Tras ganar en el Premio del Jurado en la edición de 2009 en el Festival de Sundance, Destin Daniel Cretton decidió convertir su aclamado cortometraje Short Term 12 en un largo. Cambiando la perspectiva de su historia e, incluso, a los protagonistas, Cretton consigue dar un salto cualitativo realizando una película emotiva que ha cosechado reconocimientos en el Festival de Cine Los Ángeles o de Locarno.
Trailer de ‘Las vidas de Grace (Short Term 12)’
Short Term 12 es una casa de acogida para niños en peligro de exclusión en la que los menores pueden quedarse hasta cumplir 18 años o hasta que el Estado decida qué hacer con ellos. Una de las cuidadoras en el hogar es Grace (Brie Larson), una mujer entregada a su trabajo que no podrá evitar replantearse su propia vida cuando al centro llega Jayden (Kaitlyn Dever), una chica a la que califican de violenta y con la que tiene demasiado en común.
Trailer de ‘Las vidas de Grace (Short Term 12)’
Aunque pueda parecer una paradoja, es difícil escribir y crear sobre lo que uno conoce o ha vivido sin caer en la melancolía o en la idealización extrema. Precisamente Short Term 12 (versión corto y largo) nace de las experiencias que Cretton vivió o contempló durante su trabajo temporal en un hogar de acogida. Al igual que el personaje de Nate (Rami Malek), Cretton pronto comprendió que la vida de esos menores es dura y esconde más de lo que se muestra a simple vista. Su mérito es el haber conseguido trasladarlo a imágenes con una sensibilidad que huye del drama y de la tragedia innecesaria.
Con una trama circular que se desarrolla lentamente para permitir al espectador descubrir en los detalles a los personajes y a las realidades a las que estos hacen frente, Las vidas de Grace parte aparentemente de la protagonista para plantear cuestiones lejos de toda intención moralista o morbosa: la realidad de un sistema de asistencia social ineficaz que se pierde en la burocracia, la falta de medios a disposición de los cuidadores, el miedo de unos adolescentes que se ven despojados de toda protección al cumplir la mayoría de edad, la falta de control ante progenitores abusivos, las secuelas… problemas serios que Cretton opta por retratar de manera íntima y paciente. Utilizando la cámara en movimiento, con predominio de planos cortos que miran y observan a los protagonistas compartiendo con ellos el espacio, la fotografía se decanta por una estética de imagen lavada por una luz clara, recordando más a días de verano soleado que a una infancia oscura recluida en un reformatorio. Y es que Las vidas de Grace destaca por elegir “el vaso medio lleno” de lo que está contando.
Apoyado por un elenco construido tanto en base a figuras adultas relativamente conocidas, como Larson, Malek o John Gallager Jr. (adorable en casi el mismo papel que encarna en The Newsroom), así como los sólidos jóvenes Dever o Keith Stanfield (presente ya en el cortometraje), Las vidas de Grace muestra cómo la vida es cruel y despiadada, pero también capaz de ofrecer momentos dulces y de calma.
Con una especial presencia de las melodías suaves en la banda sonora, las imágenes nos conducen a través de las vidas de unos adolescentes que no dejan de ser niños obligados a enfrentarse a un mundo de mayores. El mérito de Cretton es conseguir no que los compadezcamos, sino que queramos cambiarlo.
