Aventura en solitario de uno de los archienemigos de Spider-man que aquí toma el rol de antihéroe. Una película fallida, irregular y foco de todos los ataques posibles sin espacio para una visión objetiva.
Crítica de la película “Venom”
Hay películas que nacen condenadas desde el mismo anuncio del proyecto. Internet y las redes sociales se erigen como nuevos jueces que emiten su sentencia sin haber visto el resultado final. Noticias y tráilers valen lo mismo que el visionado del film. “Venom” es la más reciente de las víctimas de esa creciente y preocupante corriente. Los gatekeepers que decían los miembros de la Mass Communication Research se han convertido en gente que mora por las redes con más o menos acierto y que son capaces de crear una opinión previa en base a ciertas noticias o rumores que surgen durante la producción, los dichosos reshoots o la elección de la clasificación por edad.
“Venom” no es una película perfecta. De hecho, es bastante problemática. La premisa de erigir como protagonista a un enemigo emblemático de Spider-man y no hacer ninguna referencia a este, por mucho que el personaje alienígena tenga o haya tenido su propia serie en solitario, no justificaba la creación de un producto que ha decidido dirigirse a un público adolescente con el objetivo de sacar más tajada en taquilla. El guion nos remite a la clásica estructura de origen del personaje, sin innovar en el esquema planteado desde la ya mítica “Superman” de Richard Donner. Y eso implica que, en una cinta de 2018, acostumbrados como estamos a ver superhéroes en pantalla grande a todas horas, el personaje protagonista no aparezca hasta bien entrada la hora de metraje. Y es que parece que “Venom” nos retrotrae a casi dos décadas atrás en cuanto al género se refiere (hasta una de las canciones de la banda sonora la interpreta Eminem. ¿Puede haber algo más rancio a estas alturas?). Además de la citada estructura, el relato fluye a trompicones, estancándose a ratos o cogiendo demasiada velocidad, al igual que el desarrollo del arco de los personajes no puede ser más erróneo, quizá debido al recorte en el metraje.
El caso de Tom Hardy sí que parece ser más difícil de explicar. El actor se corona con una de las peores interpretaciones de su carrera. Sobreactuaciones, muecas y movimientos extraños forman la columna vertebral del personaje de Eddie Brock. No se sabe si por indicación del director o por propia desgana de Hardy. Ruben Fleischer, responsable de la entretenida “Bienvenidos a Zombieland”, no consigue hacerse con el tono del relato. Se le ve más interesado en una comedia totalmente prescindible que en las torpemente realizadas set pieces, en especial la persecución en moto. A lo que se le suman unos efectos digitales que a ratos espantan y por momentos representan a un Venom imponente pero atado de pies y manos.
A Hardy le acompañan dos intérpretes de primer nivel. Riz Ahmed se hacer cargo de un villano muy poco trabajado desde el guion, que le otorga poco espacio para hacerse notar. Y la genial Michelle Williams se encarga del desagradecido papel de interés romántico del protagonista. Prescindible, anodina e incoherente su personaje.
Con todos sus problemas, “Venom” es una película entretenida, que puede ser disfrutada por su público objetivo, el cual estará más interesado en juzgarla por la diversión que ofrece, donde entra en juego su humor, muy en la línea del target al que aboga. Sin embargo, la sentencia ya está emitida y para la gran masa estamos ante el nuevo “Catwoman” o “Los cuatro fantásticos” a las que supera, pudiéndose equiparar con otros films de aprobado raspado que hemos visto este año y que no sufrieron ataques desde el inicio de los proyectos. Juzgad vosotros mismos, para ello hay que ir al cine.
Tras los créditos dos escenas. La primera de ellas esperanzadora y toda una sorpresa que puede que se haga realidad si la taquilla acompaña. La segunda una delicia a la que se le tienen muchas ganas.
