“Toc toc” es el claro ejemplo de un rotundo éxito de la cartelera teatral que se convierte en un fracaso estrepitoso en su adaptación cinematográfica. Vicente Villanueva dirige una cinta carente de ritmo, con interpretaciones desiguales y con gags muy forzados.
Crítica de la película “Toc toc”
Si la semana pasada llegaba a la cartelera lo que podía ser un magnífico ejemplo de cómo trasladar a la gran pantalla un éxito teatral, sí estamos hablando de “La Llamada“; esta nueva entrega de estrenos semanales nos trae un ejemplo de algo totalmente opuesto con “Toc toc“. Las dos funciones, además de compartir cartelera teatral durante años en la capital, sirven como ejemplo contrapuesto de aciertos y errores en la cuestión de adaptar una obra de teatro al cine.
En la película conoceremos el particular caso de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que sufren sus seis protagonistas: Emilio (Paco León), Blanca (Alexandra Jiménez), Ana María (Rossy de Palma), Lili (Nuria Herrero), Otto (Adrián Lastra) y Federico (Oscar Martínez). Cada uno con un caso particular de TOC (Síndrome de Tourette, Síndrome de Diógenes y obsesión por el cálculo matemático, trastorno compulsivo de verificación, de repetición, obsesiones con las líneas del suelo, con las bacterias…) acudirán a la consulta de un afamado psicólogo con la promesa de mejorar en sus agudizados síntomas, pero por problemas en la agenda todos habrán sido citados el mismo día a la misma hora.
Vicente Villanueva (Nacida para ganar, Lo contrario al amor) será el encargado de dirigir esta adaptación cinematográfica que no termina de funcionar por múltiples motivos: los tiempos en el teatro y en el cine no son los mismos y aquí hay una falta de ritmo galopante; los gags que funcionaban en el directo aquí pierden inmediatez y eficacia; algunos tocs están demasiado desvirtuados y exagerados; a pesar de ser una propuesta totalmente coral hay actuaciones muy superiores unas de otras.
El nivel de las interpretaciones será muy desigual, encumbrando a una Alexandra Jiménez en el personaje de Blanca, la única que será capaz de hacer sentir al espectador lo desesperante e irracional que es vivir con un TOC. Y dejando en evidencia la falta de dirección y de intenciones en Adrián Lastra como Otto, dibujando un personaje estereotipado y totalmente caricaturesco. El resto del reparto se defiende, con mayor o menor acierto en cada una de las escenas, pero en general si la “función” consigue no naufragar será en gran parte por el esfuerzo de todos ellos. Un reto sin duda para cualquier actor ya todos estos personajes de “Toc toc” requieren un arduo trabajo a medio camino entre lo irritante y lo entrañable. Además ni que decir tiene que cada TOC tiene ya más o menos gracia en su punto de partida, y en alguno de ellos es complicado rascar algo de humor, claro ejemplo del personaje que interpreta Oscar Martínez que tan sólo puede servirse del repetitivo recurso del insulto grotesco para ganarse al espectador.
Si aún así tienes curiosidad por ver “Toc toc” mi consejo es que te guardes el dinero de la entrada del cine y acudas al Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid a verla en directo, ya que la función volverá a representarse a partir del próximo mes de diciembre. Y allí sí la obra está más que testada y funciona como un reloj, regalando momentos divertidísimos.