Reign Edwards, Bex Taylor-Klaus, Amy Forsyth y Christian James en Hell Fest (2018)

Crítica de la película “Hell Fest”: Terror Slasher

Se estrena en nuestras pantallas Hell Fest, enésima intentona por acercar a las nuevas generaciones el slasher, un género fagocitado por zombis y vampiros que se niega a tirar la toalla.

Sinopsis de Hell Fest

Un asesino en serie enmascarado convierte un parque de atracciones en su patio de recreo aterrorizando a un grupo de amigos, aprovechando que todo el mundo se divierte pensando que forma parte del espectáculo.

Crítica

No corren buenos tiempos para el slasher, ese subgénero del terror, tan en boga en la década de los ochenta, donde teenagers sin muchas inquietudes existenciales terminaban sus días masacrados, de formas bastante elaboradas, a manos de un psicópata enmascarado y casi omnipresente. Films, en su mayor parte, entretenidos, cuya principal motivación residía en presenciar un asesinato tras otro, bajo el enfoque de banalizar la violencia, en muchas ocasiones explícita, que se mostraba en pantalla. A mediados de los noventa, y contra todo pronóstico, el fenómeno resurgió con mucha más fuerza si cabe, a raíz del notable éxito de Scream (1996), generando una estela de verdadero exploitation slasher. Pero, desde mediados de la década de los 2000, y salvo algunas excepciones que adquieren cierta notoriedad gracias al circuito de festivales (la saga Hatchet), en lo que a estrenos en pantalla grande se refiere, el grifo se ha mantenido prácticamente cerrado.

Imagen del asesino de la pelicula Hell Fest

Centrémonos, por tanto, en Hell Fest. Dirigida por el veterano en la edición Gregory Plotkin, montador, entre otras, de la aclamada Déjame Salir (2017) y de otro slasher estrenado el año pasado, Feliz Día De Tu Muerte (2017), llama la atención la ausencia total de especulación de la película en términos narrativos. Más más allá del consabido prólogo que caracteriza a este tipo de films, el guion invierte apenas unos escasos cinco minutos de metraje en una presentación de personajes pausada; para cuando queremos darnos cuenta, acompañamos a nuestro grupo de desenfadados protagonistas al interior del festival que da título al film, y el rock & roll ha dado comienzo. ¿Aprovecha el film este contexto para nutrir a los personajes de cierto background que nos ayude a entender las motivaciones de esos jóvenes que se lo pasan “teta” mientras son asustados? Decididamente, no. Lo que, obviamente, trae como resultado una evolución inexistente de los personajes a lo largo del metraje.

Reign Edwards en Hell Fest (2018).

Donde sí hay que reconocer el esfuerzo es en la ambientación del parque: la imaginería y diversidad de recursos utilizados para adaptar los clichés de un parque temático y lograr una oda al terror en todas sus variantes (performance con actores reales, animatronics de todo tipo, decoración siniestra, etc…) resulta apabullante. Y no sólo eso, sino que, en cuanto a la propia estructura del film, estos insertos funcionan bastante bien a la hora de dinamizar el espacio de metraje que segmenta cada aparición de nuestro asesino enmascarado. Pero, al mismo tiempo, esto acaba convirtiéndose en un lastre más para el film, pues el abuso de sustos en formato golpes de sonido es de tal calibre que, hacia el ecuador de la película, los espectadores andan tan curados de espanto que apenas surten efecto.

La elaboración de los asesinatos no destaca ni en brillantez ni en previsibilidad y, en términos formales, el producto tampoco nos regala nada a lo que podamos acogernos. Las actrices del film cumplen a la hora de chillar y llorar y, en cuanto a la representación masculina, Tony Todd incluido, digamos que llamar interpretación a lo que se ve en pantalla es hiperbólico de por sí.

DIRECCIÓN
6
GUIÓN
4
INTERPRETACIÓN
4
LO BUENO
Las pinceladas de información que recibimos acerca del malo, así como el detalle final del film, convierten al asesino enmascarado en el personaje con más carisma de la película.
LO MALO
Como decía aquél, demasiado artificio “pa” tan poca chicha.
El enfrentamiento final da un poco de vergüenza ajena.
¿Habrá secuela?
4.7