Presentamos la crítica de otra película de tiburones, Megalodón (The Meg). Su principal reclamo es ver cómo el titánico abuelo de los escualos se relaciona con los seres humanos del siglo XXI.
Crítica de Megalodón (The Meg)
Querer criticar en serio la película de Megalodón es como tomarse en serio las propuestas de cualquier político. No tiene sentido. Basada en una novela (“Meg” Steve Alten), la única intención que tiene es la de atraer a la mayor cantidad posible público. Cualquier tipo de valoración artística carece de sentido. Nos e puede buscar una katársis emocional, sensitiva o filosófica.
Para opinar sobre The Meg, uno tiene que agarrase a aspectos mucho más terrenales: El tamaño del bicho, la cantidad de muertos, el número de sobresaltos, la condición de los chistes, el volumen del sonido. Pero también la calidad de las butacas, la frescura de los refrescos, el sabor de las palomitas, la cantidad de amigos con los que acudes al cine y otros factores externos ajenos a los productores de la película.
En Netflix
Netflix, conocida por ser el lugar al que van a parar todas las producciones, mete en su catálogo a Megalodón. Acierta de pleno, ya que es una de las películas más vistas de la plataforma. Netflix, es un contenedor de contenidos (valga la redundancia) y su público valora mucho este tipo de propuestas.
The Meg es la típica película de verano que se puede ver en cualquier momento. Fue estrenada en verano de 2018 y ahora Netflix sigue el ejemplo para dotar a su catálogo de “algo que ver”.
Sinopsis
Un equipo de científicos se encuentra en mitad del océano pacífico investigando la que probablemente será la fosa abisal más profunda del mundo. Estos científicos también están afincados en la que probablemente es la base científico-oceonagráfica más cara del mundo. El dueño de los carísimos laboratorios, (Rain Wilson) es convocado para presenciar el momento en el que la teoría sobre una zona inexplorada más allá de los conocidos límites de profundidad, podría hacerse realidad.
Un accidente se produce por un ser desconocido que deja incomunicados a los tripulantes del batiscafo. Sin posibilidad de emerger a la superficie los tripulantes tienen las horas contadas hasta acabar con los suministros de oxígeno. Los dirigentes del proyecto se ven forzados a llamar a Jonas Taylor (Jason Statham), un experto en salvamento marítimo.
Cesado en su profesión por a un incidente en su última acción de socorro debido a precipitadas e imprudentes decisiones, ahora deberá volver para salvar a los tripulantes del batiscafo. Parece ser que sus declaraciones sobre un ser gigantesco marino, que no fueron tenidas en cuenta para justificar la muerte de varios de los rescatados, serán confirmadas.
Reparto de Megalodón (The Meg)
Ahora toca descubrir a los actores y sus los respectivos personajes que aparecen en la atracción de feria. De esta forma, entenderemos mejor la intención palomitera de “The Meg”.
Jason Statham (todas las películas de acción de los 2000 pero saga Transporter, por decir alguna) haciendo el personaje por el que siempre le pagan -tío duro, irreverente, chulo, malhablado, casi ininteligible, sabelotodo y pragmático-, y como se ve venir, el héroe.
Bingbing Li (Transformers: La era de la extinción) la mujer científica con el plus de la orientalidad, combinación perfecta de belleza para justificar algún tipo de romance.
Rainn Wilson (Serie The Office) como el tío forrado que paga pasta porque le sobra y le gusta ser el enrollado.
Robert Taylor (Kong: La isla de la calavera), antagonista del protagonista, oficial médico, un tío racional, coherente y recto cuya función establecida es llevar la contraria al “sueltatacos” y por consiguiente ganarse la enemistad de los espectadores porque saben que, como mínimo, un megalodón es el responsable de la ruptura del matrimonio del prota.
Suma y sigue con Page Kennedy (S.W.A.T.) en representación de los afroamericanos.
Ruby Rose (Serie Orange is the new Black) donde la comunión del feminismo irreverente y posiblemente el lesbianismo, se dan conjunción en un mismo papel.
La cría Shuya Sphia Cai, que da ese toque entre “mira que mona la niña pero que tocanarices es su sabelotodismo”.
Masi Oka (bien conocido por su papel de Hiro en la serie de Héroes) interpretando a otro científico friki porque había pasta para pagar a un japonés famoso en vez de uno anónimo. Y así seguiremos hasta completar el aforo de una base científica submarina.
Presentada la fauna, sólo queda introducir un conflicto con un tiburón. The Meg, con más de veinte metros de largo, un peso de unas 50 toneladas y una boca lo suficientemente grande como para tragarse un par de personas sin darse cuenta.
Opinión final de “Megalodón”
Como crítico, cuando uno se enfrenta a este tipo de películas de monstruos, acción o catástrofes, uno sólo espera que la producción no sea aburrida. Es decir, que no haya demasiadas escenas de acción tristemente justificadas, que no haya diálogos demasiado vacíos, que los previsibles chistes malos no sean demasiado evidentes y que las moralinas no sean demasiado obvias.
Pues bien, Megalodón cumple con todas estas premisas. Lo tiene todo. Es una película de acción tan típica que roza los límites de la parodia. Por suerte, se queda en el límite.
El director Jon Turtletaub
El director Jon Turtletaub cuenta en su haber con las dos partes de La Búsqueda protagonizadas por Nicholas Cage. Además es responsable de la probable “joya” que debe ser “Plan en las Vegas” (2014) cuyo pase de prensa para los periodistas fue denegado por la distribuidora en España de Universal Pictures en previsión a las malas críticas.
Con Megalodón hace su trabajo de la forma más cordial posible. No arriesga nada y no apuesta por nada. Curiosamente, a pesar de lo poco emocionante de su propuesta, su dirección se sostiene de forma absolutamente correcta. En ningún momento el espectador sentirá nada nuevo, pero por lo menos la película es conducida con la seguridad de un coche que circula dentro de los límites de velocidad en una tarde bien iluminada.
En resumen, la película de “Megalodón” da justo lo que promete. Ni se excede (por poco), ni decepciona. La película no engaña. En el cartel aparece un titánico tiburón y nos muestra un titánico tiburón haciendo de las suyas.