Tras un retraso bastante prolongado, se estrena en España la nueva película de Guy Ritchie, donde nos cuenta su propia versión del mito artúrico con pretensiones de realizar una saga de varias entregas.
Crítica “Rey Arturo: La leyenda de Excalibur”
“Rey Arturo: la leyenda de Excalibur” ha sido vilipendiada al otro lado del charco por la crítica especializada, que no ha tragado con este nuevo intento de contar la historia del Rey Arturo. Un mito que lleva arraigado en el imaginario colectivo desde hace muchas décadas tanto en la literatura como en el cine. Y es que cuando los cineastas se enfrentan a un reto como este hay dos caminos: repetir lo que funcionó en el pasado, enfrentándote, casi seguro, a las odiosas comparaciones, o por el contrario romper con todo y presentar algo completamente distinto. Guy Ritchie, que ya hizo algo parecido con la saga de Sherlock Holmes, ha tenido la valentía de imponerse al estudio y rodar su propia versión del mito artúrico, sin renunciar a su característico estilo.
El director británico aglutina en el guion un pastiche posmoderno donde se mezclan diferentes conceptos de la cultura popular actual para presentar a un Arturo y su contexto que nada tienen que ver con la leyenda medieval de sobra conocida, prescindiendo incluso, de personajes clave como Merlín, Lancelot o Ginebra. Donde otras adaptaciones optan por una magia relativa y limitada, en este caso nos encontramos con una película de espada y brujería. Un homenaje nada velado a Robert E. Howard, a Frank Frazetta, con guiños a Lovecraft, a videosjuegos como Dark Souls y hasta un villano que recuerda al mítico film de animación del gran Ralph Bakshi, “Tigra, hielo y fuego”. Todos estos referentes, y alguno más que dejo al espectador más avispado, han sido pasados por el filtro de Ritchie, que vuelve a mostrar sus signos de identidad en una película que parecía no ajustarse a su humor macarra, personajes callejeros, tratamiento temporal y ralentización y aceleración de la acción. Todas las características de su cine están presentes y encajan a la perfección en un puzle que exige al público que se rinda a su visión desde la primera gran secuencia, porque si no ya será tarde para empatizar con un producto que no está hecho para todo el mundo, sobre todo si has pasado la barrera de los cuarenta.
Charlie Hunnam crea un Arturo muy parecido a su personaje en la serie “Hijos de la anarquía”, que funciona a la perfección en este universo creado y pensado para adolescentes y amantes de los videojuegos, sobre todo a tenor de su clímax final, donde la pirotecnia puede resultar excesiva, aunque necesaria en este tipo de blockbusters. Por su parte, Jude Law ha disfrutado interpretando a Vortigern, un villano estereotipado pero muy disfrutable. El resto del reparto acompañan de manera correcta tanto al protagonista como al antagonista, destacando a Astrid Bergès-Frisbey como el contrapunto a Merlín en esta versión. Ojo al cameo de cierto futbolista que no desentona pese a lo esperpéntico de la secuencia.
“Rey Arturo: la leyenda de Excalibur” es una película de Guy Ritchie para bien y para mal. Una aproximación al cine de superhéroes desde la óptica de un mito que ha sido actualizado a los tiempos actuales guste o no. Y es que la versión de John Boorman, con sus virtudes, queda muy lejana. A pesar del maltrato masivo de la crítica, la película es puro cine de entretenimiento con sello propio, con carácter, siendo una propuesta más interesante que otros blockbusters de la cartelera actual que han sido más respetados. Los amantes del género no lo lamentarán.