‘Nieve negra’ es un thriller coproducido por Argentina y España que ha cosechado un gran éxito de taquilla en el país americano gracias Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia, auténticos reclamos para el público.
Análisis de la película ‘Nieve negra’
Nieve negra podría asemejarse en intenciones a esos thrillers nórdicos que tanto han proliferado en los últimos años, tanto en el cine como en la novela. Tristemente no es así, resultando ser un despropósito a causa de un más que fallido guion que no puede levantar un elenco cargado de talento que aquí se muestra ausente.
El guion, escrito a cuatro manos por el director Martín Hodara y Leonel D’Agostino, se puede comparar con lo peor del género que retrata. Sus personajes poco definidos, con acciones que no se justifican en su manera de ser, los diálogos sonrojantes y un “deus ex machina” (ese elemento externo que resuelve la trama y que traiciona su lógica interna llevándola al desenlace) que termina de echar por tierra un planteamiento inicial que, en manos de un guionista competente, hubiese sido el inicio de una película, cuanto menos, coherente. Para terminar, la narración nos regala una mirada a cámara de la mujer protagonista, cerrando el film de la manera más casposa posible. El libreto de Nieve negra parece el primer largo que escribe un estudiante de guion durante su formación en la escuela de cine.
Con estos mimbres poco pueden hacer el resto de elementos de la película para capturar algo que por lo que merezca el esfuerzo de pagar el alto precio de la entrada (Sí, el IVA del cine seguirá siendo del 21%). Hodara se muestra solvente, sin destacar en la realización, con un estilo que ya se dejaba entrever en otras obras suyas como “La señal”; un proyecto fallido de hace años, perpetrado por Ricardo Darín junto a Hodara. Un ayudante de dirección con ínfulas que debería haberse quedado en dicho puesto. Y es que no ha sabido imprimir ritmo a los escasos noventa minutos, convirtiéndose en una cinta monótona y plana; tanto como sus personajes, nada dibujados y bastante estereotipados. Tampoco sabe sacar partido a un entorno que podría haberse convertido en un personaje más de la historia.
El interesante reparto que puebla la pantalla tampoco está en su mejor momento. El único que se salva es un Leonardo Sbaraglia que aguanta como puede con un protagonista meramente funcional. Ricardo Darín no resulta convincente como el amargado hermano solitario, que no llega a causar amenaza en ningún momento y Federico Luppi recita su texto como el que lee la etiqueta de un alimento. Pero lo más acusado de todo el conjunto es la interpretación de una Laia Costa completamente fuera de lugar. Su personaje es capaz de sacar de la trama al más complaciente de los espectadores, sin atisbarse en ningún momento el talento que exhibía en la regular “Victoria”. No todo es culpa de la joven actriz, pues las estúpidas decisiones de su personaje y las líneas de diálogo no ayudan en absoluto.
Conclusión de la película ‘Nieve negra’
Nieve negra es una película fallida en casi todos los aspectos, salvando tan solo la interesante fotografía de Arnau Valls Colomer, que va mejorando con cada nuevo trabajo. Ni siquiera los incondicionales de Ricardo Darín o Leonardo Sbaraglia podrán mostrarse satisfechos cuando las luces se enciendan.