Comedia española que vuelve a tirar por los conflictos identitarios y el enfrentamiento entre regiones en un pueblo que descubre ser en realidad un cantón suizo en el norte de España. Hoy llega a los cines “La pequeña Suiza” del director Kepa Sojo.
Crítica: La pequeña Suiza
“La pequeña Suiza” viene a constatar la creación de un subgénero de comedia que tiene su mayor exponente en la exitosa “Ocho apellidos vascos” y que, gracias a su éxito, ha permitido la creación de productos más o menos acertados que explotan el choque cultural, ya sea local o foráneo. Un tipo de cine, la comedia española contemporánea, que a pesar de gozar de un gran éxito en taquilla y funcionar como sustento de la industria cinematográfica de nuestro país, parece haberse instalado en una zona de confort que le impide asumir riesgos y que hacen que cada nueva incursión en el género se torne monótona y aburrida, a pesar de que a niveles de recaudación siga funcionando.
La película de Kepa Sojo, segunda en su filmografía, opta por una trama coral, donde el abultado número de personajes y varias subtramas enturbian una idea de partida interesante que no termina de cuajar y que va perdiendo fuelle a medida que avanza el metraje. Alrededor de unos noventa minutos que llegan a hacerse tediosos ante la incapacidad para hacer reír de un guion que mira al cine de Berlanga sin llegar a alcanzarlo en ninguno de los aspectos de la película. La ejecución de sus gags es torpe y en ocasiones redundante, no como recurso cómico sino como una demostración de falta de ideas donde todas sus opciones pasan por unos personajes poco definidos que no son capaces de generar un conflicto entre ellos y, por tanto, provocar situaciones que desaten las risas de un público que se tendrá que resignar con admirar las virtudes de un pueblo muy fotogénico.
El reparto está plagado de caras conocidas de nuestro cine, pero ninguna parece estar a la altura de la película o, más bien, el material no está a la altura de un elenco que ha demostrado ser más que solventen en ocasiones pasadas. Los acentos forzados de las distintas regiones quizá sean lo más molesto de este intento de resultar cómico. Especialmente desubicados se encuentran Secun de la Rosa, Maggie Civantos e Ingrid García-Jonsson y mejor parado sale Jon Plazaola, aunque tampoco llegue a resultar atractivo para el espectador. La participación de veteranos con valor como Antonio Resines y Karra Elejalde se puede ver en el tráiler y no pasan del mero cameo, haciendo que tampoco eleven el conjunto.
Opinión final de La pequeña Suiza
“La pequeña Suiza” es una comedia más de nuestra cinematografía que no arriesga ni ofrece nada interesante. Su punto de partida queda diluido por unos gags poco imaginativos y efectivos que no dejan opciones a unos intérpretes que intentan defender el producto con dignidad, quedándose en otro ejercicio rutinario de cara al éxito en taquilla que, si no empieza a ofrecer nuevas propuestas, acabará agotando a un público que es más inteligente de lo que piensan los productores.
