Tenemos nueva película de culto en el panorama cinematográfico. Es un musical que sirve de homenaje a los años dorados de Hollywood y que llega protagonizado por Ryan Gosling y Emma Ston. Su título: ‘La ciudad de las estrellas. La La Land’.
Crítica de ‘La ciudad de las estrellas. La La Land’
Tras el exitazo esta madrugada en los Globos de Oro, por fin a la que escribe le ha llegado su turno de disfrutar de la cinta de la que todo Hollywood habla maravillas. Un Ryan Gosling completamente arrebatador que acompañado de una Emma Ston sofisticada hasta límites insospechados, dan como resultado una película tan encantadora como peculiar de la que difícilmente el espectador podrá olvidarse: La ciudad de las estrellas. La La Land.
Una película exquisita, sin duda, de esas que dejan huella y de las que necesariamente hay que deleitarse en pantalla grande y en Cinemascope. Colores, luces, planos, sonido… todo esta cuidado al máximo detalle en esta producción donde el pasado y el presente del cine se tocan invitándonos a soñar, a enamorarse. Todo es posible en la llamada “la ciudad de las estrellas”, en Los Ángeles, o más concretamente en Hollywood, en la meca del cine; sitio de peregrinación de tantos y tantos actores que esperan tras la barra de una cafetería su oportunidad en la próxima serie de moda; allí dónde los sueños pueden hacerse realidad -¿dónde si no?-. Sólo hay que ser paciente, y nunca, nunca, dejarlos atrás.
Allí conoceremos a nuestra protagonista Mia(Emma Stone), una joven que ha dejado atrás su familia, sus estudios y su hogar para llegar a ser la gran actriz con la que lleva soñando desde pequeña. Ahora vive en Hollywood y lo máximo que ha hecho como actriz es trabajar en la cafetería que hay dentro de los Estudios Warner Bros. Su día a día se encuentra entre decorados, gritos de “acción” y caras conocidas de la gran pantalla, pero su suerte en los castings deja mucho que desear. Una noche, la dulce melodía de un piano le llevará al interior de un local donde conocerá a Sebastian (Ryan Gosling), un joven pianista apasionado del jazz que sueña con abrir su propio local en la ciudad.
Que a Damien Chazelle le gusta soñar a lo grande está más que claro. Si hace un par de años logró conquistarnos con la grandiosa‘Whiplash‘, ahora con su nuevo largometraje se ha propuesto enamorarnos en el más estricto sentido de la palabra. Con una elegancia y maestría innatos, el director y guionista realiza su particular homenaje al género musical del cine clásico. Una ensoñación de ciento veinte minutos de duración que dejará al espectador exhausto tras tener la sensación de haber luchado, vivido y dejado atrás los sueños que nos proponen sus dos protagonistas. Una montaña rusa de emociones que despegará como un musical, verdaderamente explosivo, para terminar aterrizando en el más puro drama sentimental, siempre teñido de ese hipnótico aire teatral tan presente desde la primera escena. La secuencia final firmará una película realmente extraordinaria. Las miradas que cruzan sus dos protagonistas terminarán definitivamente por hacer partícipe al espectador de esta encantadora historia. La nostalgia invade la sala. Habrás bailado, cantado, amado, reído, soñado… hasta que sólo quede decir adiós.
Todo resulta atrayente en La La Land, sobre todo esa fina línea donde lo onírico y lo real parecen mezclarse sin mayor problema. Y parte de esa gran química nace de la pareja protagonista, encarnada por Ryan Gosling y Emma Ston. Jóvenes, atractivos y triunfadores en el Hollywood actual, resultan la pareja perfecta para tener que hacerse valer a ritmo de jazz en este musical. Ambos darán lo mejor de sí mismos en cada escena, en largos planos secuencia donde simplemente estarán perfectos -dentro de sus imperfecciones, lo cual les hace aún más reales de cara al espectador-, cada gesto y cada mirada acompañarán a la canción. Imposible no enamorarse del aire melancólico de Gosling. Imposible no rendirse a los pies de la delicadeza de Ston. Simplemente todo fluye entre ellos.
Y así, abriendo prácticamente la cartelera de 2017, llega una película de matrícula de honor que ya tiene asegurado su sitio entre esos famosos listados de “1000 películas que ver antes de morir”. Su homenaje al Hollywood dorado y a sus musicales también son clara baza ganadora para arrasar en la proxima edición de los Oscar. La ciudad de las estrellas. La La Land bien merece una visita al cine, es la típica película de la que vas a oir hablar durante meses.