Netflix amplía su catálogo de terror con su nueva miniserie de J-horror titulada Ju-On Orígenes, basada en la saga de películas japonesas The Grudge (La maldición en España), que buscará ponernos los pelos de punta casas encantadas, espíritus y traumas personales mediante. Os dejamos con nuestra crítica de la serie Ju-On Orígenes de Netflix.
Sinopsis
Una pequeña vivienda unifamiliar no deja de causar estragos a sus residentes. Los extraños sucesos llegan a oídos de un experto en fenómenos paranormales que intentará localizar la casa y unir los hilos para tratar de hallar una respuesta a la voluntad de los espíritus que parecen habitar allí.
Crítica de la serie Ju-On Orígenes de Netflix
Takashi Shimizu, director habitual de la saga, se desliga de este proyecto para dar paso a Shô Miyake, que dirige los seis capítulos de esta especie de precuela manteniendo la base de los sucesos pero cambiando el modo de abordar el J-Horror. Hoy os traemos la crítica de la serie Ju-On Orígenes de Netflix, la nueva apuesta por el terror de la plataforma tras el estreno de ‘Betaal‘.
J-Horror. Un subgénero de terror
El J-Horror (Japanese Horror) es una forma de referirse a las películas y series de terror japonesas, que abarcan un subgénero específico de películas de miedo en el que el terror psicológico tiene mucho peso e intervienen fantasmas y espíritus provenientes de la mitología japonesa, conocidos en el folclore nipón como yureis (fantasmas de mujer habitualmente vestidos de blanco y con el pelo cubriéndoles el rostro -como ya pudimos ver en The Ring-). Estos espíritus tienden a atormentar a una persona en específico o a vagar en un lugar concreto, como en la miniserie que nos ocupa.
En este caso los espectros han elegido una pequeña vivienda unifamiliar. Cuando la casa está habitada, hostigarán a sus habitantes, y cuando esté vacía se encargarán de hacer temblar a quien se atreva a ocuparla, como en el caso de un pequeño grupo de jóvenes estudiantes. La casa actúa como nexo de unión de las diferentes familias que van pasando por allí, no sin un elemento en común más, el investigador Yasuo (Yoshiyoshi Arakawa), que se ocupará de advertir a la gente y de desvelar el misterio de la casa, con la que guarda una relación no revelada.
El numeroso elenco encuentra actuaciones más trabajadas, como la de la joven Kiyomi (Rika Ri), pero la mayoría de personajes no generan atracción (quizás porque tienen pocos minutos en pantalla) y cuesta que transmitan angustia o miedo.
El mundo nipón, atormentado.
Pese a los elementos de terror fantásticos, cabe destacar que la psicología de los diferentes personajes es casi tan horrorosa como éstos si cabe: traumas sexuales, violencia familiar, celos, violencia machista… la amenaza de los poltergeist es tan asidua como la de los humanos.
La cantidad de familias y personajes secundarios que son amenazados por las dos caras del terror de la serie Ju-On Orígenes de Netflix es ingobernable para una miniserie de 6 capítulos (de 25-30 minutos de duración) y dificulta la implicación del espectador en la trama, ya que se verá perdido en una historia que prescinde de las explicaciones y salta de subtrama en subtrama de forma casi aleatoria. A pesar de que trata de unificar las historias con la figura del investigador, no consigue en ningún momento captar la atención del público.
El cambio de formato, en el que se prescinde de los jumpscares y se incide en la psicología de los personajes, le quita un punto de miedo (el que da este recurso fácil) y convierte la experiencia terrorífica en algo desagradable y desconcertante.
Horror escénico
Junto con el guion alborotado y la desconexión con los personajes, encontramos un tercer elemento disruptivo de la serie serie Ju-On Orígenes de Netflix: el trabajo técnico y de montaje.
Es habitual que durante el transcurso de la serie, y especialmente en los últimos minutos de los capítulos, se generen situaciones de “clímax terrorífico”. Si hay alguna esperanza de engancharse a estos momentos, típicos del género, la escena suele desvirtuarse por un montaje en el que los planos engarzados tienen composiciones totalmente diferentes (por luz, por situación…), porque los personajes no son creíbles o porque el poltergeist de turno da más risa que miedo.
No es raro encontrarnos con escenas oscuras que, sin un motivo, se encadenen con planos con más luz o filtros de color, o que veamos montajes de acción abruptos que hacen que la experiencia del terror desemboque en desinterés o risa.
Opinión final de la serie Ju-On Orígenes de Netflix
Salvo que seas muy fan de la saga y tengas una motivación completista, no existe realmente nada de valor en la miniserie Ju-On Orígenes de Netflix. No pasarás miedo (si acaso algo de angustia) y no te engancharás a la historia . Una serie de terror prescindible.