Charlize Theron se convierte en “Atómica”, una cinta magníficamente dirigida por David Leitch pero bastante pobre en lo que se refiere a un guion que traslada a la gran pantalla la historia del cómic ‘The coldest city’.
Crítica de la película “Atómica”
Charlize Theron se convierte en una espía tan “cañón” como imparable en Atómica. Una cinta de acción y espionaje con ciertos elementos de thriller que arrancará con fuerza pero que según pasen los minutos de metraje se irá convirtiendo en más y más insustancial. Poco aportará a un espectador cansado ya de propuestas tan veraniegas como comerciales que sólo tienen como misión recaudar en taquilla. Y eso que con esta cinta la promoción está ya prácticamente hecha desde el mismo momento que en el trailer se muestra la tórrida escena de pasión que la propia Theron mantendrá con su compañera de reparto Sofia Boutella(Kingsman, Star Trek)- según mis compañeros críticos “un cañonazo de tía”-. Desde luego dicha escena merecerá el paso por taquilla para más de uno/a y de dos, para gustos los colores; pero la verdad es que aunque pueda parecer llamativo que Theron se preste a ese momentazo a estas alturas de su carrera, hará falta mucho más para convencernos antes de que aparezcan los títulos de crédito.
Lorraine Broughton (Charlize Theron) será Atómica, una espía secreta de alto nivel del MI6 que se traslada al Berlín de 1989 tras la caída del muro, con la misión de terminar con una red de espionaje que acaba de asesinar a un agente encubierto que parece ser el portador del mayor de los secretos: “la lista de espías” con su verdadera identidad. La atractiva espía deberá infiltrarse en la zona con la ayuda del jefe de la sección de Berlín, David Percival (James McAvoy). Juntos deberán recuperar dicha “lista” antes de que caiga en manos enemigas.
Un inexperto David Leitch, encargado de dirigir la próxima entrega de Deadpool,dirige con soltura un pobre guion de Kurt Johnstad que adapta a la gran pantalla el famoso cómic “The coldest city” de Antony Johnston. Leitch crea una atmósfera tan fría, egoísta y solitaria como su protagonista principalLorraine Broughton, una espía infiltrada en un mundo de hombres, secretos y mentiras del cual salir airosa será bastante complicado. Gracias a las luces de neón -una dirección de fotografía impecable gracias a Jonathan Sela (John Wick, Max Payne)- y a unos temas ochenteros sabiamente seleccionados nos será fácil trasladarnos al Berlín de la época, donde los bandos estaban muy marcados por la Guerra Fría y la tensión en las calles estaba apunto de estallar.
Se nota el pasado del director David Leitch, pues gracias a su experiencia y visión como especialista saborearemos una de las escenas de acción mejor rodadas de la historia del cine, donde Theron se enfrenta con tan sólo la ayuda de un látigo -a modo Indiana Jones- a una veintena de enemigos corpulentos y armados hasta los dientes (es la escena que vemos en la imagen de arriba). Sin duda las coreografías de lucha de la película están estudiadas al milímetro pero para en esta en especial cualquier alabanza es poca.
En Atómica todo estaba apunto para regalarnos una cinta de espionaje digna de un ‘007’ (las escenas de acción, la fotografía, la realización, el montaje, la banda sonora, las interpretaciones), lástima que su casi inexistente guion haga que la cinta se alargue en un infinito bucle de peleas y huídas que relegan a un segundo plano las sombras y conspiraciones ocultas tras un Berlín que quería romper sus barreras a toda costa.-