap marcan la vida de su gran protagonista: la comunidad afroamericana. Os dejamos la crítica de Todo el día y una noche, el thriller criminal dirigido por Joe Robert Cole y protagonizado por Ashton Sanders.
Sinopsis de Todo el día y una noche
Jahkor Abraham (Ashton Sanders) es un aspirante a rapero que para salir adelante se dedica a pasar droga. Tras verse envuelto en una guerra entre bandas, acaba en la cárcel por asesinar a un matrimonio delante de su hija pequeña.
Crítica de Todo el día y una noche
Son varios los géneros que Netflix ofrece este primer fin de semana de mayo como novedad en su plataforma. Tenemos una comedia romántica titulada ‘Ricos en amor’, algo de thriller de suspense con ‘Dangerous lies‘, y algo dirigido al público juvenil con ‘Conquista a medias’.
Pues bien, si aún así no hay ninguna novedad que te llame la atención o ya has visto sus tres anteriores propuestas, Netflix también estrena un drama criminal con una marcada denuncia social. Aquí os dejamos con nuestra crítica de Todo el día y una noche, ¿conquistará el top de las más vistas de Netflix en los próximos días?
Todo el día y una noche de Netflix
La película arranca con Jahkor Abraham (Ashton Sanders) entrando en mitad de la noche en la casa de un miembro de la pandilla rival. Allí asesinará a sangre fría a dicho miembro y a su mujer, sin importar que de testigo se encuentre su hija pequeña. Poco después viviremos el juicio por homicidio de Jahkor, por el que terminará siendo condenado y entre rejas.
A través de flashbacks conoceremos su dura infancia, con un padre violento y el día a día en un barrio marginal. Una niñez marcada por el origen racial que parece presuponer que todos los miembros de dicha comunidad terminarán delinquiendo y en prisión.
Dirige la propuesta Joe Robert Cole
Joe Robert Cole, conocido por ser el productor y guionista de ‘Black Panther‘, toma las riendas de este nuevo proyecto para Netflix. Bajo su guion y dirección transcurre esta historia donde la violencia, la marginación y el racismo hacia la comunidad afroamericana están muy presentes.
“Si tuvieras todo el día y una noche para entender tu vida, ¿por dónde comenzarías?”, será la reflexión que Jahkor Abraham se haga en el patio de la cárcel mientras observa al resto de reclusos. Todo el metraje nos empuja hacia ese momento, hacia la entrada en prisión del protagonista. En la cinta todos sus personajes, sin excepción, quedan marcados desde pequeños a una vida oscura y marginal. El mensaje es claro: no hay futuro, y hagas lo que hagas terminarás en el mundo de las drogas o delinquiendo para poder sobrevivir.
Los flashbacks nos mostrarán todo lo que necesitamos saber de la niñez de nuestro protagonista, y de cómo poco a poco terminó convirtiéndose en la persona que más odiaba: su propio padre. Un halo de pesimismo y oscuridad acompañan a todo el relato, a fin de hacer una denuncia de la actual sociedad americana y la marginación a la que empujan a la comunidad negra.
Los problemas que plantea la cinta
Así, durante todo la trama viajaremos simultáneamente por tres líneas temporales diferentes de la vida de nuestro protagonista: su niñez, marcada por la peleas callejeras y la violencia dentro del hogar; los turbios negocios que le llevaron a cometer dicho asesinato; y su vida actual dentro de la cárcel. Esta forma de relatar los hechos tan fragmentada y su posterior montaje, no hacen más que distanciarnos de la dura historia que nos relatan; en la que se deduce que si naces negro y te crías en un barrio marginal, no hay futuro ni salida posibles.
Lamentablemente, la película Todo el día y una noche termina por querer tratar demasiados temas, por lo que no profundizará en ninguno. Así, poco a poco, acabará con la fuerza e intriga con la que comenzó su relato tomando la sabía decisión de ir directo a la acción principal, detonante del conflicto.
Opinión final de Todo el día y una noche
Como conclusión final de la crítica de Todo el día y una noche de Netflix, destacar su clara y potente denuncia social, que lamentablemente se va diluyendo a lo largo del metraje por querer tratar demasiados temas a la vez y por el desacertado uso de su estructura fragmentada.
Eso sí, sabrá mantener el suspense planteado con el asesinato que sirve de carta de presentación a su protagonista. El espectador tendrá que esperar hasta su tramo final para averiguar los motivos que le llevaron a cometer dicho crimen.