El 21 de Agosto de 2020 se estrena en salas nacionales la película Un plan irresistible, una sátira política que pone su foco en una pequeña localidad rural de Wisconsin para representar a pequeña escala las ironías del sistema electoral estadounidense. Os dejamos con nuestra crítica de la película Un plan irresistible, una refrescante opción para volver a los cines.
Sinopsis
Cuando el vídeo viral de un marine retirado defendiendo los derechos de los trabajadores locales sin papeles llega a manos del cerebro de la estrategia electoral demócrata, éste volcará sus esfuerzos para conseguir que el viejo marine salga elegido alcalde de una pequeña localidad rural de Wisconsin por el Partido Demócrata para recuperar los votos de la América rural profunda. Sin embargo, el Partido Republicano no está dispuesto a perder esa escaramuza.
Crítica de la película Un plan irresistible
Jon Stewart, director y guionista de la película Un plan irresistible, equilibra el contenido político con dosis de comedia, ironía y drama. Su experiencia en sátira política (The Colbert Report, con más de mil episodios) conduce al espectador por este pequeño pueblo y le anima a formar parte de la campaña electoral local.
La América profunda
La población rural de Estados Unidos representa un 17% de la población total. Los grupos políticos están perdiendo interés en la América profunda y concentran sus campañas electorales en las grandes ciudades, donde los habitantes se cuentan por millones y tienen mucho más acceso a la sociedad de la información.
El estratega demócrata Gary Zimmer (Steve Carell), protagonista de la película, contempla un posible punto de inflexión y trata de ganarse el favor del marine Jack Hastings (Chris Cooper) y su hija (Mackenzie Davies) para hacerse con la alcaldía de una pequeña villa de Wisconsin y así marcar la diferencia en las elecciones generales al hacer perder votos por extensión a una América rural a priori republicana.
Bienvenido, Mr. Zimmer
Si algo es recurrente en la película Un plan irresistible (2020), es su constante hincapié en las abismales diferencias de pensamiento y conducta de la población rural y urbana estadounidense.
Aunque el vecindario recibe a Zimmer con los brazos abiertos, se produce un cambio de actitud en el pueblo a medida que la campaña electoral progresa. El municipio observa incrédulo como la campaña atrae un sinfín de avances tecnológicos que desconoce, que se ve incrementado tras la llegada del contrapunto republicano, Faith Brewster (Rose Byrne), diestra en la manipulación mediática y rival amor/odio de Zimmer, que hace con él una pareja actoral tenaz.
La dupla establecerá un tira y afloja con la alcaldía por objetivo, aumentando los medios y la financiación, dando a conocer la situación de la localidad con estrategias mediáticas y jugando todo lo sucio que sea necesario con tal de conseguir su objetivo. Al final, toda América resultará cómplice de lo que ocurra, y los resultados de las elecciones locales repercutirán, como Zimmer había previsto, en las generales.
Solidaridad frente a competencia
Mientras Zimmer y Brewster están envueltos en su batalla mediática personal, la gente del pueblo sigue viviendo a una. Los líderes de ambos partidos no dudan en tomarse una cerveza juntos y la repostera del pueblo halaga con pasteles a sus nuevos habitantes temporales.
Sin embargo el enfrentamiento encarnizado romperá los vínculos locales y sacará los trapos sucios del pasado, poniendo en evidencia el envenenamiento que la sociedad moderna traslada sin escrúpulos a las pequeñas comunidades.
Esta cruda realidad se ve aliviada gracias a la vis cómica del director y Steve Carell, que quitan importancia a la triste realidad del sistema político estadounidense (e internacional) con toques de comedia exagerada que no termina de encajar con el puzzle electoral.
Opinión final de la película Un plan irresistible
La película Un plan irresistible es una pequeña lección de humildad para la sociedad moderna en forma de comedia ligera. Si te animas a ir al cine, pasarás casi dos horas entretenidas y te darán ganas de volver a visitar la generosidad de los vecinos de tu pequeño pueblo y desconectar de una sociedad mediática tóxica.
