La Film Symphony Orchestra abrió el pasado viernes 18 la gira que la llevará por toda España interpretando las mejores bandas sonoras de la historia del cine.
Un año más, y parece que con miras a convertirse en tradición, la Film Symphony Orchestra desplegó todo su potencial en la Monumental de Las Ventas de Madrid, iniciando su gira por todo el territorio español.
Constantino Martínez-Orts y los suyos aparecieron en el coso pasadas las nueve de la noche, cuando el sol había abandonado nuestras cabezas y una fría brisa recibía a los más de ochenta músicos que abarrotaban el escenario. Tras el caluroso aplauso, comenzaba el recital que habían preparado con la sintonía del estudio Universal como introducción. Tras esta breve muestra, el programa comenzó con el cine más clásico de la mano de Bernard Hermann y su animada introducción de Ciudadano Kane. A continuación, y casi sin tiempo para la ovación, sonaba la suite de Doctor Zhivago.
Este año, la Film Shymphony Orchestra ha apostado por traer bandas sonoras tan novedosas como las nominadas La teoría del todo de Johanssonn o The imitation game del gran Alexander Desplat; ambas fueron recibidas con sendos aplausos por el público que poblaba las gradas. Cabe destacar el esfuerzo en la puesta en escena del espectáculo, que este año deslumbro con un diseño de luces muy elaborado que mostró todo su potencial con la estruendosa partitura de Matrix.
Tras el descanso, la orquesta volvió a meterse en el bolsillo al respetable con Misión: Imposible, en lo que ya sería un crescendo de algarabía, sin dejar de lado los momentos íntimos como el sentido homenaje a James Horner, recientemente fallecido, del que eligieron su Leyendas de pasión. Mención aparte para la interpretación del primer violín de esa joya musical tan poco reivindicada que es El bosque de James Newton Howard. El público, respetuoso en todo momento, estaba ansioso de emociones fuertes y la majestuosidad de Alan Silvestri entró en escena como el tema principal de los mayores héroes de La Tierrra, Los Vengadores. La semidesconocida creación de David Arnold para Independence Day también hizo las delicias de todos los presentes. Uno de momentos más agradecidos fue la interpretación de Los Goonies, de la que se cumple este año el treinta aniversario y que sigue siendo una de las más queridas por todos.
El concierto iba llegando a su fin y el viento metal del maestro aún no había hecho acto de presencia. Los primeros acordes de Parque Jurásico arrancaron gritos de admiración, John Williams había llegado. Tras la acelerada interpretación, llegó el momento de una de las obras maestras del anciano compositor; la suite de E.T. ponía el broche final al programa previsto, con todo el respetable de pie aclamando que Martínez-Orts volviese al escenario.
El momento de los bises comenzó con el homenaje a los treinta años de la admirada Regreso al futuro. Tras ella vino una repetición de El puente sobre el río Kwai en la que los asistentes fueron dirigidos por el maestro Constantino, que les animó a silbar la alegre marcha militar. Para finalizar, la orquesta le reservo dos piezas más a Williams con Superman y tema principal del episodio IV de Star Wars.
Pasada la medianoche Constantino Martínez-Orts nos emplazó hasta el año que viene. Una vez más, asistir al espectáculo de la Film Symphony Orchestra se reitera como una cita obligada para cualquier amante de la música en directo y del cine. Es un lujo tener en nuestro país una orquesta enteramente dedicada a la música cinematográfica con el esfuerzo que eso supone, y agrada ver que el público brinda todo su apoyo a la iniciativa. Tan solo queda que se decidan a incluir en su repertorio partituras de nuestros mejores compositores como Alberto Iglesias, Roque Baños o el joven Lucas Vidal. Esperemos que nos queden muchos años de FSO, como decía Victor Hugo, la música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio. Gracias a Constantino y a todo su equipo. Hasta el año que viene.
