Jim Jarmusch dirige y escribe esta película de zombis con un claro componente de comedia y de crítica social: Los muertos no mueren. Una obra claramente de autor que busca satisfacer a un público muy determinado, especialmente a aquellos amantes de este tipo de guion tan alocado y extravagante.
Sinopsis de la película
En la pequeña localidad de Centerville empiezan a ocurrir extraños fenómenos. A partir de ese momento los muertos comienzan a volver a la vida y a sembrar el caos en la localidad. Un grupo variado de personajes tendrá que enfrentarse a ellos.
Crítica de la película Los muertos no mueren
Jim Jarmusch pretende abordar la crítica social desde una un punto de vista cómico y pausado en el que los personajes adquieren una gran importancia a lo largo de la trama. Sin embargo, la mano del director se siente a lo largo de todo el montaje, puesto que no se cansa de romper la cuarta pared y hacernos ver que algunos personajes son conscientes de que están en una película, tanto por las referencias a otras películas en las que participaron los actores como en el conocimiento que tienen acerca de la trama y del guion. Esto es algo que quizá pueda chocar a muchos pero que en mi caso particular me ha fascinado, inmiscuyéndome más en la historia y recuperando mi atención, ya que en múltiples momentos la pierdes debido al ritmo lento de la película.
Los muertos no mueren: las interpretaciones
Los actores, por otra parte, aunque hacen una interpretación aceptable, no dejan de quedar en segundo plano ante la omnipotencia de Jim, siendo realmente el pilar del film. Importa lo que sucede y cómo va sucediendo, dejando de lado por completo la capacidad de los actores para dar vida a los personajes, ya que el propio guion les incita a ser apáticos o una caracterización burlesca de los tipos de personas que nos podemos encontrar actualmente en nuestras vidas. Aun así, debemos reseñar la importancia tanto de Bill Murray como de Adam Driver, siendo los claros protagonistas de la película y los encargados de mostrarnos una visión pesimista y apagada de la sociedad actual.
Los muertos no mueren, película inaugural del Festival de Cannes 2019
Todos los elementos de la película Los muertos no mueren juegan un papel muy importante dentro de ella, ya que completan la historia y participan en ella, desde la banda sonora, que no solo es atrezo, sino que además representa aquello que van a vivir, como los propios actores que van creando en cierta medida el guion, y te lo hacen saber. Por este motivo no podemos decir que estamos ante una película de zombis al uso, sino que más bien nos encontramos con una burla constante hacia el cine del género y hacia la sociedad en general. En ningún momento la película se toma en serio a sí misma ni pretende hacerlo, prefiere hacer reír al espectador y mostrar una realidad simple y apática, la cual no somos capaces de ver desde la ceguera de nuestra época.
También se ha hecho un gran esfuerzo por recrear los efectos especiales de la época del género, como de imitar el maquillaje típico de este tipo de películas, ya que la intención no era ser realista, sino parecerse lo más posible a las películas de zombis de antaño. De esta manera es más sencillo ridiculizarlas y hacer comedia a través de sus bases.
Es una gran película que sin duda logra captar la atención del espectador, ya que no deja de sorprender y romper con las barreras establecidas en el cine. Aunque no debemos olvidar decir que en múltiples ocasiones la película se hace excesivamente densa y lenta, tardan demasiado en aparecer los zombis y la introducción no llama nada la atención.
Opinión final de Los muertos no mueren
No esperéis una película apta para todo el público, es más bien una obra dirigida tanto a aquellos que son amantes de la dirección y guion de Jim, como de aquellas personas que busquen un poco de frescura a la hora de hacer cine. No deja de ser una película muy de autor, donde el humor juega un papel principal.