Las tres mejores películas de Bruce Lee | Curiosidades

¡Confirmada nueva película de Bruce Lee! O al menos lo más parecido que podemos tener a día de hoy, por desgracia. Quentin Tarantino prepara su nueva película “Once Upon a Time in Hollywood”, con el célebre artista marcial dentro su reparto de personajes reales. Hasta que se estrene (julio 2019) y podamos ver de nuevo al gran Bruce en la gran pantalla, desde Los Interrogantes te traemos una selección de sus mejores películas.

OPERACIÓN DRAGÓN (ROBERT CLOUSE, 1973)

Sinopsis

Para muchos la mejor película de Bruce Lee, y una de las mejores de la historia de las artes marciales. Lee, un maestro Shaolin, colabora con la inteligencia británica que investiga una serie de asesinatos relacionados con una mafia de drogas, para ello, deberá participar en un torneo de artes marciales, organizado por el jefe de dicha mafia.

Bruce Lee y John Saxon en Operación del Dragón (1973)

Camino a Hollywood

El primer intento de Lee de entrar en el mercado americano fue con la serie “Kung Fu”, emitida entre 1972 y 1975, pero la productora quería un rostro más conocido y finalmente optaron por un joven David Carradine (KIll Bill).

Operación Dragón”, distribuida por Warner Bros, supuso para Bruce Lee su primera aparición en el cine americano, que pudo abrir las puertas a lo que por desgracia no pudo ser, debido a su prematura muerte pocos meses después de terminarla. Se aprecia la influencia americana desde el director, personajes secundarios como el carismático Roper, interpretado por John Saxon, el tipo duro que es Williams, interpretado por Jim Kelly, o el malvado O`Harra, interpretado por Robert Wall, viejo conocido de otras películas de Bruce Lee como veremos más adelante. Sin embargo, esta influencia no se impone, más bien se intenta camuflar en una historia dónde quién manda es Bruce, y vaya si manda…

A lo largo de la trama se pueden ver todo tipo de maravillas icónicas del maestro. Dos exhibiciones uno contra uno para el recuerdo en cuanto a calidad de acción; una contra el temible Bolo, ese armario de puro músculo y sonrisa macabra, y otra en un duelo más personal contra O`Harra, en busca de venganza. También podemos ver la que seguramente sea la mejor escena de acción con nunchaku, en la que podemos ver a Lee luchar sin cuartel contra decenas y decenas de enemigos. Y, por supuesto, una de las escenas más míticas del cine de artes marciales, el combate final en la sala de espejos, tan elogiado como imitado en películas venideras.

FURIA ORIENTAL (LO WEI, 1972)

Sinopsis

Chen, un estudiante de artes marciales, descubre al volver a casa que su maestro ha fallecido. En el funeral aparecen los miembros de una escuela japonesa de artes marciales, que humillan la memoria del maestro, y se ríen de los chinos; ante semejante ofensa, Chen decide darles una lección de humildad. Sin embargo, todo cambia cuando descubre que su maestro murió envenenado por la banda japonesa, y entonces empieza una espiral de venganza sin precedentes.

Bruce Lee en la película “Furia Oriental”.

Bruce Lee en su papel más oscuro

Dentro del universo Bruce Lee, sin duda esta sería la película más oscura, no solo por el punto de partida o el macabro final, sino por prácticamente todas las decisiones que toma Chen a lo largo de la trama. En “Furia Oriental” Bruce asesina a sangre fría, no muestra ningún tipo de piedad porque sabe que el rival no la merece, lleva sus actos hasta el final de manera implacable cual conquistador que quema su barco al llegar a tierra, pues sabe que ya no hay vuelta atrás.

El título no podría ser más apropiado, ya que la “Furia Oriental” se personificaba en Bruce Lee desde hacía años en la sociedad china. Japón miraba por encima del hombro a sus vecinos asiáticos, con una sensación de superioridad casi innata o innegociable, y Bruce fue la respuesta ante la desigualdad. El héroe del pueblo, generalmente interpretado por un humilde granjero aficionado a las artes marciales (un personaje con gran potencial empático para gran parte de la población china de la década de los 70), que se enfrenta ante la injusticia, un “David contra Goliat” utópico, pues entiende con amargura que lo importante no es final, sino las enseñanzas repartidas por el camino.

Gran spoiler para los que no hayan visto, todavía, esta película: seguramente lo más icónico sea la imagen final, en la que Chen decide soltar en patada en salto, un épico y último grito de guerra antes de morir acribillado a balazos por las autoridades japonesas. Y no deja de ser curioso, cuanto menos, que años más tarde sería así como moriría su hijo, Brandon Lee, exactamente de la misma manera, en un disparo accidental durante el rodaje de la película “El Cuervo” en 1993.

EL FUROR DEL DRAGÓN (BRUCE LEE, 1972)

Sinopsis

Bruce Lee contra Chuck Norris, ¿alguien da más? Dirigida por el propio Lee, cuenta la historia de Tang Lung, un granjero aficionado a las artes marciales (personaje clásico por excelencia de Bruce Lee), que llega a Roma para ayudar a una amiga de su familia, cuyo restaurante está siendo amenazado por una mafia local con tintes japoneses. Según avanza el conflicto se complica la situación para ambas partes, y la mafia recurre a un luchador americano, interpretado por el invencible Chuck Norris, para que acabe con Lung en uno de los mejores combates individuales (sino el mejor) de la historia del cine de artes marciales.

Bruce Lee yChuck en El furor del Dragon – (1972)

Duelo entre el maestro oriental y el occidental

Desde que llega Tang Lung a Roma, se aprecia la situación de “pez fuera del agua”, un personaje fuera de su entorno habitual que debe aprender las normas sociales básicas del entorno nuevo en el que se encuentra. Es visto como un forastero incluso para su propia gente, los chinos más occidentalizados, y el proceso de cómo se va adaptando hasta convertirse en amo y señor del respeto de su gente, así como objeto de terror para sus rivales, es sencillamente genial. Esta evolución del personaje de Lung conlleva a una inevitable consecuencia, la aparición de Norris en pantalla; todas las piezas del dominó caen para llegar hasta ese momento en el que se decide todo.

Por supuesto hay más acción icónica marca Bruce Lee además del mítico combate final, como las escenas en las que se gana el respeto de los miembros del restaurante, las confrontaciones a cara de perro con la mafia local, o en momentos más sutiles pero rebosantes de belleza estética y calidad marcial como el entrenamiento de Tang nada más despertarse por la mañana, los momentos en los que se prepara para el combate, o la breve pero intensa confrontación contra Robert Wall, contra el que también lucharía en Operación Dragón, como hemos comentado previamente.

Y en cuanto a la acción de dicho final, todo elogio que se pueda decir se quedará corto. Dos de los mejores luchadores de la historia frente a frente, en su “prime”, en el mejor momento de sus carreras; un escenario lleno de magia como es el coliseo de Roma, y por supuesto no nos olvidemos del gato, casual y único espectador de la discreta, pero inolvidable contienda. Lee demuestra que sabe cómo grabar la acción, con la cámara a suficiente distancia para que se puedan ver bien los movimientos, intercalando coreografías rápidas con momentos de pausa y reflexión, que permiten que el combate tenga su propio ciclo dramático con introducción, nudo y desenlace. Un combate que destaca por el realismo que transmite, cualquiera que entienda un mínimo de artes marciales sabe que está presenciando algo muy especial. Un combate épico, icónico, e irrepetible.

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