Ariadna Gil nos cuenta los secretos que esconde Zona Hostil
Ariadna Gil nos cuenta los secretos que esconde Zona Hostil

Zona Hostil: Adolfo Martínez y Ariadna Gil (entrevista)

Entrevistamos al director Adolfo Martínez y a la actriz Ariadna Gil con motivo de la presentación de su nuevo proyecto: Zona hostil.

Entrevistas ‘Zona Hostil’, hablamos con Adolfo Martínez y Ariadna Gil

¿Qué os lleváis a nivel personal de un rodaje tan inmenso en todo?

Ariadna Gil: Descubrir un mundo que yo nunca había tratado y desconocía. Y conocerlo desde dentro, no de visita; colaborando estrechamente con un gran equipo de militares que nos han ayudado y han participado en la película, ya que muchos incluso han sido figuración. Ha sido una gran suerte el poder preguntar cualquier cosa que uno necesita para acercarse más a su personaje. Ha sido un trabajo muy cercano y en equipo. Yo creo que nos hemos descubierto mutuamente.
Adolfo Martínez: Desde niño llevo intentando dirigir mi propia película y por fin me ha surgido la oportunidad con Zona hostil. Entonces te puedes imaginar, para mí esto es el sueño de mi vida. Me llevo muy buenas impresiones de muchas cosas: nunca había trabajado en España, y me llevo muy buena sensación del nivel que encontré; y el hecho de colaborar con el Ejército, me ha parecido una experiencia fascinante.

Ariadna, ¿después de esta experiencia te verías capaz de ingresar en el Ejército?

No. Ni antes ni después. Yo soy muy mala obedeciendo órdenes (risas). Y creo que para ser militar una de las primeras cosas que debes entender es que en situaciones muy extremas tienes que obedecer a un superior. Tienes que entender lo que es la disciplina.

Adolfo, ¿ha costado mucho sacar el proyecto a delante?

Hay proyectos que la gente tarda diez años en sacarlos adelante. Nuestro caso ha sido bastante rápido la verdad. Yo recibí el primer ofrecimiento en verano de 2014 , en 2015 nos pasamos el año entero intentando arrancarla y en 2016 ya nos pusimos a rodar. Terminamos el rodaje el pasado mes de noviembre y mira, ya estamos aquí.

Adolfo Martínez y Ariadna Gil hablando animadamente sobre Zona hostil
Adolfo Martínez y Ariadna Gil hablando animadamente sobre Zona hostil

El equipo de militares que colaboró con vosotros ¿ha tenido ya la oportunidad de ver la película? ¿qué opinión os han dado? ¿y qué mensaje querían transmitir con el proyecto?

Lo que querían sobre todo es que el retrato fuera fidedigno, no una parodia. Eso era lo que queríamos nosotros también. Sé que ya han visto la película pero lamentablemente ya me había vuelto a Estados Unidos a seguir con mis obligaciones. Pero me han contado que les encantó el resultado final.

Ariadna, ¿la Capitán Varela ha existido en la realidad? ¿Y qué te comento ella sobre aquella larga noche?

Sí, esta aquí hoy. En esos momentos era capitán, ahora ya la han ascendido y es comandante.  Estuvo durante toda la preparación del rodaje, pude hablar con ella y me ayudó mucho en la construcción del personaje. Ella me comentaba que lo que más le preocupaba aquella noche era su familia, les había estado llamando de manera regular -cosa que no aconsejan precisamente por este motivo- y aquella noche no les había podido llamar. Más que pensar en la situación en la que se encontraba, poco segura y complicada, era pensar en lo que estaría pasando en su casa. También me contaba que cuando tenían un momento aprovechaban para dormir, porque quién sabía cuánto tiempo tendrían que estar alerta más tarde.

A nivel de rodaje, como actor y actriz, ¿cuales son las mayores dificultades con las que os habéis topado?

Ariadna: Para mí saber dónde estaba en cada momento, a nivel de guion. Grabábamos desde el mismo lugar diferentes momentos de la película. Todo desordenado, y llegaba un punto un poco caótico. Adolfo es el que lo tenía siempre claro y nos orientaba. Eso ha sido duro pero quizá lo más complicado era la falta de tiempo. Había escenas realmente muy complicadas donde nos lo jugábamos todo a una toma o dos como mucho.

Adolfo: Yo llegaba al set con unas ideas de lo que quería rodar muy claras… luego tuve que aprender a amoldarme a qué me daba tiempo a hacer y qué no. Le fui cogiendo el tranquillo a la falta de tiempo sobre la marcha.