Crítica de la película La Piedad: Dirigida por Eduardo Casanova

Crítica de La Piedad, la película supone el segundo largometraje de Eduardo Casanova. Estreno el 13 de enero de 2023 en cines y en Los Interrogantes os contamos nuestras impresiones tras visionarla.

Sinopsis

Mateo (Manel Llunel) quiere de alguna forma alejarse de su posesiva y controladora madre Libertad (Ángela Molina).

Crítica de la película La Piedad

Hasta cierto punto, uno ha de saber en qué película se está metiendo. Si uno entra en Avatar El sonido del agua, sabe que va a ver ciencia ficción, acción y efectos especiales. Si uno entra en El gato con Botas sabe que va a ver animación distendida para toda la familia. Y si uno entra en La Piedad, sabe (o debe intuir) que va a ver algo poco ortodoxo.

Sin embargo, que sepamos en qué tipo de película nos estamos metiendo no justifica en absoluto que la película en cuestión haga lo que le dé la gana. Dentro del tipo de película que sea, el arte de la narración (en este caso, cinematográfica) radica en contar una historia de tal manera que dicha historia se entienda. Y si quien la hace domina este arte, entonces los elementos poco ortodoxos potencian esa historia y te meten de lleno en lo que la película te está contando. Pero en el caso de la películaLa Piedad, esto no ocurre.

Una propuesta tremendamente tediosa

Las sensaciones mientras se visualizada la película La Piedad son de aburrimiento y de tedio. La cinta trata de manera muy superflua un tema muy sencillo (y evidente) al que no aporta ningún tipo de matiz interesante ni da una visión que la haga llamativa. Por no hablar de que esto se intenta camuflar en una simbología extremadamente evidente que le resta a la película cualquier tipo de lectura más allá de lo que se está viendo. Una sensación de pobreza audiovisual y narrativa imposible de paliar. Y claro, cuando una película produce estas sensaciones, parece inevitable que ocurra lo que ocurrió en la sala en la que vi este film. Risas y gente marchándose.

Pretenciosamente transgresora y polémica

El principal problema de la películaLa Piedad es que su objetivo no es contarte algo. La propuesta resulta un mero pretexto para que su director, Eduardo Casanova, materialice y grabe (con un material técnico de calidad) extrañas y alocadas ideas que en su cabeza son espectaculares pero que desde fuera no tienen sentido ninguno.

Por no hablar de otras escenas (muy) desagradables que están en la película exclusivamente para generar una reacción visceral en el espectador. Esto tiene un gran problema consigo; Si el espectador está siguiendo la historia, si tiene un elemento de anclaje a su narrativa, estas escenas de impacto/desagradables producen realmente la reacción que Casanova intenta provocar en el espectador. Pero si están en el filme por el mero hecho de ser desagradables, incluidas aleatoriamente y sin relación con la historia, el efecto que produce es de indiferencia (a lo sumo cierras un poco los ojos o miras para otro lado, pero ya está). En Crímenes del Futuro de Cronenberg, hay vísceras y hasta operaciones quirúrgicas en directo. Pero al estar dentro de una narrativa que te estaba contando algo, esas escenas, no sólo tenían sentido, sino que potenciaban el mensaje que la película quería transmitirte. Con la película La Piedad me temo que ocurre lo contrario.

El aspecto visual

Muchos podrían argumentar que el fuerte de esta película reside en su aspecto visual más que en su historia. Que es el apartado técnico y visual el que realmente transmite lo que la película pretende. Por desgracia, el apartado técnico es indivisible del apartado narrativo. No puedes concebir la imagen de una historia si no tienes clara la propia historia. No puedes dirigir ni equilibrar los elementos técnicos si no sabes qué aspectos de la historia deben potenciar.

Así que, pese a que la película La Piedad tiene claramente un material técnico exquisito, éste está totalmente desaprovechado porque deambula de igual forma en la incertidumbre y en el caos narrativo del film. Nos encontramos con espacios rosas y negros que no sé qué pretenden decirme (más allá de que a su director le gustan) y una luz cenital casi permanente en todas las localizaciones que privan de cualquier matiz a la escenografía. Es como si hubieran hecho una plantilla de un efecto luminoso y la hubieran repetido en prácticamente todas las escenas. No obstante, debo mencionar que los efectos prácticos están muy conseguidos.

Vacío y pobreza

Tengo la sensación de que la película busca que nos maravillemos con su arte, que balemos con las escenas aparentemente transgresoras y que nos preguntemos acerca de elementos que no entendemos. Pero la sensación que tiene quien esto escribe es de vacío. Vacío y pobreza. La película no es más que una extensión onírica inconexa e incierta de algo de lo que somos totalmente ajenos. ¿Cómo puedo conectar con el film de esta forma?

Opinión final de la película La Piedad

Antes de terminar la crítica de la película La Piedad, me gustaría comentar lo siguiente: Ser transgresor no significa ser desagradable. Y ser transgresor en el arte, implica salirse de la norma para contar aquello que aún no se ha tratado o romper una lanza hacia otra forma de contar algo. Pero salirse de la norma porque sí, sin un objetivo, no es ser transgresor. Un transgresor es aquel que en su valentía es capaz de cambiar la perspectiva y la percepción sobre algo. ¿Para qué es tan explícito Eduardo Casanova? ¿Qué nos quiere contar con esas escenas? En su película no están las respuestas.

Ficha Artística

Dirección: Eduardo Casanova
Guion: Eduardo Casanova
Música: Pedro Onetto
Fotografía: Luis Ángel Pérez
Reparto: Ángela Molina, Manel Llunell, Ana Polvorosa, María León, Antonio Durán, Macarena Gómez, Daniel Freire, Songa Park, Alberto Jo Lee, Meteora Fontana

Cartel

Trailer