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Película ‘Un viaje de diez metros’: Actualizando Chocolat

DIRECCIÓN
6
GUION
4
INTERPRETACIÓN
6
FOTOGRAFÍA
8
Reseña de lectores38 Votos
6.5
LO BUENO
Las localizaciones, captadas por Linus Sandgren, con unas bellas texturas fotográficas.
LO MALO
Que la incipiente historia de amor entre Madame Mallory y Papa no obtenga más, o el único, protagonismo.
6

Proliferan como hongos los programas, series y demás sobre temática gastronómica de tal forma que los nacidos empachados no tienen escapatoria. ‘Un viaje de diez metros’ se sube al carro de la gula, idónea para los glotones.

Sinopsis de la película ‘Un viaje de diez metros’

Hassan y su familia se ven obligados a huir de la India e instalarse en Europa. Buscando un lugar en el que vivir, su destartalada furgoneta se queda sin frenos en los alrededores de un pequeño pueblo al sur de Francia, Marguerite ofrece su ayuda y la familia de Hassan decide pasar la noche en el pueblo. Tras reflexionar mucho optan por comprar una desvencijada villa situada frente a un selecto restaurante dotado con una estrella Michelín, regentado por la inflexible y desconfiada Madame Mallory. Pronto surgirá el amor entre los componentes de Le Saul Pleureur y Maison Mumbai, convirtiendo Madame Mallory en su protegido a Hassan, dotándole de las cualidades necesarias para ser un chef de fama mundial.

Un viaje de diez metros - Cartel
Un viaje de diez metros – Cartel

Crítica de la película ‘Un viaje de diez metros’

Empiezan a saturar la cantidad de propuestas referentes al pecado capital que ocupan nuestra vida cotidiana, poco recomendable para aquellos que están sujetos a cualquier tipo de régimen. Un viaje de diez metros se presenta como una comedia romántica con algún tinte dramático que lleva como tema central el amor culinario. El cine ha dado grandes obras que giraban en torno a la gastronomía, directores como Tarantino o Marco Ferreri, con su inefable La gran comilona (1973), en la que sus personajes llevaban a cabo un suicidio colectivo a través de la comida, han dado cuenta de ello. Cine y comida tienen mucha relación en su elaboración y una buena forma de definir a un personaje es retratar que productos ingiere.

Imagen de 'Un viaje de diez metros'
Imagen de ‘Un viaje de diez metros’

Sin embargo el sueco Lesse Hallström, que dirigió videoclips para el grupo Abba, se centra más en la parodia simple de su exitosa ‘Chocolat’, un revisionismo de ésta ya que se encuentran más de una similitud argumental como la llegada a un pequeño pueblo francés con una vecindad cerrada a la apertura o la creación de un negocio rechazado por sus habitantes. En ‘Un viaje de diez metros’ no divisamos nada novedoso que el propio Hallström no haya puesto en escena antes, se limita a poner al día en esencia su película del 2000 y lo que en principio aparece como una propuesta diferente se va convirtiendo en una especie de secuela, aunque su punto de partida sea una novela de Richard C. Morais.

Imagen de 'Un viaje de diez metros'
Imagen de ‘Un viaje de diez metros’

El retrato de la sociedad francesa y de la cultura hindú, del choque de tradiciones a través de sus gastronomías, es arquetípico, cualquier atisbo de crítica ante posturas tan diferentes e intransigentes se pasa de puntillas, los chistes sobre el vino o las especias resultan cargantes. Se nos quiere llevar por la senda de los sentidos y el inmediato viaje al fondo de nuestra memoria con determinados olores pero nos dejan a medio camino.

Imagen del rodaje de 'Un viaje de diez metros'
Imagen del rodaje de ‘Un viaje de diez metros’

Hay que reconocer que si uno de los cometidos de ‘Un viaje de diez metros’ es que nos entre hambre y, acabada la película, salir corriendo a un restaurante indio, lo consigue notablemente. Pero todo esto se debe más a una adecuada fotografía y composición de los platos. La puesta en escena refleja la delicadeza por contar una historia que fuera de toda fantasía y evasión no funciona por el empeño en esbozar ciertos temas delicados como el amor a la patria, la inmigración forzosa, o la intolerancia, situándonos dentro de un contexto empero poco acertado para el argumento que se busca. La confrontación entre un restaurante aspirante a su segunda estrella Michelin, dirigido por una siempre genial Helen Mirren, aunque transmita en algunas secuencias estupor por su personaje o lo que es peor por las indicaciones del director cuyo resultado es la falta de motivación que transmite la coprotagonista, con un novedoso restaurante de comida hindú, seria razón suficiente. El introducir dos historias de amor entre generaciones y culturas diferentes hacen perder consistencia a la trama principal, es esa manía por colocar subtramas románticas con final feliz sea como sea. El enamoramiento de Charlotte Le Bon y Hassan (Manish Dayal) adolece de consistencia en detrimento de Helen Mirren y Papa (Om puri), no solo a nivel narrativo, la interpretación, con química, de los dos actores en las secuencias conjuntas es una de las pocas cualidades del film.

En definitiva el viaje de tan solo diez metros, que es la separación entre los dos restaurantes y la pequeña distancia emocional entre las dos culturas, no pretende ser algo más que una simple, con muchos clichés estilísticos, y limitada comedia romántica. En este sentido la película de Hallström funciona aunque con muchos altibajos. La acción sometida a la comida y no lo contrario.

Trailer de la película ‘Un viaje de diez metros’