Tras la arriesgada “Cisne negro”, el director Darren Aronofsky regresa a la gran pantalla con la bíblica y apocalíptica historia de Noé. Un trabajador y humilde carpintero, protagonizado por Russell Crowe, que se verá llamado a salvar a la especie humana y a todos los animales que habitan en la tierra ante un inminente diluvio universal.
Sinopsis de la película Noé (2014)
Dios está cansado de ver el depravado y corrupto comportamiento en el que vive inmerso el ser humano, por ello advierte a Noé de un necesario e inminente diluvio universal donde pondrá fin a tanto comportamiento impuro. Noé (Russell Crowe), un hombre pacífico y un humilde carpintero, será así el encargado de llevar a cabo está misión divina: deberá construir una inmensa arca donde salvar a la creación inocente de ese inminente diluvio que devastará el mundo entero poniendo fin a todos los pecados humanos. Para ello sólo podrá salvar de las aguas a su familia y a un miembro de ambos sexos de cada especie.
Gracias a la ayuda de su comprensible familia, mujer (Jennifer Connelly) e hijos (Emma Watson, Douglas Booth), y de los vigilantes, unos seres enfrentados a la humanidad, llevará acabo la difícil orden impuesta por el Creador, sin embargo, el plan se complicará cuando descubran que un numeroso grupo de personas están dispuestas a hacer lo que sea por salvar sus miserables vidas embarcándose en la misteriosa arca.
Crítica de la película Noé (2014)
En la nueva película del director Darren Aronofsky (‘Cisne negro’, 2010) encontramos tres historias en una: en primer lugar, la que tiene que ver con los sentimientos y el descenso a los infiernos de Noé; en segundo lugar, la que se acerca al cine de catástrofes naturales; y en tercer y último lugar, la que da lecciones de historia bíblica de catequesis.
La última mejor ni nombrarla, sólo diré que en esta película de “Noé” (2014) las imágenes son muy modernas y muy new age. Por sí solas y fuera de la cinta a lo mejor podrían funcionar pero dentro de esta son un puñetazo visual que echa para atrás, y mucho.
La segunda, la de catástrofes, es aceptable. Tiene todos los elementos que ha de tener un tipo de historia de estas características: efectos especiales bastante efectivos, grupos de buenos y malos, personajes que traicionan por salvar sus vidas, subtrama de amor, etc. La narración de “hola soy el creador y voy a cargarme el mundo porque sois muy malos” aunque no es excelente, cumple bien con su labor de llevar la trama hasta su inevitable destrucción.
Y por fin llegamos desde la inversa hasta la primera y, en está historia sí, Darren Aronofsky casi llega a lo que nos tenía acostumbrados en sus dos excelentes últimos trabajos, ‘El luchador’ (2008) y ‘Cisne negro’ (2010).
Todo el proceso evolutivo de Noé se acerca bastante a la concepción del superhéroe: descubre su don; tiene que escoger aceptarlo o no; está bajo la tutela de un mentor que le guiará a tomar la decisión correcta; durante el camino encontrará con inesperados aliados que le ayudarán en su causa; se enfrentará a su némesis; y, finalmente, todo ello, le llevará a volver a replanteárselo todo, incluida su existencia. Hasta ahí todo bien pero, tratándose de un filme de Aronofsky, sabemos que el malestar y la angustia de los personajes va a ir un poquito más allá.
El infernal descenso que el pobre Noé tiene que hacer para salvar la creación llega hasta límites morales que ponen en tela de juicio el buen hacer de quien se supone se lo pide. Noé con cada minuto que pasa en ese calvario, sufre un poco más. A medida que avanza vemos cómo Noé se va transformando en algo que provoca terror. Noé pasa de ser una persona lógica y racional capaz de cuestionarse hasta sus propias decisiones a acatar a ciegas las órdenes divinas porque, en el fondo, siente la imperiosa necesidad de hacerlo al margen de la humanidad que está totalmente perdida, ¿o no? Cada cual que saque sus propias conclusiones.