Ryan Reynolds vuelve a ponerse en la piel del mutante más irreverente de las páginas de Marvel, Deadpool, y lo hace dejando de lado su primer acercamiento en la desastrosa “X-men Origenes: Lobezno”. Cine de acción para adultos con el humor como principal atractivo.
Sinopsis de la película ‘Deadpool’
Wade Wilson (Ryan Reynolds) es un mercenario aquejado de un cáncer terminal. Deseoso por vivir y no abandonar a su pareja, decide someterse a un programa secreto que le convierte en un mutante con poderes regenerativos y capacidades alteradas. Cuando su novia es raptada por aquellos que le convirtieron en lo que es a través de un sufrimiento inhumano, Wilson, ahora convertido en Deadpool, intentará rescatarla.
Crítica de la película ‘Deadpool’
Deadpool prometía desde su excelente campaña de promoción diversión e irreverencia a partes iguales en una película del subgénero de superhéroes que apuntaba a algo distinto dentro del encasillamiento que sufre actualmente. ¿Lo consigue? Sí, y con creces. Alzándose como una adaptación respetuosa con el material, a pesar de las dificultades y riesgos que ello implicaba, y a tenor de los resultados en la taquilla estadounidense, parece que han dado en el clavo y que el público apuesta por lo original.
El film no inventa nada pero hace uso de recursos alejados de lo ortodoxo que constituyen un pastiche heredera del cómic original que le siente a la perfección a la narración, siendo un soplo de aire fresco dentro de un subgénero que parecía agotarse en cuanto a ideas a pesar de sus astronómicos ingresos en taquilla. La consabida “ruptura de la cuarta pared” por parte del protagonista, apoyada en la plena conciencia de que se encuentra dentro de una obra de ficción, favorecen el guiño constante hacia el espectador y los toques de humor y gags más hilarantes de los últimos tiempos, convirtiendo el visionado en una carcajada constante. Y es que los créditos de apertura son toda una declaración de intenciones de lo que pretende la cinta, no tomarse en serio a sí misma.
Ryan Reynolds por fin consigue quitarse la espinita y cumplir la deuda que tenía pendiente con los fans de Deadpool desde la olvidable “X-men Orígenes: Lobezno”. Consciente del riesgo, Reynolds se lanzó a la piscina en la que era su última oportunidad de salvar una carrera plagada de fracasos en cuanto a adaptaciones comiqueras se refiere. Su interpretación es lo mejor que se ha visto de él hasta el momento, adoptando esa chulería y verborrea características del personaje. Se nota el cariño y las ganas que le ha puesto, junto al resto del equipo, para llevar a buen puerto un proyecto como este que desafiaba las reglas de género y al que había sumarle una calificación para mayores de edad que se convierte en lo más acertado del film. El uso gamberro de la violencia y los comentarios soeces, a veces llegando a ser ofensivos, son los que marcan la diferencia y nos acercan a lo que hubiese sido una película de superhéroes dirigida por Tarantino, salvando las distancias.
Los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick presentan una historia sencilla, alejada de los estruendosos clímax que presenta el género últimamente, y que funciona a la perfección porque aquí lo importante es Deadpool. El director Tim Miller conduce la historia de manera correcta con unas escenas de acción realizadas con oficio, sin necesidad de recurrir a la espectacularidad impostada, convirtiendo la narración en algo ligero y fácilmente digerible.
La integración en el universo de los X-Men está justificada a través de los dos miembros del equipo de Charles Xavier. En el caso de Coloso, nos encontramos a la mejor traslación del personaje a la pantalla grande a pesar de su dudoso CGI. El “Peter” Raputin de esta versión conserva su acento ruso y hará las delicias de los fans del personaje. El resto del reparto también está acertado aunque ninguno destaca (ni siquiera el villano) ya que el rey de la fiesta en un Reynolds que apenas enseña su rostro durante gran parte del metraje.
Deadpool es un experimento muy arriesgado por parte de la tan criticada Fox pero que en este caso merece todos los elogios. Valiente, divertida y novedosa. Podría seguir escribiendo líneas y líneas sobre sus genialidades pero lo mejor es que el público vaya verla y sobre todo que la disfrute. Ojo a la escena tras los créditos y las novedades que trae consigo…