‘La horca’, el nuevo éxito de terror estilo ‘El proyecto de la bruja de Blair’ y directamente sucesora de ‘Paranormal Activity’, ya lleva un buen recorrido en taquilla. ¿Logrará convertirse en la sensación en nuestras tórridas tierras españolas?
Crítica de la película de miedo ‘La horca’ (2015)
Una vez más el terror de bajo presupuesto y un par de tipos con buenas ideas, se juntan para ofrecernos una película bien entretenida para los amantes del género. No es sorprendente, no es innovadora, no aporta nada nuevo… pero lo que hace, y como lo hace, está muy pero que muy bien llevado como para satisfacer a ese público poco o nada exigente que lo único que quiere es que alguien, o algo, le meta un buen susto. Para este tipo de audiencia La horca es la refrescante opción cinematográfica a la que acudir a pasar un ratito de miedo. Es esa atracción fresquita en la que refugiarse entre ola de calor e infierno insufrible veraniego. Es la peli a la que llevar a la chica que te mola para hacerte el machote y darte cuenta de que estás mucho más acongojado que ella… Es eso y poco más. ¿Pero a quién no le gusta el pasaje del terror?
“Charlie, Charlie. ¿Estás ahí?”. Si eres un crío de entre 10 y 20 años probablemente hayas visto alguno de los millones de vídeos de esta nueva variante de la mítica ouija y ya sabes de qué va el asunto. Si no, tengo que explicar que esto es la última sensación del miedo. Básicamente la tontería consiste en poner un lápiz en equilibrio sobre otro formando una cruz y hacer preguntas a un tal Charlie para que este te responda ayudado de un par de “Sies” y “Noes” dibujados en el papel donde se asientan los lápices. Videos de este tipo en internet hay cientos de miles. ¿Y por qué? Porque mola invocar a un espíritu que te quiera asustar y esas bobadas y… porque el viral original fue tan bueno, que los chavales se lo comieron con patatas… tanto es así que alguno tuvo que visitar urgencias acompañado de los padres por emular la tontería y quedarse convencido de que Charlie le estaba haciendo la vida imposible.
Pues bien, este “Charlie” no es otro que el protagonista de una obra de teatro llamada ‘La horca’ (2015) que salió mal. Mal porque al final el chaval muere ahorcado de verdad por accidente en un teatro de instituto y claro… ahí donde hay un desafortunado accidente, hay fantasmas.
Esta escena es precisamente la que abre la película y fue rodada a mala idea para sorprender a los extras que estaban haciendo de público en la obra de teatro. Antes de grabar ensayaron una escena en la que el chico que hacía de Charlie se deshacía de la soga y se iba. Así que todo el mundo estaba esperando ver eso cuando grabaron directamente el momento del accidente en el que se ahorca de verdad. Ya podéis imaginar la cara que debieron poner los extras cuando vieron el percal. Además, para rizar el rizo y aumentar la sorpresa entre los actores que representaban la escena, los directores decidieron adelantar el momento del ahorcamiento de Charlie antes de lo previsto utilizando a un coordinador de especialistas que fue gritando por ahí “¡Charie, Charlie! ¡Que alguien llame a un médico!”… con lo que el actor que interpretaba a Charlie, y el resto del reparto, se llevaron el susto de su vida.
Con esta idea de frescura y empleando las “baratas” cámaras de vídeo de las últimas generaciones, los directores han logrado que ‘La horca’ (2015) se convierta en una historia típica de terror “on found footage”, o cámara en mano como dicen algunos, llena de dinamismo pero también de calidad visual y sonora, en la que un grupo de cuatro jóvenes deben sobrevivir a una noche de terror encerrados en el teatro que murió Charlie.
Centrándose en muy pocos personajes (la verdad es que son tan pocos que no recomiendo ver el trailer para no anticipar el orden de las muertes), la película consigue crear un ambiente propicio al susto, al miedo… y al anticipo. Pero ¿qué es lo que se puede esperar de un tío tocapelotas que lo graba todo, su amiga animadora tía buena, el típico capitán de fútbol americano y una friki de la interpretación de teatro que se ven envueltos en una terrorífica noche de sucesos paranormales? Los creadores han sabido usar todas sus herramientas de la mejor forma posible y nos muestran detalles que en verdad pueden ser muy escalofriantes sin recurrir demasiadas veces al susto fácil, que también lo hay, pero estoy seguro que muchos agradecen.
Lo original de ‘La horca’ (2015) es que, sin ser nada original, logra un resultado bien fresco y entretenido, pues combinan los típicos elementos del terror como lo son las leyendas urbanas que hay en todas partes; un suceso desafortunado con víctimas (la muerte del alumno); el veto sobre decir repetidas veces cierto nombre para no invocar el espíritu (charlie, charlie); un lugar cotidiano que cerrado resulta espeluznante (el instituto que todos estamos acostumbrados a ver abarrotado de gente); un lugar misterioso (un enorme teatro con distintos niveles y desconocidos recovecos); con una depurada técnica, una buena dirección de actores, unos sólidos intérpretes, la lógica de situación adecuada (nadie hace el tonto ni se entrega a los brazos de la muerte) y la dosis justa de argumento, como para que una vez acabada la proyección, lejos de sentirse uno estafado, piense: “pues ha estado bien ‘La horca’ esta”.
El terror, uno de los géneros cinematográficos que pueden ser más rentables, tiene que dejar hueco a una nueva superestrella: ‘La horca’. Una película que seguramente alcance sin problemas una rentabilidad del 3900%, ya que su inversión inicial fue de unos 100.000 dólares y ya lleva recaudado más de treinta millones por todo el mundo… y lo que le queda. Con estos datos no logrará ser la película más taquillera de toda la historia, no. Pero el archiconocido estilo de cámara en mano y vete a grabar a ver el fantasma que te encuentras, puede convertir (y convertirán) a sus dos directores, guionistas, productores (y otras tantos cargos que hay que ostentar cuando no se tiene un duro) Travis Cluff y Chris Lofing, en los próximos maestros del terror. A ver si de aquí en adelante saben jugar bien sus cartas y se unen al cuadro de honor de Blumhouse con sus otros colegas James Wan, director de Insidious y Expediente Warren: The Conjuring y Damien Chazelle, director de Whiplash. Yo apuesto que sí y además ya espero la segunda parte de esta entretenida entrega. Voy a echar una mano: ‘Charlie, Charlie. ¿Estás ahí?’.
