Tercer remake de esta historia de ascenso y caída en el mundo de la música en la que el actor Bradley Cooper debuta como director y la cantante Lady Gaga como actriz. Película con pretensiones de premio que deja más frío de lo que se intuía en un primer momento.
Crítica
Debe ser difícil convencer a un productor para realizar una cuarta versión de una historia más que vista, sin intentar aportar nada nuevo. La cosa cambia si incluimos en la ecuación a Lady Gaga, todopoderosa diva del pop con una gran legión de seguidores capaces de seguirla haga lo que haga. De esta manera se puede pasar de un film sin interés a convertirse casi inmediatamente en un éxito.
No solo se puede comparar a “Ha nacido una estrella” con sus predecesoras, sino que la historia que nos presenta es el clásico cuento de hadas, el cumplimiento del sueño americano con un precio a pagar. Un relato mil veces contado que no presenta novedad alguna. El guion, escrito por demasiadas manos, muestra un primer acto apresurado, donde todo parece pasar porque sí, para luego sumergirse en unos acontecimientos que parecen no tener fin; condenando al espectador a contemplar una resolución previsible, que no termina de culminar, produciendo un hartazgo que lastra cualquier atisbo de emoción.
Bradley Cooper se enfrenta a su debut tras las cámaras con un clasicismo excesivo y cuando decide enfatizar la emoción cae no pocas veces en el ridículo. Aún con sus fallos, su trabajo como realizador es contenido y aceptable, mostrándose poco imaginativo en los números musicales; los cuales se prestaban para mostrar alardes técnicos y, sin embargo, se tornan tan rutinarios como su trama.
Por su parte, Lady Gaga hace lo que puede con su personaje. Se hace evidente la falta de experiencia como actriz de la cantante, sobre todo cuando el drama exige que de el máximo de sí, pero en ningún momento molesta y puede que con más oportunidades se consolide como una actriz respetable. Donde si que brilla por méritos propios es en los momentos musicales. Su poderosa voz, la cual no explota mucho en su carrera musical, más enfocada en hacer notar su extravagancia que en demostrar lo gran artista que es, hace que las no pocas canciones que pueblan la película sean los momentos más destacables de la misma. Tampoco hay que menospreciar el trabajo de Cooper en este aspecto, donde toca la guitarra y canta con probada solvencia. El actor se esfuerza más en esta faceta que la de director, ofreciendo una interpretación notable, de las mejores de su carrera. La química entre ambos funciona también a la perfección.
Opinión final
Ha nacido una estrellaes una película correcta que a ratos muestra ecos de gran cine, pero se ve lastrada por una historia más que explotada y que es alargada hasta la extenuación, prometiendo más su tráiler que lo que luego ofrece el resultado final. Con todo, el film es un buen vehículo de presentación tanto para Bradley Cooper como director, como para Lady Gaga como actriz. Las pretensiones de premio se verán recompensada casi seguro en forma de nominación, sin merecer más.