Crítica de la película “Saw VIII” (Jigsaw). La octava entrega de una de las sagas de terror más populares de la historia reciente del cine ve la luz bajo la dirección de los hermanos Michael Spierig y Peter Spierig. La fecha de su estreno es el 24 de noviembre de 2017.
Crítica de “Saw VIII. Jigsaw”
“Saw VII” (Jigsaw) pierde toda su característica esencia de horror y bestialidad desmedida para dar paso a unas horribles interpretaciones, un tono tirando a “amable” (dentro de lo que era esta saga) y un guion totalmente disparatado e irracional. ¡Prepárate porque vas a flipar con lo mala que es!
Hay que reconocer que para que te guste Saw te tienen que gustar las emociones fuertes o ser de una pasta especial. No han de impactarte la sangre, vísceras, mutilaciones, decapitaciones, ni cualquier otro “creativo” derivado. Si eres de los que determinado tipo de escenas te dan asco o repelús; lo pasas fatal cuando te tienen que sacar sangre para un análisis; tienes que taparte la cara en el cine cuando vienen el “susto”; o sueñas por las noches tras ver una peli de miedo… definitivamente esta saga no estaba hecha para ti desde el mismo momento en que fue concebida en 2003 por dos visionarios australianos que recién graduados, y sin apenas pasta, lograron lanzar un proyecto que los catapultaría al éxito.
James Wan (Expediente Warren: The Conjuring, Insidious, Annabelle) dirigió y escribió el guion, junto aLeigh Whannell, de aquella sangrienta paranoia llamada Saw, además de dar vida a uno de los personajes de terror más famosos de la historia de cine: Jigsaw. La cosa es que aquel sangriento experimento en forma de cruento juego de supervivencia conquistó a la juventud de la época. Y así, de aquel shock inicial que muchos sufrimos con su primera entrega, surgió una larga saga que nos lleva hasta el estreno en 2017 de Saw VIII -casi nada-.
Lamentablemente aquellos nostálgicos de las primeras entregas no lograrán ver en Saw 8 ni un ápice de aquel ingenioso horror que nos conquistara en su momento. Una película -la primera que veo o que recuerde- que siendo precuela es una secuela a la vez, capaz de resucitar al mismísimo John Kramer -nombre del asesino real que se encontraba tras Jigsaw– sin llegar a resucitarle, con la oculta misión de reiniciar la saga y poner el contador a cero. ¿Me he vuelto loca? Para nada. Este mejunje entre pasado y presente; muertos y vivos; ingeniosos -o no tanto- inventos sádicos y macabros de asesinatos pasados y futuros; es lo que podréis encontrar en la sala si es que, pese a lo dicho, aún os quedan ganas de elegir este título entre la cartelera del fin de semana.
Y todo esto sin mencionar las interpretaciones que sólo se pueden calificar como totalmente horribles. Son actores “haciendo que hacen”. Ni ellos mismos se creen sus personajes ni las situaciones o conversaciones que se dan en la cinta. ¿Cómo empatizar con el sufrimiento de alguien al que perfectamente identificamos como parte de una película? Es el cliché del cliché. La guapa tonta, el negro estafador, el egoísta… vamos la fiesta de los tópicos. Esta película sólo tendría sentido como parodia de la saga, pero lo peor es que hay que tomársela en modo serio, y entender que pretenden presentarnos una nueva entrega 2.0.
Además se confirma lo que todos nos podíamos temer: las ideas en cuanto a tipología de asesinatos y disyuntivas planteadas ante tal horror se han acabado. Saw 8 no tiene ni pies ni cabeza. No entretiene y mucho menos impacta. La saga ha perdido por el camino aquel siniestro escenario que nos cautivaba; el salvajismo sin límites de sus sangrientas muertes y la ingeniosa sutileza de exterminio creado a través de sus enrevesados inventos. Si algo nos molaba a los masoquistas fans de la saga era su cruel y original bestialidad. Ahora se ha vuelto una película “políticamente correcta” y bastante más amable, en un claro intento de captar a un tipo de público más amplio, el cual antes ni se asomaba por la sala a ver una matanza de tal dimensión. Eso sí, al intentar hacerse mainstream ha perdido toda conexión con su público de toda la vida.
Definitivamente los directores de esta octava entrega, los hermanos Michael Spierig y Peter Spierig, han perdido por el camino toda la esencia de la saga original, consiguiendo así que no la llegues a reconocer como parte de ésta. Ahora se ha convertido en un thriller policiaco bastante convencional donde Jigsaw tendrá motivos más que de sobra para tener que asesinar a sus jugadores e impartir su peculiar concepto de justicia. Será la primera vez en la historia de la saga que deseararás que descuarticen a los secuestrados jugadores de esta partida.