Disney vuelve a la cartelera con un nuevo remake de sus clásicos de animación, en esta ocasión el elegido es El Rey León (2019). Una película que solo se justifica como logro técnico, sin un ápice de creatividad en su puesta en escena ni en su guion. Descubre nuestra opinión sobre este nuevo remake.
Opinión El Rey León (2019)
En 1994 se estrenaba “El rey león”. Una obra maestra del cine de animación que justificaba su éxito en una historia que recordaba al “Hamlet” de Shakespeare, con personajes inolvidables como el dúo formado por Timón y Pumba, que funcionaban como alivio cómico, la espectacular banda sonora de Hans Zimmer y una animación de primera calidad. Ahora llega a los cines una nueva versión -que vuelve a ser de animación, no nos engañemos- con el único fin de engordar las arcas del tío Gilito.
¿Qué sentido tiene hacer una película idéntica a la original, casi plano por plano? ¿Se imaginan que un cocinero que siempre les hace su lasaña favorita, les ofreciese una nueva, y cuando la probasen se diesen cuenta de que es la misma, con la única diferencia de que ha cambiado el plato? Y si hicieran una nueva versión de “Psicosis”, calcando plano por plano a la original de Hitchcock, ¿cómo la juzgaríamos? Esto último sí que pasó y el resultado no agradó a la gran mayoría. Y es que en nuestra opinión, El rey león de Jon Favreau supone un riesgo artístico inexistente para una alta rentabilidad económica. Un negocio redondo que Disney realiza sin escrúpulos, a sabiendas de que el espectador lo va a recibir con los brazos abiertos.
El prólogo de la película emula plano a plano al original del 94. Lo que viene después presenta pocos cambios, más allá de una nueva canción -totalmente prescindible- y alguna sustitución o eliminación de ciertos momentos, en aras de un mayor realismo. La apuesta de esta “animación fotorrealista” resulta asombrosa en su acabado final. Algunos planos parecen sacados de un documental de La 2, con el sopor que eso supone al conocer de sobra la historia que nos están contando, y no resulta especialmente extraño ver a los animales hablar, gracias un plantel de voces acertadas en la mayoría de los casos, aunque se eche de menos a algunos como Jeremy Irons.
La dirección de Rob Minkoff y Roger Allers es espectacular en algunos momentos. Lo era hace 25 años y lo sigue siendo ahora, ya que el trabajo de Jon Favreau es prácticamente nulo. Una pena que un director solvente, con una carrera bastante acertada, se preste a realizar un trabajo que recuerda al de un copista de pintura, uno bueno, eso sí, que queda a la sombra de los verdaderos artífices de esta película. Los mismos que los de la anterior versión y en todos sus ámbitos: dirección, guion, banda sonora y hasta se podría discutir si también en la dirección de fotografía.
Opinión final El Rey León (2019)
Es difícil valorar un título como este, ya que la primera versión es sobresaliente, y esta, al ser prácticamente igual, podría juzgarse como tal, pero el poco riesgo que toma hace que no se le pueda dar más que un aprobado que, en todo caso, va dirigido al excelso equipo de animadores; los verdaderos creadores de esta cinta y a los que no hay que restar mérito. Poco más se puede comentar de esta versión que no suene reiterativo o que se pueda comparar con su precedente. Lo cual podría ser también un remake, una copia, una emulación o qué se yo de una crítica noventera. ¿Merece la pena ver esta versión? Si no has visto la original, si no la disfrutaste en el cine, si te corroe la curiosidad por ver cómo luce este tipo de animación, puede que le encuentres justificación; para el resto, nos sigue quedando “El rey león”, la de verdad, aunque sea de dibujos.
