Crítica de la película Nosferatu (1922), dirigida por F.W. Murnau. El clásico del cine de terror está a punto de cumplir 100 años y ya tiene confirmado su remake para dicha celebración. En Los Interrogantes revisamos esta gran obra del cine de género y repasamos todas sus claves.
Sinopsis
En el año 1838, Hutter (Gustav von Wangenheim) y su esposa Ellen (Greta Schröder) viven una cómoda y feliz vida en la ciudad de Wisborg, pero, de repente, el oscuro agente inmobiliario Knock (Alexander Granach) le hace un encargo al joven Hutter. Debe partir de inmediato hacia Transilvania para cerrar un negocio, el conde Orlok (Max Schreck) está interesado en la finca que colinda con la casa del matrimonio. En su misión, a Hutter le aguarda una tierra desconocida y un viaje, que esconde un oscuro motivo.
Crítica de la película Nosferatu (1922)
Con la obra cerca de celebrar 100 años de vida y un remake a la vista de la mano de Robert Eggers (el director australiano abordará una revisión del mítico clásico del terror desde una nueva perspectiva) con Anya Taylor-Joy, no hay mejor momento para echar la vista atrás y recordar la famosa obra Nosferatu, una sinfonía del terror (1922). Una adaptación de la novela de Bram Stocker, dirigida por F. W. Murnau.
Introducción del mito ‘Nosferatu’
“Nosferatu. Quizás la palabra no te suene como el grito del pájaro de mal agüero. Pero guárdate de pronunciarla o las imágenes de la vida se desvanecerán en las sombras, sueños espectrales saldrán de tu corazón y se alimentarán de tu sangre”. Con esta frase inicial se nos habla por primera vez, a modo de advertencia, sobre el ‘Nosferatu’ acompañada de un ‘siniestrismo’ sonoro que nos lapida desde el comienzo. Esas palabras resuenan en la cabeza del espectador, momento previo al I acto, como primera piedra que cimenta un clímax de desasosiego, incertidumbre, inseguridad…
Dos mundos paralelos que convergen en una misma obra
La disparidad entre el día y la noche. El día asociado con la felicidad, la luz, las cálidas mañanas (Hutter avista unos caballos desde su habitación en la posada), la música alegre, todo bajo un ambiente bucólico y una estética romántica; por otro lado, tenemos la noche asociada con la angustia, la oscuridad, la inseguridad (aconsejado por los lugareños Hutter se refugia en la posada de noche, cuando sale el hombre lobo), el mito de lo desconocido, de fondo una música atronadora que compone un escenario tormentoso..
Esta oposición entre dos mundos es un recurso palpable en la película Nosferatu (1922). Ambos mundos se pueden identificar y diferenciar gracias a la fusión de esos elementos clave (narrativa, escenarios, fotografía y música), consumados de manera exquisita en la ejecución, y que nos permite abrigar distintas realidades con distintas sensaciones.
La escena de presentación de Hutter y Ellen con una música armoniosa, un ambiente cálido, un escenario familiar. Por otro lado, la oscuridad reflejada en la presentación de Knock, el oscuro agente inmobiliario, cuando la música cambia disruptivamente, adquiriendo un tono solemne y oscuro.
Otro ejemplo de estos elementos con una relación de oposición, (II acto, Hutter ya instalado en el castillo del conde) con la salida del sol Hutter disipa la “bruma gris” (le llamamos así a las pesadillas que no lo dejan dormir) que lo tiene intranquilo durante la noche, mientras tanto el conde duerme su sueño más profundo (puro contraste, el conde es vulnerable de día, lo contrario a Hutter). Con la llegada del anochecer, “las sombras se levantan y se ciernen sobre los cimientos del castillo”, con esta frase la obra nos resume la transformación del día y la noche, dos mundos que chocan entre sí.
Un mal presagio, una mala pesadilla
Otro punto importante, y que cabe destacar, se centra en la escena más relevante y que, de alguna manera, da forma al entramado de la película Nosferatu (1922) a partir del final del II acto; así como sirve de preludio a una serie de escenas (continuación III acto), que son de una gran fuerza narrativa.
Hutter consciente de que durante el día puede explorar el castillo y atormentado por sus pesadillas, se adentra hasta el rincón más profundo del castillo en busca de explicaciones. En una especie de sótano oscuro descubre el cuerpo del conde yaciendo en un ataúd de madera, como factor de mal presagio y fuente de infortunios y males. A partir de aquí, siendo Hutter conocedor de la condición del conde y tras la marcha del mismo rumbo a Wisborg, tiene lugar una carrera frenética contra el tiempo marcada por la ambición y el “hambre” del conde, y la desolación de Hutter. Los posteriores acontecimientos tienen una fuerza narrativa importante, pues la matanza que lleva a cabo el conde en el barco donde viaja hasta Wisborg, así como las influencia y el control que ejerce sobre Ellen y Knock, dejan un matiz a nivel narrativo brutal. Nosferatu como ser inevitable.
El expresionismo alemán y la riqueza de recursos
Un recurso propio o característico del expresionismo es abordar el mundo de los sueños, lo onírico. La cinta juega a menudo con este recurso para explicar la influencia del conde a través de los sueños. Durante su estancia en el castillo, Hutter es atormentado por las pesadillas (descenso a la locura) y manipulado por el Nosferatu, así como le sucede posteriormente a Ellen. Sin duda, hablamos de una película rica en técnicas y recursos como símiles o comparaciones; en el III acto el profesor Büllmer habla de la naturaleza (ejemplo de que la película aborda temas relacionados con la metafísica) apuntando que esta tiene una misteriosa y peligrosa esencia. Se establece una comparación entre el Nosferatu y las plantas carnívoras, refiriéndose a ellas como “fantasmas”.
La obra nos deja una interesante metáfora, el camino del conde hasta Wisborg deja tras de sí una sucesión de terribles asesinatos y una esencia de siniestrismo constante. El desencadenante de sus actos provoca que se asocie la cadena de muertes del conde con una “peste” (fruto de la rumorología y la ignorancia). Todo esto tiene su origen tras el suceso del barco en el que viaja el conde y acaba con todos los tripulantes asesinados por él.
Opinión final de la película Nosferatu (1922)
La película Nosferatu (1922), obra de culto, que debido a su condición como película del cine mudo aprovecha con maestría las herramientas a su alcance. La música y la fotografía suponen una clave fundamental a nivel sonoro y visual, además de estar enriquecida por recursos interesantes en el aspecto narrativo, un lenguaje poético que acompaña la estética romántica y bucólica, y una esencia siniestra que nos permite afirmar que la famosa cinta de terror envejece mejor que el vino.
Estamos ante una película que resiste como pocas el paso del tiempo y que continúa sorprendiendo a las generaciones actuales. Además cuenta con un personaje de pesadillas que se erige como figura icónica también contemporánea.
Estreno y Ficha técnica
Título original: Nosferatu – Eine Symphonie des Grauens
Género: Terror, Clásicos, Cine mudo
Sitio Oficial: Nosferatu en Filmin
País: Alemania
Fecha de estreno en España: 1922
Productora: Prana-Film GmbH
Distribuidora: Filmin
Duración: 91 min.
Año: 1922
Calificación por edades: No recomendada para menores de 13 años
Ficha Artística
Dirección: F.W. Murnau
Guion: Henrik Galeen.Libro:Bram Stoker
Música: James Bernard,Hans Erdmann,Carlos U. Garza,
Fotografía: Fritz Arno Wagner(B&W)
Reparto: Max Schreck,Alexander Granach,Gustav von Wangenheim,Greta Schröeder,GH Schnell,Ruth Landshoff,John Gottowt,Gustav Botz