Tras su paso por el Festival de Málaga, donde ganó el Premio Especial del Jurado de la Crítica, llega a nuestras pantallas la película “Selfie”. Falso documental que cuenta la vida de Bosco, el hijo de un ministro corrupto que debe buscarse la vida por su cuenta tras el encarcelamiento de su padre.
Crítica de la película “Selfie”
La película de “Selfie” nace de la necesidad de mostrar la época que estamos viviendo. Un periodo que no ha sido aprovechado en el cine hasta el momento, y que veremos si en el futuro algún director tiene el arrojo de contar cómo ha sido España durante estos últimos años. En este caso, Víctor García León se lanza a la arena con una comedia que pretende ser una sátira, pero que estira demasiado la situación.
El director opta por el recurso del falso documental, en parte por condicionantes presupuestarios, para seguir la vida de Bosco, un joven adinerado cuyo padre, ministro del gobierno, ha sido detenido por corrupción. Este detonante, nos lleva a través del reportaje que le están haciendo al protagonista a ver cómo se desenvuelve sin tener el dinero de papá como ayuda. A nivel narrativo la cinta busca realismo periodístico en sus encuadres e iluminación. Aquí no se busca la belleza, más bien emular la sensación de reportaje televisivo donde lo importante es mostrar lo que acontece. Si gran parte del terror subyacente de “Rec” venía de este recurso, misma sensación encontramos en “Selfie”, solo que aquí el miedo no es sobrenatural sino una realidad a la que parece que estamos anclados.
Aunque el valor del resultado sea medido por más de uno en la calidad de su comicidad, “Selfie” tiene otros valores que la hacen más interesante que el chiste de su propuesta. Y es que, aunque muchas situaciones producen la carcajada fácil, la broma se agota rápidamente por reiterativa en muchos casos, siendo más de los mismo a partir de los pocos minutos de visionado. Es por ello que, aun siendo divertida y disfrutable, debe buscarse algo más que subraye el contenido. Y es aquí donde entran los personajes los secundarios. El compañero de piso radical de izquierdas y la chica invidente que se enamora de Bosco. De esta manera se representa a las dos Españas eternamente enfrentadas, en este caso por el amor de una mujer ciega que bien podría representar a nuestro país. De esta manera la crítica está servida para ambas ideologías, resaltando la ridiculez de muchos de los temas que defienden y que sirven para callar a las voces que se han alzado contra la película, aludiendo que “en este país siempre se crítica a la derecha con las subvenciones que reciben los profesionales del cine”. Bien valga el ejemplo de “Selfie” para que toda esa gente se lo piense al volver a hacer una afirmación de tal calado.
El gran descubrimiento de la película es Santiago Alverú, el desconocido intérprete encargado del rol protagonista. Su talento cómico, muchas veces improvisado en situaciones donde el guion no estaba para apoyarle, es digno de ovación. Y es que muchos momentos de la trama están rodados en entornos reales como mítines del PP o de Podemos durante la campaña electoral. De esta manera conseguimos ver a Alverú hablando con cierta política de renombre que provocará la carcajada solo con su aparición. Macarena Sanz y Javier Caramiñana encajan a la perfección con sus roles y complementan a Alverú. Poco más se puede rascar en el reparto de una película tan pequeñita que cuenta con los propios técnicos como figurantes en alguna que otra escena.
“Selfie” es un film valiente. Una obra que nace sin ningún tipo de ayuda pública y que hace una parodia de los vergonzosos años que estamos viviendo en materia política. Un espejo donde reflejarnos que, aunque parezca fruto de la exageración propia de la comedia, no puede ser más realista en su planteamiento. Aunque no sea redonda, merece su visionado por la osadía de su planteamiento.
