La película Sigue el ritmo es la nueva propuesta familiar de Netflix. Sofia Carson, conocida protagonista de ‘Los Descendientes’, protagoniza esta cinta que impulsa los valores del trabajo en equipo, la integración y la superación personal entre los más pequeños. Os dejamos nuestra crítica de la película Sigue el ritmo.
Crítica de la película Sigue el ritmo de Netflix
Llega a Netflix una película protagonizada por una “chica Disney” con una trama propia de Disney Channel. Esa es la mejor definición que se puede hacer de lo que podréis encontrar si os decidís por la película Sigue el ritmo(cuyo título original es ‘Feel the Beat‘).
Sofia Carson, su gran baza
Estamos ante una producción propia de Netflix protagonizada por Sofia Carson, conocida entre el público infantil-juvenil por ser una de las protagonistas de ‘Los Descendientes‘, una de las sagas más exitosas dentro de las películas de Disney Channel.
Sinopsis
April (Sofia Carson) intenta hacerse un sitio en el complicado mundo del musical Broadway. Tras un incidente en una audición, no le quedará otra salida que volver a casa con su padre. Allí empezará a ganarse la vida como profesora de un grupo de baile de niñas. Tras muchas dificultades, las convertirá en concursantes de una conocida competición de baile en Atlantic City.
Elissa Down, responsable de los largometrajes ‘The Black Ballon’ (2008) y ‘The Honor List’ (2018), dirige la propuesta con un guion escrito por Shawn Ku y Armbruster. La película pretende ser una cinta familiar que puede sentar a toda la familia frente al televisor.
La evolución del género familiar
Lamentablemente el género de cine familiar ha ido perdiendo calidad paulatinamente en las últimas décadas. En los 80 y 90 se hacían películas con la pretensión de llevar al cine a toda la familia. Eran propuesta de calidad y con argumentos de cierta complejidad, que pretendían agradar a los niños pero también captar al público adulto que entraba en la sala y que, en definitiva, es el que paga la entrada. Ejemplos tenemos muchos: ‘Los cazafantastmas‘, ‘Regreso al futuro‘, ‘La historia interminable‘, ‘Los gremlins‘, ‘Hook’, ‘Parque Jurásico‘…. Todos ellos se convirtieron en clásicos del cine por méritos propios.
Sin embargo en las dos últimas décadas esto ha ido cambiando paulatinamente, y las propuestas familiares se han ido acercando cada vez más al género infantil. Tramas de poca o ninguna complejidad, conflictos casi nulos y finales completamente previsibles. En plena era digital, las tramas familiares tratan a los chavales como si fueran incapaces de seguir argumentos con cierta complejidad, algo incomprensible cuando en estos momentos son las generaciones más expuestas a todo tipo de estímulos.
Los problemas de la propuesta
Pues bien, este último caso se sitúa la película Sigue el ritmo de Netflix. Una trama con nula complejidad, con un conflicto tan banal como conseguir que un grupo de crías llegue a participar en una competición de baile, y con un final completamente previsible.
Pero este no será el principal problema que presente la película. La cinta tenía que aprovechar la presencia de la estrella de Disney, Sofia Carson, lo malo es cómo lo hace. Su argumento justifica de manera forzada que Carson participe en los números de baile de la cinta. Y es que el resto de grupos que participan en la competición quedan formados sólo por críos, pero en el caso del grupo de crías que entrena Carson, lo harán junto a ella en el escenario. Así este personaje será la única profesora que compite junto a las niñas… algo que no tiene ningún sentido.
Opinión final de la película Sigue el ritmo de Netflix
Para concluir esta crítica de la película Sigue el ritmo de Netflix decir que estamos ante una cinta previsible que se centra en ensalzar los valores del trabajo en equipo y la superación personal entre los más pequeños. Su aspecto más destacable será el mensaje de integración, amistad y visibilidad que se hace al integrar entre su reparto infantil a una actriz sordomuda (ojo al error morrocotudo de Netflix al doblar por encima de los signos a la pequeña; para tirarle el doblaje a la cara).
