Agradable y entreñable comedia francesa que nos hará disfrutar de una simpática estancia en el hospital, lo nunca imaginado. Así es la nueva película del director Jean Becker que vuelve a adaptar una novela Marie-Sabine Roger en esta ‘Unos días para recordar’.
Crítica de la película ‘Unos días para recordar’ (2015)
Enfermeras, médicos, pacientes, pruebas diagnósticas y tragedias familiares parecen no ser un buen punto de partida para una comedia pero la ambiciosa aunque sencilla, que no simple, comedia francesa todo lo puede. Unos días para recordar, dirigida por Jean Becker (‘Mi encuentro con Marilou’, ‘Mis tardes con Margueritte’, ‘Conversaciones con mi jardinero’), nos sorprende con una estancia agradable, simpática y entretenida, con un marcado punto entrañable y nostálgico, en el hospital -quién lo diría a priori-. Además de aportar cierto toque detectivesco al basar su subtrama en un misterioso caso de atropello por el que nuestro refunfuñón protagonista será empujado hacia los “enormes brazos” del río Sena.
Tras un brutal atropello Pierre Laurent (Gérard Lanvin) es arrojado al río Sena. Cuando despierta, tras haber perdido el conocimiento por el impacto, no recuerda ni el cómo, ni quién, ni por qué de las circunstancias de dicho… ¿accidente?. Durante su recuperación en el centro hospitalario, Pierre aprenderá a ver la realidad de su vida desde una óptica más optimista y a valorar todo aquello que le rodeaba hasta el momento.
Jean Becker, además de dirigir de forma elegantemente acertada esta película, también es el culpable de su guion, junto a Jean-Loup Dabadie, una adaptación de la novela original firmada por Marie-Sabine Roger (también autora de ‘Mis tardes con Margueritte’). Destacar el maravilloso trabajo de adaptación de la obra en cuanto al poder de los diálogos a la hora de retratar a todos y cada uno de los personajes que nos parecen de manera tan rica y fidedigna. La cinta ha tenido gran acogida por parte de los espectadores del país vecino y fue la encargada de clausurar la pasada edición de la SEMINCI.
El gran protagonista de Unos días para recordar será Pierre Laurent, personaje estupendamente interpretado por el actor Gérard Lanvin que aporta multitud de matices a dicho personaje y es capaz de, aún postrado en una cama durante casi la totalidad de la película, hacernos partícipes de los importantes cambios, tanto de ánimo como en la forma de pensar y de verla realidad, que sufre durante su estancia en el hospital. Trabajo nada sencillo que merece un merecido reconocimiento, más cuando es dicho papel el que sustenta el grueso de la trama.
Según pasen los minutos de metraje de Unos días para recordar nos iremos introduciendo en el pasado de Pierre, un pasado marcado por la culpa que le ha dejado tan marcado que ha preferido vivir aislado de cualquier sentimiento y aplicarse así su propio autocastigo: la soledad. Dicha estancia en la cama del hospital, mientras le vistan familiares, amigos, enfermeras, médicos, otros pacientes e incluso el valiente anónimo que le salvo de morir ahogado en las profundidades del Sena, le servirá para poner punto y aparte con los tormentos pasados y comenzar a luchar y disfrutar del presente.
La película Unos días para recordar entusiasmará a los amantes del cine francés, capaz de hacernos reflexionar sobre temas transcendentales de la vida como la muerte o la culpa con la aparente excusa de ver una comedia ligera. Finalmente logrará que los espectadores salgan de la sala de cine con una visión más positiva de la vida, además de muchas ganas de visitar París.
