‘No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas’ terminará resultando tan larga como su título. Con contados gags graciosos, la película nos presenta una trama de adolescentes contada por personajes rodando la cuarentena.
Crítica de la película ‘No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas’
La comedia romántica No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas llega hoy a la cartelera nacional, precedida por el éxito de ventas del best seller homónimo de Laura Norton. Una cinta a la que le costará encontrar su público objetivo debido a su trama, demasiado infantiloide para los espectadores al que va dirigida, y con unos actores demasiado mayores para el público adolescente con el que podría encajar su trama. Este será uno de sus principales problemas, una historia protagonizada por unos actores casi cuarenteañeros a los que les acontecerán situaciones y problemas de gente de veinte. Así se hará realmente complicado empatizar con su protagonista, Sara (Verónica Echegui), algo esencial cuando tenemos entre manos la que podríamos considerar “una Bridget Jones a la española”.
El karma, que tampoco parece acompañar al resultado final de la película, no es otro que el de Sara (Verónica Echegui), una joven malasañera que sueña con casarse con su novio de toda la vida, Roberto (David Verdaguer), tener hijos pronto y triunfar en el mundo de la moda con los originales diseños que realiza con plumas. Pero parece que nada de lo que desea pueda cumplirse… obsesiva, controladora y soñadora sin remedio, su vida dará un giro de ciento ochenta grados cuando su hermana, Lu (Alba Galocha), bastante más pequeña que ella, de la noticia bomba: pronto se casará con el amor platónico del instituto de Sara, Aarón (Álex García).
Maria Ripoll (Ahora o nunca) dirige, no sin desatino, esta adaptación cinematográfica sobre las desdichas de una treintañera a la que nada le sale bien. Aunque puede presumir de presentarnos una cinta estéticamente cuidada y donde se deja notar ese look moderno-vintage tan de moda ahora, no puede hacer lo mismo a otros niveles como en lo referente a la adaptación del guion o al montaje final de la cinta donde, tranquilamente, sobra su última media hora de metraje. Será justo durante esos minutos cuando la película mida sus fuerzas con el espectador, arrastrándole al sopor más absoluto, no sin librarle de pasar primero verdaderos momentos de vergüenza ajena. Un completo desatino que logrará borrar cualquier rastro de sonrisa que pudiera haber conseguido en los primeros minutos.
El reparto logra convencer en sus respectivos papeles siendo consciente de lo que tiene entre manos. Verónica Echegui se mete en el papel de Sara y lo defiende a la perfección. Otra cosa es que pueda llegar a convencernos de que con casi cuarenta años alguien siga enamorada del guaperas del instituto, de que aún se siga creyéndose el patito feo y de que viva un momento fanático que ni las Beliebers.Álex García es Aarón, ese guaperas rompe corazones que ahora triunfa en el mundo de la música, un personaje más propio para el Dani Martín que en su época acompañaba a su chica en ‘Yo soy la Juani’.David Verdaguer es Roberto, el novio serio y responsable de Sara, aunque también bastante crecidito para tener el valor de cortar con su novia antes de que esta se mude al otro lado del mundo por seguirle. Alba Galocha es Lu, la única a la que sus acciones acompañan a su edad. Una joven bocazas y demasiado directa, personaje que nos regalará los momentos más divertidos de la cinta. Un verdadero descubrimiento.
Y así es la película de la que llevas escuchando hablar meses. Prescindible completamente. Si te gustan las comedias románticas que tienen como protagonistas mujeres soñadoras a las que nada les sale bien siempre podrás volver a ver las películas de genuina Bridget Jones. Eso sí, te perderás uno de los finales más bochornosos de la historia del cine.