“Deadpool 2” comienza a resultar repetitiva en su segunda entrega al insistir en todos aquellos gags que la hicieron subir en taquilla como la espuma. Tras la sorpresa, ahora llega el momento de asentarse como saga, ¿lo logrará?
Crítica de la película “Deadpool 2”
Regresa a la gran pantalla el superhéroe más irreverente y mal hablado del catálogo Marvel con Deadpool 2. Una segunda entrega que se esfuerza en reafirmar su punto fuerte, precisamente esa verborrea inherente a la personalidad de su protagonista, pero que pierde fuerza en lo que se refiere a la trama de la aventura que nos plantea.
En definitiva, “muchas palabras y pocas nueces” para un Deadpool que intenta superar por todos los medios a Logan en su última y trepidante entrega -quizá la historia más “cercana y verdadera” jamás llevada al cine de un superhéroe-, algo a lo que se hará mención en más de un momento en la película, pero que se queda en visos de poder hacerle sombra. Logan es un superhéroe serio, con problemas reales y con heridas de carne y hueso; Deadpool es un tipo chistoso, con misiones sin el suficiente peso y con vidas tan infinitas como las de un videojuego. Y es que si en algo flojea Deadpool 2 es en sus tramos más serios o pretendidamente dramáticos.
A Deadpool le pasa lo que cabría esperar de este tipo de historias, lo poco gusta y lo mucho cansa. En esta ocasión los guionistas de la aventura -Rhett Reese y Paul Wernick, guionistas de la ingeniosa Bienvenidos a Zombieland (2009)- fuerzan demasiado el chiste fácil y vacilón, centrándose muy poco en aportar peso a la verdadera trama de su superhéroe, arrojándole sin sentido a una infinidad de peleas y a la indiferencia provocada por gags repetitivos. Algo que para quién espera una narrativa con más trama y peso no tardará en aburrir… Y es que ¿cuántas películas más pueden dar de sí los chistes sobre Linterna Verde?
De nuevo, Ryan Reynolds interpreta a Deadpool, un héroe poco o nada convencional que no se toma en serio ni así mismo, y ni mucho menos a sus villanos contrincantes. Un superhéroe más humano, que lograba en su primera aventura enganchar en su trama a todo tipo de público -fans y no tan fans de la sagas de DC y Marvel- al no tratar el mundo superhéroe desde una óptica tan “seria y convencional”, algo a lo que sin duda ya habían ayudado las anteriores franquicias de “Iron Man” y “Guardianes de la Galaxia“. Reynolds sabe que ha dado en el clavo tras años intentando tener un pelotazo en Hoollywood, aunque dudo que ni el mismo esperase el éxito obtenido con la primera entrega, y sin duda se sabe cómplice de las desdichas y continuos pitorreos de su personaje. Sabe sacarle partido a su antihéroe socarrón, aunque no tenga en esta ocasión todas las cartas a su favor en cuestión de guion para poder lucirse.
David Leitch (“John Wick”, “Atómica“) dirige esta nueva entrega centrándose en las escenas de acción, algo que defiende de manera solvente pero con las que termina por aburrir por la cantidad y la intensidad de cada una de las peleas que aparecen en la cinta. Algo que acaba resultando verdaderamente cargante: una pelea por aquí con gente chunga de la mafia, otra pelea por allí con un mutante que me tiene manía, y así hasta las dos horas de duración. De este modo logra desprenderse de cualquier ápice de frescura alcanzada con respecto a la primera entrega, aunque aún consiga resultar divertida -por momentos- gracias a los aciertos que la hicieron conocida: sus referencias a la cultura popular; su continua parodia hacia los clichés del mundo superhéroe; la irreverencia que muestra al romper con la llamada cuarta pared hablando y comentando la jugada con el espectador; o sus más que sonados cameos, son algunos de los puntos fuertes de “Deadpool 2“.
Opinión final de la película “Deadpool 2”
Deadpool es ya una saga que tras el exitazo sin precedentes de su primera entrega, aún logra mantener entretenido al espectador en esta segunda, pero que se enfrenta en el futuro próximo a su mayor reto: fidelizar a sus fans con “Deadpool 3” o perderlos para siempre por culpa de resultar tan repetitiva como cansina.
