Denzel Washington es Roman J. Israel
Denzel Washington es Roman J. Israel

Crítica de la película “Roman J. Israel, Esq.”

Arriesgada, provocadora, perversa y muy lúcida. En la línea de una pieza esperpéntica de Valle-Inclán. Sirve como espejo deformador y grotesco tanto de nuestros complejos más recónditos, como de los atributos efímeros y materialistas que nuestra sociedad promociona. Lástima que el director y guionista, Dan Gilroy (Nightcrawler), falle a la hora de entrar a matar; hubiera sido una faena merecedora del rabo y las dos orejas. Denzel Washington sale a hombros y por la puerta grande.

Sinopsis de la película “Roman J. Israel, Esq.”

Roman J.Israel (Denzel Whasington) es un abogado idealista (y romántico) que antaño fue activista por la igualdad de los derechos civiles. Trabaja en un despacho especializado en gente con muy pocos recursos. Su modus operandi es muy poco ortodoxo dado que no se deja empapar por los atajos de la era digital. Cuando su socio en el despacho muere, la cueva en la que vive recluido se desmorona y, se ve obligado a salir de su zona de confort y enfrentarse a un mundo que le es hostil.

Denzel Washington en la película “Roman J.Israel, Esq.”

Opiniones de la película “Roman J. Israel, Esq.”

Nightcrawler, la anterior película de Dan Gilroy, supuso un soplo de aire fresco cargado de veneno en la temporada 2014. En ella, el autor establecía una alegoría entre los bajos fondos de Los Angeles y el descenso a los infiernos de su protagonista (Jake Gyllenhall) en busca de fama y éxito a costa de argucias de dudosa moralidad y subterfugios truculentos: graba a viíctimas de accidentes con el fin de vender las imágenes.

En Roman J. Israel, Esq, la obsesión de Gilroy por diseccionar los recovecos del alma humana atormentada; elaborando un mapa de las catacumbas de la ciudad y de la sociedad que la compone, con el fin de establecer una analogía indivisible entre la decadencia del individuo y el contexto en el que se desenvuelve, sigue siendo el mantra al que se aferra y la argamasa fundamental de su obra.

Carmen Ejogo en la película “Roman J.Israel, Esq.”

Hay dos partes bien diferenciadas en la cinta: En la primera, vemos a un Roman J. Israel indómito e indiferente ante los achaques a los que la realidad le somete. En su romanticismo quijotesco que tanto le vale como para defender casos insignificantes hasta las últimas consecuencias, como para dar charlas en hipócritas asociaciones progresistas, (donde le tratan como a un dinosaurio anacrónico) nos recuerda, ya sea por las condiciones de su entorno, como por las arrugas en la frente que denotan un pasado marcado por la derrota, al abogado en horas bajas interpretado por Paul Newman en la absoluta obra maestra de Sidney Lumet: The Veredict.

La segunda parte, sirviéndose de un estupendo giro de guión, se convierte en un thriller psicológico donde Gilroy da rienda suelta a los elementos anteriormente expuestos y, que finalmente culmina, en un clímax que no está a la altura de la complejidad y las dobleces morales a las que hemos asistido embelesados.

Resulta burdo y complaciente el final. Gilroy trata de insuflar a toda cosa un mensaje redentor que chirría por su ingenuidad, con la mala baba y la sagacidad del resto de la cinta.

Denzel Washington y Colin Farrell en una foto de “Roman J.Israel, Esq.”

George Pierce (Colin Farrel) como atípico antagonista, está genial. En cambio, el interesante personaje de Maya ( Carmen Ejogo) se ve lastrado por la abrupta resolución que inevitablemente empaña la película en su conjunto.

En una época en la que predominan los arrebatos del bajo vientre y el postureo twittero y semi-analfabeto que exige la quema pública de los culpables en la plaza del pueblo; Roman J.Israel, Esq, contrapone valores como la ecuanimidad o la lealtad a la verdad y a los propios principios; aunque duelan y éstos se vuelvan en nuestra contra. Pura subversión revolucionaria visto como está el patio. Tiene todos los elementos a su favor para convertirse en una película de culto.

DIRECCIÓN
7.5
GUIÓN
6.9
INTERPRETACIÓN
9
Reseña de lectores2 Votos
6.9
LO BUENO
La interpretación de Denzel Washington. La minuciosidad con la que Dan Gilroy se adentra en los lugares más oscuros del alma humana.
LO MALO
Un final abrupto e ingenuo.
7.8