Denis Villeneuve dirige “La llegada” un fantástico thriller de ciencia ficción cargado de emotividad y misterio.
Crítica de la película ‘La llegada’
La llegadaes una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos tiempos. En el trabajo se juntan grandes de la interpretación como Amy Adams (Big Eyes, 2014), Jeremy Renner (Misión Imposible – Nación Secreta, 2015) y Forest Whitaker (El mayordomo, 2013); de la escritura aplicada al cine como Eric Heisserer (Nunca apagues la luz, 2016); y de la dirección como Denis Villenueve (Prisioneros, 2013), que siempre saber cómo involucrarse y llevar a buen puerto un proyecto aparentemente ordinario. Y seguramente, la obra de Ted Chiang (“La historia de tu vida”) en la que se basa la película, haya sido un gran pilar de inspiración para realizar el producto.
Partiendo de una historia soñada cientos de veces en distintas obras artísticas, literarias y cinematográficas (el advenimiento y posterior contacto de una raza alienígena), “La llegada” sabe posicionar con absoluta sencillez una trama que en su final, se resuelve como algo absolutamente complejo. Y sin embargo todo es de una absoluta claridad diáfana, pura, lejana al artificio, que rehusa la aplicación de trampas de guión, de absurdos giros o de incomprensibles tretas para despistar al espectador. Todo se sucede de una forma lineal y natural, con humildad en el desarrollo, en el conflicto y en el desenlace. Obviamente, lo único que deberemos conceder como público es una herramienta de resolución ficticia pero, enmarcada en un mundo donde doce naves alienígenas vienen a vernos, eso no es ninguna concesión.
De menos a más usando un fantástico recurso del que otros han abusado siempre: los flash backs. Así descubriremos la profundidad del personaje interpretado por Amy Adams, la lingüistaLouise Banks, quien es reclutada por el coronel Weber(Forest Whitaker), para tratar de comunicarse con los inesperados visitantes. De camino, conoceremos al físicoIan Donnelly(Jeremy Renner), que será el otro miembro que dirigirá junto con la lingüista el equipo para llegar al entendimiento.
Denis Villenuevelogra mantener absorto al espectador durante las casi dos horas de duración de la película haciendo un magistral uso de la sobriedad de los planos, de la estaticidad y limpieza de unas grandiosas imágenes acordes con la serenidad de las titánicas naves que se suspenden en el cielo. Un cuarto de la película, media hora, es lo que dedica el director a aproximarnos a los visitantes. Treinta minutos en los que la curiosidad por conocer el aspecto de los extraterrestres, será el motor de esta presentación. Luego, el misterio tomará las riendas para intentar dar respuesta a unas sencillas preguntas:¿Quiénes son? ¿De donde vienen? ¿Por qué están aquí? Y pronto -que en realidad es hacia el final-, estaremos inmersos en una apasionante resolución donde apremia la urgencia. Todo sin espectacularidad comercial. Todo sin adornos. Únicamente con una poderosísima banda sonora en ocasiones apenas distinguible de los graves efectos de sonido.
La llegada es una experiencia audiovisual total. Consigue trasladar al público a una vivencia especial, a un encuentro extraterreste, y lo logra apelando a una de las cualidades -la más importante-, que posee el espectador: La inteligencia. El guión, la trama, el director y los actores respetan al auditorio. No dan gato por liebre. No utilizan sucios trucos. Es más, exponen las claves abiertamente y no se esconden nada que provoque el rechazo.
Cualquier amante de la ciencia ficción, el buen cine, y las grandes películas, debería buscar un buen momento para acudir a la sala del cine (mejor en versión original) y disfrutar de una emocionante historia, elegante, llena de intensidad y emotividad, mágicamente desprovista de pretenciosidad. Una obra maestra.