Nueva versión del personaje creado por Mike Mignola y encarnado en esta ocasión por David Harbour. Un Hellboy que se acerca más a su homólogo de las viñetas, traicionando para ello la coherencia cinematográfica.
Crítica película
Cuando se anunció el reboot de Hellboy, la saga que construyó Guillermo del Toro y que dio a conocer al gran público un personaje que, más allá de los aficionados al cómic, era un auténtico desconocido, las opiniones estuvieron muy polarizadas. Unos querían seguir viendo al Rojo de Ron Perlman, y otros apostaban por una versión más gore, oscura y con más referencias a las viñetas. Parece que esta película venía a satisfacer a este segundo grupo, pero tras su censura en algunos países (incluido España) y el resultado final, quizá habría que dar la razón a los amantes de la visión del director mexicano.
Este nuevo “Hellboy”, que ha tenido en el guion a Mike Mignola, el mismísimo creador del personaje, ha sido consciente de su propio miedo a decepcionar a los fans y ha optado por adaptar numerosas historias sacadas de las propias viñetas. Son tantas las aventuras a representar que el guion se convierte en un sinsentido que peca de sobrexponer la trama para que el espectador pueda seguirla, generando confusión, caídas de ritmo y haciendo perder el interés de lo que se está viendo. Un problema que se agrava con la interminable inclusión de flashbacks para cohesionar lo que se cuenta. Este pastiche de Mignola, que se revuelca en su propia creación, hace naufragar un barco de buenas intenciones que parten de un diseño de producción extremadamente fiel al cómic original que pierde efectividad a causa de un cúmulo de malas decisiones.
Neil Marshall el director
Neil Marshall, especialista en cine de serie B y series de televisión como “Westworld” y “Juego de tronos”, abraza el género desde su perspectiva habitual, con un tono desenfado y con la mente en un bajo presupuesto que no es tal, mostrándose más torpe que nunca. No solo porque la historia de la que parte sea un despropósito desde el papel, sino que sus labores de puesta en escena tampoco sobresalen, sin contar los problemas con los que ha lidiado la cinta y su propio abandono. Así, es posible ver algunas escenas de acción más que interesantes, como el plano secuencia del epílogo, o la lucha contra los gigantes, que hacen palidecer a otras donde es difícil distinguir nada. El sentido de la maravilla, tan necesario en una historia de estas características, aquí brilla por su ausencia y se sonroja si se compara con los dos precedentes de Guillermo del Toro. Tan solo la llegada al mercado troll de “Hellboy 2: el ejército dorado” contiene más cine que las dos horas perpetradas por Marshall.
David Harbour como Hellboy
David Harbour se esfuerza por crear a un nuevo Hellboy que se aleje del interpretado por Ron Perlman, pero no acaba de convencer, una vez más a causa de su guion. Y es que mucha gente ha dicho que este es un Rojo mucho más adulto e incluso humano, solo porque la película tiene una clasificación R en algunos países y se ha atrevido a mostrar escenas con más o menos gore. La realidad es que lo adulta que sea una película no se mide por la sangre que riega la pantalla. Los conflictos de este Hellboy como causante del apocalipsis, o los problemas con su padre, apenas son tratados de manera superficial. Tampoco se siente un inadaptado. La creación del personaje vuelve a encontrar su talón de Aquiles si se compara con la versión anterior. Del Toro entiende perfectamente el cine de monstruos -lo ha mamado- y supo dotar de humanidad a un antihéroe trágico que hacía empatizar al público. Nada que ver con lo que nos propone esta versión. El resto del reparto tampoco elevan el conjunto, aunque los intérpretes sean más que reconocidos. Ni el gran Ian McShane hace que nos importe su Profesor Broom ni la presencia de Milla Jovovich como Nimue genera la más mínima emoción. Neil Marshalldeja desprotegidos a sus actores, más interesado por intentar impostar un humor que no funciona, o conseguir escena de acción interesantes que resultan cargantes por el uso continuo de temas musicales que sacan de la trama. Una selección de canciones que enturbian el relato y que no puede ser más extraña, desde Muse a Rosalía.
Opinión Hellboy 2019
Hellboy (2019)es una oportunidad perdida que podía haber contentado a los fans más puristas del personaje y haber ofrecido un acercamiento distinto al de su predecesor, pero los problemas con el director y un guion que ha querido abarcar más de lo que debía, han convertido al demonio de la mano de piedra en un desastre, condenándolo al infierno de las películas olvidables, donde quizá pueda reinar.
Trailer
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=f9-9-WryUjA