Hasbro y Lionsgate apuestan a caballo ganador, nunca mejor dicho, con “My Little Pony. La película”. Una cinta que llevar a los más pequeños de la casa a las salas de cine sin más pretensiones que pasar un rato entretenido en estas fechas navideñas; y de paso vender unos cuantos de millones más de pequeños ponis claro…
Que Hasbro ha sabido explotar como pocas compañías el potencial de todos sus juguetes no es ningún secreto a estas alturas. Tras sacarle todo el jugo a sus archiconocidos Transformers han sido multitud los juguetes que han saltado a la pantalla de cine con mayor o menor acierto; una de sus últimas apuestas fue la relamente genial “Trolls“. Ahora llega el turno de sus coloridos y súper cuquis ponis los cuales ya están instaurados en la cultura popular desde hace más de tres décadas junto a sus inseparables mini peines para atusar sus largas melenas.
Sinopsis “My Little Pony. La película”
En My Little Pony viajaremos hasta Equestria. Allí está apunto de celebrarse el Festival de la Amistad que, organizado por la princesa Twilight Sparkle y sus amigas, promete ser un gran éxito. Pero antes de que de comienzo tan esperada fiesta aparecerá en escena la Comandante Tempest (Edurne) que capturará a las princesas Celestia y Luna para quitarles su energía y entregarle este reino ecuestre al malvado Rey Tormenta. Twilight logrará escapar de las temidas garras del mal. Ahora tendrá que conseguir la ayuda de la reina de los Hipos, la única con el suficiente poder como para hacerles frente.
Crítica de la película
Jayson Theissen, también director de la serie My Little Pony: La Magia de la Amistad, ha sido el encargado de dar forma a este proyecto cinematográfico de Hasbro y Lionsgate. Una apuesta rentabilísima a nivel financiero pues su éxito en taquilla no sólo permitirá a la productora cinematográfica obtener sustanciales beneficios, sino que también hará que las ventas de los pequeños ponys y de todo su merchandising se disparen.
Como era de esperar la propuesta a nivel de guion es bastante básica; casi podríamos hablar de una adaptación para la gran pantalla del universo ya creado por la serie de televisión al tan sólo introducir como novedad un par de personajes y situaciones. El riesgo en este aspecto es prácticamente nulo. De este modo, ambas compañías han querido garantizarse un sitio entre las películas más reclamadas por el público infantil de la cartelera navideña. Seamos sinceros, My Little Pony. La película está dirigida e ideada para impactar entre el público infantil de entre 3 y 8 años, y poco más. Entretenimiento para los más pequeños de la casa sin mucha más pretensión o expectativa. Algo que por otro lado no está mal, dicho público también debe tener su sitio entre la cartelera y, en muchas ocasiones, de la mano de los más que adultos y elaborados productos de Disney y Pixar, no lo consiguen. Para muestra “Coco“, por cuyo visionado pocos niños -y adultos- podrían pasar sin derramar unas cuantas lágrimas.
Amistad, color, brillantina y un toque de empoderamiento femenino, que nunca viene mal ir inculcando desde bien pequeñas, son las bases de My Little Pony. La película. Un producto solvente a nivel de guion, pero que donde logra destacar es en lo que se refiere al campo de la animación -especial atención merece el diseño de los hipogrifos- y a la banda sonora.
Una banda sonora original capitaneada por el tema “Rainbow” que podría estar sonando en la radio a todas horas gracias a la voz de SIA. Uno de los mayores aciertos de la cinta, no hay duda. Además del cameo de la cantante como pequeño poni en el personaje de Songbird Serenade, una poni cantante súper molona y con pelo bicolor que reina en las listas de éxitos de Equestria.
Emily Blunt pone voz en la versión original a la poniTempest Shadow, el personaje más interesante de la cinta por su amplio desarrollo durante la trama. Un poni con el cuerno partido que no encontró la aceptación necesaria entre sus compañeras de pupitre cuando era pequeña, hecho que la convertido en una de las villanas de la cinta. En nuestro país cuenta con el doblaje de la cantante Edurne, su primera vez en el difícil arte de poner voz a un personaje de animación.