Llegó la esperada séptima entrega de la rentabilísima saga con “Fast & Furious 7”. Dos horas y cuarto de acción descabellada en los que se reservan unos minutos para homenajear a Paul Walker.
Sinopsis de “Fast & Furious 7”
Tras los acontecimientos de la anterior “Fast & Furious 6”, todo el equipo liderado por Brian (Paul Walker) y Dom (Vin Diesel) se encuentran disfrutando del merecido indulto. Cada miembro del equipo trata de adaptarse a su nueva vida lo mejor posible. Brian intenta asumir la responsabilidad que conlleva convertirse en un padre de familia junto a Mia (Jordana Brewster), Dom trata de ayudar a su amada Letty (Michelle Rodríguez) para que recupere la memoria y la parte cómica del grupo Roman (Tyrese Gibson) y Tej (Chris “Ludacris” Bridges) viven la vida padre sin ningún tipo de responsabilidad.
Todo sería ideal si no fuera porque un ex miembro del grupo de operaciones especiales del ejército Británico Deckard Shaw (Jason Statham), entrenado y usado para realizar asesinatos en las operaciones encubiertas nunca reconocidas por el gobierno, se ha enterado el grupo de osados conductores, fueron los responsables de dejar en estado vegetativo a su querido hermano pequeño en la última aventura (Fast & Furious 6).
Tras un par de intentos de asesinato fallidos, y el éxito de otro, Dom decide buscar a Deckard Shaw para proteger a los miembros de su “familia“ y hacerle pagar personalmente la pérdida de uno de sus amigos.
Crítica de “Fast & Furious 7”
Inagotable la taquilla de Fast & Furious, inagotable las entregas. En cambio, los encargados de inventarse el nombre de la traducción (The Fast and The Furious = A todo Gas), tiraron la toalla allá por la quinta entrega (Fast Five = Fast & Furious 5), justo una entrega antes que la saga empezara a llamarse “Furious 6”, “Furious 7” y ya hay confirmaciones de la “Furious 8”…
A los actores ya se les nota la edad (casi todos superaban la treintena en la primera entrega) y sin embargo ahora es cuando se les ocurre a los guionistas que estaría bien que les viéramos sentar la cabeza. Las manos atadas por la taquilla, lo más interesante que veremos será una gracia de la que Paul Walker es protagonista. Por lo demás ya llega un punto en que la saga agota hasta a los que la vieron nacer. El público madura y la saga lo simula.
Obviamente, el público que inauguró las divertidas carreras de coches super tuneados, siguen deseando ver aquello mismo que les atrajo a los cines: Carreras, persecuciones, acción, “plasticosas” mujeres despampanantes, robos, tiros, violencia, mamporros… Pero oye, que hasta los más tontos necesitan una trama más o menos sólida que les de algo en lo que pensar.
No pienso volver a ver las anteriores entregas para corroborar la siguiente afirmación pero estoy bastante seguro de que el nuevo director de la saga James Wan (Expediente Warren), que tiene predilección por mostrar culos para introducir escenas, ha roto el record de planos de número de traseros femeninos mostrados en la saga. La golosina complementaria al plato fuerte en el que se basa la película: Coches a cada cual más espectacular y exclusivo, acción desenfrenada, frases vengativas junto a mamporros y más acción.
Una vez más habrá que contentarse con las sorpresas visuales que “Fast & Furious 7” nos tiene reservadas, como la aparición del súper coche Lykan HyperSport, el bólido más exclusivo y lujoso del mundo (la tontería pasa por tener diamantes integrados en los faros led que pueden ser cambiados por rubíes, esmeraldas, zafiros… al gusto del absurdo multimillonario).
Lo mejor de la película pasa por un desfasado Kurt Russell en la interpretación de un misterioso “hombre de negro” que anda tras el mismo objetivo que “la familia” de Vin Diesel; los últimos minutos homenaje al fallecido Paul Walker; las espectaculares tomas; y las descalabradas frases sin sentido del tipo “yo la tengo más grande”… hasta con eso, que ya no tiene gracia, sigue haciendo gracia por la total ausencia de la misma.
Aburrida e injustificable trama, bestial acción y unos minutos de merecido homenaje a un Paul Walker es el resultado final de dos larguísimas horas y cuarto.
