El director francés Arnaud Desplechin nos presenta este fin de semana la historia de “Jimmy P.”, un nativo perteneciente a la tribu de los Pies Negros que tras luchar por su país durante la Segunda Guerra Mundial tiene graves daños cerebrales.
Sinopsis de la película “Jimmy P.” de Arnaud Desplechin
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Jimmy Picard (Benicio Del Toro), un indio “Blackfoot” (perteneciente a la tribu Pies Negros) que combatió en Francia, ingresa en el hospital militar de Topeka (Kansas), un centro especializado en enfermedades mentales. Picard sufre varios trastornos como desvanecimientos, vértigo, ceguera temporal, pérdida de audición… Debido a la total ausencia de causas fisiológicas, el diagnóstico final será esquizofrenia. La dirección del hospital decide, sin embargo, pedir una segunda opinión a un etnólogo y psicoanalista francés,George Devereaux (Matthieu Amalric), especialista en culturas amerindias. Día tras día veremos como esa incipiente relación entre paciente y doctor comienza a evolucionar hasta convertirse en una profunda amistad.
Crítica de la película “Jimmy P.” de Arnaud Desplechin
Arnaud Desplechin (Reyes y reina, Un cuento de navidad) regresa al cine con una historia interesante en contenido y forma pero narrativamente plana e incluso aburrida en algunas ocasiones.
Lo mejor llega de la mano de los dos actores protagonistas: Benicio del Toro (Salvajes, Oliver Stone, 2012) y Mathieu Almaric (La Venus de las pieles, Roman Polansky, 2013). Cuando los dos actores comparten escena, la película sabe encauzar y captar mejor la atención. Los dos actores interpretan a sus protagonistas de forma brillante. Saben acentuar y dar presencia a través del inglés hablado por foráneos. Los diálogos se mueven entre lo divertido y lo trascendente y, en ocasiones, añadiendo fábulas oníricas que ayudan a entender mejor el cerebro de este pobre Jimmy Picard perdido y sin rumbo. Se echa de menos, viendo estas ensoñaciones, el no haberlas explotado más, el no haber arriesgado un poquito más porque al fin al cabo acaban siendo la excusa y el hilo conductor de la amistad forjada, terapia a terapia, hora a hora y día a día, por estos dos grandes actores. Vemos a un Benicio del Toro muy comedido para lo que es él y todo su variopinto mundo de personajes interpretados durante los últimos veinticinco años. Se agradece descubrir que sigue siendo capaz de aportar nuevas e interesantísimas interpretaciones para la historia del cine.
En“Jimmy P.” (2014) se echa de menos una narrativa con algo más de ritmo y pese a estar muy bien rodada (no cabe duda de que Arnaud Desplechin es un gran artesano con la cámara) el sueño del personaje puede llegar hasta el espectador. En ocasiones adormece porque no acaba de coger impulso y, como ya he mencionado, excepto en esas sesiones psicoanalíticas cuesta prestarle el cien por cien de nuestra atención. Se desaprovechan grandes ocasiones como las borracheras que, de vez en cuando, se auto regala el bueno de Jimmy P. y sobran algunos flashbacks que no aportan nada a la historia. Sobre todo, los que tienen que ver con el momento en el que Jimmy formaba parte del ejército estadounidense que combatió en la segunda guerra mundial, totalmente innecesarios.
Quizá la problemática venga dada por el guión, si vemos la ficha técnica, observamos que el filme está escrito por tres personas: por el propio director, Arnaud Desplechin, por Julie Peyr y por Kent Jones. Para mi gusto demasiadas manos adaptando una novela de George Devereux (“Psicoterapia de un indio de las llanuras”) y, más aún, teniendo en cuenta el tipo película y la intimista historia que nos están contando.
Una lástima porque, aún siendo interesante y a ratos cautivadora, “Jimmy P.” podría haber aspirado a más.
