Coescrita y dirigida por Guy Ritchie, el 24 de mayo se estrena en nuestras pantallas Aladdin, nueva versión live-action de uno de los clásicos animados Disney.
Sinopsis
Aladdin (Mena Massoud) es un adorable pero desafortunado ladronzuelo enamorado de la hija del Sultán, la princesa Jasmine (Naomi Scott). Para intentar conquistarla, acepta el desafío de Jafar (Marwan Kenzari), que consiste en entrar a una cueva en mitad del desierto para dar con una lámpara mágica que le concederá todos sus deseos. Allí es donde Aladdin conocerá al Genio (Will Smith), dando inicio a una aventura como nunca antes había imaginado.
Reseña
Si atendemos a la frecuencia con la que Disney ha comenzado a estrenar las adaptaciones de sus inolvidables películas de dibujos animados, da la sensación de que no tardaremos muchos años en haberlas visto prácticamente todas. Este 2019, sin ir más lejos, contamos con tres de ellas. Entre Dumbo, estrenada a finales de marzo, y El Rey León, que se estrenará en julio, le llega el turno a Aladdin, la versión más almibarada y jazzística de Las Mil Y Una Noches que se recuerda.
El primer tercio del film presenta muchas más sombras que luces, la verdad sea dicha. El guion aparenta cierto grado de ansiedad por atravesar este tramo lo antes posible lo que, en términos narrativos, conlleva que el argumento se presente un tanto apelmazado y artificial, con una presentación de personajes y conflictos que resulta forzada. En la película de 1992 se retrataba a la perfección esa oposición de la pareja protagonista al ver cercados sus sueños y anhelos, simplemente por haber nacido donde lo habían hecho. Sin embargo, en esta nueva versión, todo este planteamiento suena impostado y poco natural. Sensación que ni siquiera el consabido número musical de arranque logra enmendar.
Otro aspecto decepcionante del film es el irregular diseño de producción para un estreno de estas hechuras, con un presupuesto que debería ser suficiente como para ahorrarnos escenarios totalmente cartonpiedrer, más propios de un telefilm producido por Disney Channel.
Will Smith el verdadero genio de Aladdin
Dicho esto, la película remonta poderosamente gracias a la aparición del Genio de la lámpara, a la sazón verdadero protagonista de este sarao. Visualmente la cosa gana enteros y Will Smith derrocha carisma con el objetivo de ponerse a los mandos cuando más se le necesita, erigiéndose en el único actor de todo el reparto capaz de dar con el tono justo en su interpretación. Si bien es cierto que su encarnación del todopoderoso Genio no pasará a la historia como el trabajo más exigente de su carrera, no lo es menos que un error de bulto en este casting hubiera supuesto un lastre difícilmente superable. Por lo tanto, con el personaje del Genio ya en faena, Aladdin arranca un tramo central regido por los mecanismos de la comedia romántica y que funciona bastante bien, regalándonos varias secuencias divertidas y entrañables que, sin lugar a duda, suponen lo mejor de la película.
Como complemento a la historia que ya conocemos, se nos presenta una subtrama dirigida exclusivamente a tratar de subir un peldaño el peso específico de la princesa; una derivada que, sin molestar, no acaba de encontrar una justificación argumental.
En cuanto al resto del reparto, Naomi Scott desempeña con corrección el papel de Jasmine; su pareja interpretativa, sin embargo, el actor de origen egipcio Mena Massoud, no acaba de funcionar como Aladdin, dando la sensación de que este salto al posible estrellato le ha venido algo grande. Así y todo, nada ver con el despropósito que Marwan Kenzari perpetra con su particular Jafar.
Opinión final
En resumen, film tan entretenido como innecesario, del que se esperaba mucho más en la previa y cuyas mayores virtudes residen en la presencia de Will Smith; a años luz de lo que el espectador calificaría como “un mundo ideal”.
