Se estrena en nuestras pantallas una nueva versión de las vicisitudes de María Estuardo, en esta ocasión, adaptación de la celebérrima novela La Reina Mártir, escrita por John Guy.
Sinopsis
Relato biográfico de una etapa de la vida de la reina María Estuardo de Escocia, que se enfrentó a su prima Isabel I cuando, al volver de Francia tras haber enviudado, reclamaba su derecho a la corona de Inglaterra.
Opinión
La veterana directora teatral Josie Rourke debuta tras las cámaras con la misión de adaptar al cine la vida de una de las grandes figuras de la historia de Escocia, un mito a la altura de William Wallace o Rob Roy. La leyenda de María Estuardo o, como se la conoce en Reino Unido, Mary, Queen of Scotts (título original del film), no deja de fascinar incluso en nuestros días (a la última novela de Ken Follet, Una Columna de Fuego, me remito). Esto explica el respeto reverencial con el que esta película presenta a la heredera Estuardo, cuya trama nos conducirá desde el arribo de María a costas escocesas, hasta su trágico final.
La película es obstinada en su empeño de trazar paralelismos constantes entre las vidas de ambas soberanas. Dos reinas, sí, pero también dos mujeres poderosas, bajo cuya alargadísima sombra anidaba una nobleza machista y cobarde que, agazapada bajo las egregias figuras de sus gobernantas, manipulan y conspiran con el único objetivo que esparcir todo el odio posible para así destruir a sus enemigos y alzarse con el poder.
Hay dos planos en la película, idénticos en su forma, que simbolizan a la perfección el ascenso y caída del personaje: en el primero, arropada por un ejército victorioso, María nos dirige una mirada de seguridad; en el segundo, en cambio, arrasada en lágrimas y obligada a huir, la reina de los escoceses se despide de su familia y hogar. Dos momentos clave de una vida desdichada y una personalidad impetuosa fantásticamente retratada en pantalla por la actriz protagonista del film. Saoirse Ronan está espléndida, mostrando un abanico de registros apabullantes: inocente y conciliadora cuando toca, juguetona y traviesa en la intimidad, altiva y desafiante llegado el caso. Una interpretación a la altura de otras reinas de la pantalla que también interpretaron a María Estuardo como Katherine Hepburn, Vanessa Redgrave, o Elizabeth Taylor.
A su vez, Margot Robbie construye con mucha solvencia una Isabel I que nos ofrece algunos momentos de verdadera resonancia emocional, postulándose como una más que solvente actriz dramática. Jack Lowden dibuja un lord Durnley al que dota de la dosis precisa de patetismo, y David Tennant y Guy Pearce contribuyen a la pléyade de personajes despreciables con sus trabajos como el clérigo radical protestante John Knox y el consejero de la reina Isabel William Cecil, respectivamente.
Si las interpretaciones lucen a muy buena altura, aún lo hace más el diseño de producción de esta película, donde las localizaciones, vestuario, maquillaje y, sobre todo, la peluquería, aportan la dosis de verosimilitud necesarias para transportar al espectador a mediados del siglo XVI. Del mismo modo, el film se halla muy bien envuelto por la banda sonora de Max Richter.
Un aspecto curioso es la gestión del paso del tiempo, pues el film, no sólo elude el uso de las elipsis, dejando que la historia fluya en términos lineales a medida que pasan los años, sino que, además, se opta por no alterar el aspecto físico de los intérpretes.
Opinión Final
En resumen, una gran película de época, de intrigas y estrategias palaciegas, pero sobre todo una invitación a conocer un poco más la historia de dos reinas que fueron empujadas a vivir siempre la una pendiente de la otra, solas y separadas, como las dos islas cuyo reinado ambas personificaban.