Sobre un brillante trabajo de investigación periodística, Destin Daniel Cretton ha creado uno de los bio-pics más conmovedores de los últimos tiempos. Una historia que hace temblar las convenciones sociales para ahondar en nuestras magnificencias y miserias como seres humanos. Brie Larson y Michael B. Jordan se meten tan dentro de tu conciencia que estremecen hasta las entrañas. Os dejamos la crítica de Cuestión de justicia, una de esas películas que no puedes dejar escapar de la cartelera.
Sinopsis de Cuestión de justicia
Historia real del abogado Bryan Stevenson (Michael B. Jordan), que tras graduarse en Harvard y rechazar lucrativas ofertas laborales, dedica su vida a defender los derechos de convictos en el corredor de la muerte. Tras abandonar Boston y afincarse en Alabama crea un despacho de abogados junto a la activista Eva Ansley (Brie Larson). Entre otros, llevan el caso de Walter McMillian (Jamie Foxx), que en 1987 fue condenado a muerte por el asesinato de una joven de 18 años, a pesar de que las pruebas corroboraban su inocencia.
Crítica de Cuestión de justicia
Es muy importante que el cine otorgue visibilidad a historias tan fascinantes como la que propone Destin Daniel Cretton en la que es su mejor película hasta la fecha. Bryan Stevenson, director ejecutivo de la Iniciativa de Justicia Equitativa, sacrificó una carrera de éxito forjada en Harvard para escribir una historia de redención, de activismo y de probidad ante un sistema judicial a todas luces arbitrario y abusivo. “En Estados Unidos miles de inocentes van a ser ejecutados” o “En EE. UU si eres negro eres culpable”, son dos lapidarias afirmaciones recogidas por medios de comunicación a Stevenson, que definen perfectamente la esencia de esta película.
Una película redonda a todos los niveles
Es escaso el éxito en salas que le auguro a este drama judicial solvente y altamente emocional. Un escaso éxito totalmente inmerecido, ya que hay que resaltar en esta crítica de Cuestión de justicia que nos encontramos ante una película redonda. Un drama judicial que escapa siempre al efectismo para centrarse en lo emocional, en la intimidad de unos personajes que, al ser reales, ahondan de forma salvaje en la capacidad del espectador para emocionarse.
Pocas películas retratan en los últimos años historias tan honestas y personajes tan atractivos en cuanto a la moral que profesan. Personajes que rompen estereotipos deplorables como el del abogado defensor de delincuentes de gama alta, que se hace millonario a costa de las actividades ilícitas de sus clientes. Michael B. Jordan, conforma con una actuación espléndida, la historia de un abogado que logró mejorar el sistema, trabajando por aquellos que, siendo inocentes, esperaban su último día en el corredor de la muerte.
Conmovedora hasta lo insoportable
Cuestión de justicia es una película desgarradora, conmovedora hasta lo insoportable y que pone de manifiesto cómo es posible mejorar el mundo. Saca a la luz el deplorable sistema judicial de algunas zonas sureñas de la América más profunda y racista y demuestra marcados paralelismos con historias como “Into the Wild”, que plasmara en su libro John Krakauer.
La historia es fascinante, de clasicismo épico y con un valor documental que no cultivaron clásicos del género como “Doce hombres sin piedad” (Sidney Lumet, 1957) o “Testigo de cargo” (Billy Wilder, 1957). La labor documental y de investigación y su solvente narrativa conforman un cine necesario en estos tiempos de verdades a medias. Y todo esto se conforma en base a la brutal química entre Jordan y Larson, cuya relación alcanza en algunos momentos la pura mística. El trabajo de Jamie Foxx me deja algo más frío a nivel interpretativo y no consigo olvidarme de su papel en “Ray” (Taylor Hackford, 2004).
El filme de Destin Daniel Cretton nace como un documental “True Crime”, de los que tan bien se abren paso en plataformas, pero transita por multitud de géneros como el drama en su sentido más amplio, el biopic, o incluso el suspense.
Opinión final de Cuestión de justicia
A pesar de que a nivel visual está realizada y fotografiada como una película comercial de Hollywood, solvente e impactante, pero sin alma; a nivel narrativo es algo rompedor y fresco, que transmite el poder manipulador de aquello que a veces llamamos “políticamente correcto”. Sin duda, tienes que ir al cine a ver Cuestión de justicia.