“Mamma Mia! Una y otra vez” supone el regreso del afamado elenco del exitoso musical de ABBA que conquistara al público en 2008. ¿Lo más destacado de su propuesta? Lo arriesgado de matar a su personaje principal, Donna en la piel de Meryl Streep, y los fichajes estelares de Cher y Lily James, las verdaderas representantes del espíritu original de Mamma mía.
Crítica de Mamma Mia! Una y otra vez
Hace ahora diez años desde que aterrizara en la cartelera un musical que se haría fenómeno de masas en poco tiempo: Mamma Mia! (2008). Ahora, para celebrar dicho aniversario, todos sus protagonistas -y alguna sorprendente incorporación- se vuelven a reunir para contarnos que ha sido de sus personajes durante la última década. La expectación ante tan esperado regreso era elevado, tanto entre el amplio público amante del cine musical, como los fans de la discografía de ABBA. ¿Decepcionará su regreso o lograrán conquistarnos una vez más?
¿De qué va la película?
En esta secuela, que a la vez se puede considerar precuela, volveremos a viajar a la mágica isla griega de Kalokairi. Sophie (Amanda Seyfried) está inmersa en el gran proyecto de su vida: abrir al público el hotel que su madre siempre tuvo siempre en mente para la isla. Ahora, un año después de la muerte de Donna (Meryl Streep), la inauguración del hotel será un motivo de reunión para todos los que querían a Donna y el último homenaje de su hija.
A su vez, mediante flashbacks al pasado, viajaremos a finales de los años 70 para encontrarnos con una jovencísima Donna (Lily James), que siempre tan optimista y soñadora podrá rumbo a Europa en busca de su destino. Allí conocerá a los tres hombres más importantes de su vida, los padres de Sophie.
Análisis
Mamma Mia! Una y otra vez desarrolla su trama una vez más entre canción y canción de ABBA, aunque en esta ocasión sonarán temas de su repertorio menos conocido. Algo que se agradece y mucho, ya que no tendría sentido haber vuelto a ponerle la misma banda sonara a una nueva entrega de esta película musical, a la que ya podríamos empezar a considerar saga porque, ¿quién dice que no tengamos en otros diez años una tercera en cartelera? Los temas “duplicados” se reducirán a Mamma mia, Super Trouper y Dancing Queen, los imprescindibles. Hay que reconocer que el grupo sueco dejó en su haber canciones más que suficientes, y de temática variadísima, cómo para hacer una decena de musicales. Y es que mientras estés viendo esta segunda entrega no podrás evitar pensar: ¡madre mía, este grupo tenía canciones para todo! Para cuando estás contento y cuando estás triste, cuando se marcha un amigo, cuando te deja un novio, cuando vas de fiesta, cuando te quedas embarazada, cuando te despiertas, para cuando sales de viaje…
La creadora del libreto y la adaptación original, Catherine Johnson, se ha retirado de escena en esta ocasión para dejar al mando a Ol Parker (Ahora y siempre, 2012),y aunque se esfuerce por convencernos de que el espíritu de Mamma mía sigue vivo, su actual director y guionista sólo lo conseguirá en escasos momentos.
Lo curioso de la propuesta es que encontraremos dos películas completamente diferenciadas dentro de esta Mamma Mia! Una y otra vez, como ya señalaba anteriormente: una precuela; y una secuela.
Con la secuela arranca la historia en la actualidad situando la acción en los preparativos de la inauguración del hotel, con una trama más bien escasa como para ser la que lleve la voz cantante durante el metraje y con un aura triste y melancólica, algo que no le pega para nada a esta “feeling good movie” por antonomasia.
Y por otro lado nos encontraremos con el verdadero espíritu optimista y jovial de la cinta original, aquel que da vida mediante flashbacks al pasado una maravillosa Lily James, que aunque físicamente no se parezca en nada a la Streep, se esfuerza porque veamos en ella a Donna,y lo consigue. Sinceramente, es la única interpretación destacada, ya que al resto o no le da tiempo a brillar por lo breve de sus intervenciones, o sus papeles carecen del carisma necesario como para pertenecer a Mamma mía.
Aún así hay que reconocerle su mérito a Ol Parker, tanto por aceptar la arriesgada misión de tomar las riendas de un proyecto tan querido por el público como por no limitarse a realizar una película ideada simplemente para recaudar en taquilla; algo que se deja notar en un final más que conmovedor y que cuenta con la aparición estelar de Cher. Impagable ese momento dónde la cantante y actriz le dedica su particular “Fernando” a Andy García.Sólo por eso bien merece que pasemos por taquilla.