El comediante francés Dany Boon regresa con una nueva película que ahonda en el mundo de las fuerzas especiales de la policía bajo el título de ‘Una policía en apuros’.
Crítica de la película ‘Una policía en apuros’
Dany Boon revolucionó Francia con el gran éxito que supuso su segunda película, “Bienvenidos al Norte”, que fue objeto de un remake italiano y el posible germen de la española “Ocho apellidos vascos”. Nueve años y dos películas después, Boon nos presenta la película “Una policía en apuros”, una propuesta menos trabajada sobre el papel, que basa su comicidad en el slapstick, regando el metraje de situaciones donde el humor físico convierte a la protagonista en una suerte de inspector Clouseau de las fuerzas especiales.
El relato, escrito por el propio director y Sarah Kaminsky, es sencillo, Johanna Pasquali, una joven policía, sueña con poder formar parte del cuerpo de élite RAID a pesar de su torpeza como profesional. Esto da lugar a decenas de gags poco elaborados, donde se nos muestra la nula habilidad de la protagonista como policía. Aunque algunos sean más acertados que otros, lo cierto es muchos de ellos no sorprenden, y siendo el argumento tan manido y con una comicidad tan limitada, el film no deja de ser simplemente entretenido, con alguna sonrisa puntual. La comedia de Boon siempre ha sido excesivamente blanca y con un punto sentimental que aquí tampoco se deja de lado.
El director ha demostrado que sabe narrar comedia, y en esta ocasión incluye alguna secuencia de acción, que consciente del género en el que se enmarca, resulta efectiva. El problema es que el material de base es tan tradicional que nada resulta estimulante visualmente, y sus gags se olvidan al salir de la sala.
En el terreno interpretativo, Alice Pol encarna a la desastrosa Pasquali, una creación muy histriónica, como suele ser habitual en la comedia francesa, que copa prácticamente todo el protagonismo de la cinta, secundada por el propio Dany Boon que ha sufrido una transformación física bastante importante que se puede ver cuando aparece sin camiseta. En este caso Boon se muestra en un segundo plano respecto a Pol, siendo en esta ocasión el contrapunto serio de la propuesta. También aparecen otros intérpretes galos conocidos como Michel Blanc, que interpreta al ministro y padre de Johanna. El israelí Yvan Attal es el antagonista, que protagoniza uno de los mejores momentos de la película travestido para la ocasión. Un auténtico villano de opereta.
Una policía en apuros es una obra menor dentro de la filmografía de Dany Boon que, aunque entretenida, no sorprende al espectador, evidenciando que el francés necesita renovarse e innovar en un terreno, el de la comedia francesa, que siempre explota el mismo estilo y que no abandona porque su éxito en taquilla no decae. Los amantes del slapstick la encontrarán graciosa, el resto, simplemente entretenida.
